|
4 de marzo del 2002
EE.UU. tiene desde el 11-S un gobierno secreto de reserva oculto
bajo la tierra
EE.UU. - Amenaza permanente contra la humanidad
Malime
Es tal el grado de confianza que el pensamiento dominante ejerce contra
el conjunto de la sociedad, que se permiten publicar informaciones clasificadas
que habían sido ocultadas durante décadas. Esas noticias que en
su momento serian motivo de enjuiciamiento criminal, nos las van soltando convenientemente.
Una vez que los efectos que pudieron provocar han pasado, valoran los frutos
positivos que les pueden producir en la actualidad. Son una especie de dosis
informativa que actúa con los mismos efectos que provocan las vacunas,
para inmunizarnos contra cualquier alternativa ideológica antagónica
al pensamiento dominante.
Una nueva dosis de información que aplaste un poco más nuestra
conciencia sumisa, que contribuya a ahogar cualquier posible manifestación
de rebeldía, que contribuya a profundizar la impotencia y desconfianza
ante cualquier idea alternativa real, conducente a acabar con el caos.
Bajo la excusa de "secretos de estado", a la opinión pública que
se la oculta información durante 25 años o más. Los gestores
mundiales del orden social establecido, los gobiernos son los facultados para
decidir la ocultación de la información que se merecen los ciudadanos.
Pasado ese tiempo nos dieron la noticia de que Henry Kissinger fue cómplice
en el golpe de estado en Chile, que podía haber sido juzgado por su colaboración
en los asesinatos que se cometieron. Sin embargo, aquella noticia que en su
momento habría dado lugar a su enjuiciamiento, ya no tiene valor judicial,
incluso de condena política y moral, Kissinger es respetado y se le reconoce
como un político razonable. Pasado el tiempo, conveniente nos dan otra
información oculta, que nos induce a creer lo "democrático" que
son los EE.UU.: los ciudadanos pueden oír aquellas cintas grabadas en
la Casa Blanca, que eran secreto de estado, donde el presidente Nixon aboga
por lanzar la bomba atómica contra Vietnam. El "bueno" de Kissinger le
persuade para que no ejecute esa acción terrorista: "Señor
presidente eso sería demasiado", nos dicen las cintas gravadas.
Nixon la pudo joder, y Kissinger lo pudo impedir. El "estado democrático"
quedó y queda salvado, ahora nos enteramos, son otros tiempos, la noticia
cuela bien, incluso se nos muestra como una prueba evidente de un sistema democrático,
del derecho a la información veraz, aunque medie una generación
en recibirla.
Denuncio las informaciones, la monstruosidad de las mismas y que a pesar del
tiempo pasado siguen siendo política y moralmente condenables, pero sobre
todo quiero resaltar la forma de actuación perversa del sistema en su
utilización, con la confianza de que nos ayude a situarnos y realizar
el necesario ejercicio de reflexión y abstracción, para poder
posicionarnos críticamente ante las futuras maniobras mediáticas,
propagandísticas y políticas, para que estemos atentos y desconfiados
sobre cualquier noticia, comprender los mecanismos de como nos las presentan
para poder llegar al verdadero fondo oculto, para rechazarlas y actuar en consecuencia.
Máxime cuando se plantea que una agencia directamente vinculada al Departamento
de Defensa, se encargue de transmitir noticias falsas que permitan una mejor
eficacia militar, que los asesinatos sobre poblaciones civiles que hasta ahora
se denominaban daños colaterales, puedan ser justificados mediante mentiras
bien estructuradas y creíbles.
Una nueva noticia con una gran dosis de carga ideológica y política
en sí misma, aparece en las portadas de la prensa: "EE.UU. tiene
desde el 11-S un gobierno secreto de reserva oculto bajo tierra". Esta
noticia que para cualquier mente con un mínimo de independencia y racionalidad
parecería sacada de una película de ciencia ficción, resulta
que es verdad, que se da además en el país más poderoso
de la tierra.
Dicen que fue motivada por el miedo a que un artefacto nuclear borrara del mapa
Washington. Ese bunker desconocido y publicitado ahora no se improvisó,
existía mucho antes de lo sucedido con las torres gemelas.
A ninguna mente inocente se le ocurriría semejante reflexión y
actuación. Solo el ladrón se cree que todos son de su misma condición.
Si los EE.UU. toman esas medidas es porque desconfían de sí mismos,
porque eso que temen para sí, ellos, si están dispuestos a llevarlo
a efecto en cualquier otro país. Ya se lo pensaron contra Vietnam, ahora
cuando tienen asustada a la opinión publica de su país y a la
de los demás países bajo la excusa del terrorismo, podemos estar
seguros, que si los medios militares tradicionales y sofisticados empleados
en Afganistán y Yugoslavia fracasaran en la nueva lucha que nos anuncian
contra Irak, Irán o Corea del Norte, los -"principales ejes del mal"-,
llevarán a efecto el empleo de las armas nucleares. El eje del mal, sus
aliados nos vienen a decir, que destruyeron las torres gemelas, y que podían
haber destruido Washington. El empleo nuclear contra el "mal" antes de que lo
realicen ellos, justificaría tan demencial actuación genocida
por parte de EE.UU. De esos países, nos dicen que se están armando
y armando a los terroristas, incluso con armas nucleares y químicas.
El impacto que provoca en las mentes de la gente ingenua el que el país
más poderoso de la tierra tenga que constituir un gobierno paralelo oculto
bajo tierra, induce a profundizar el terror entre la población, a sentirse
amenazada también por los terroristas y a justificar el empleo del arma
nuclear contra cualquier país acusado de terrorista. Además nos
dicen que ese "pobre gobierno de reposición" lleva seis meses aislado
encerrado en un bunker, sin tener contacto con sus familiares, en un subterráneo
que por muy confortable que sea, no deja de ser una prisión. Esa "pobre
gente" tiene que volver a disfrutar de la luz del sol, lo que induce a suponer
que se van adoptar próximamente intervenciones militares contra alguno
de "los ejes del mal".
Lo hicieron contra Japón, demostraron al mundo su capacidad nuclear,
cuando la guerra llamaba a su fin.
Ahora tienen que reafirmar esa capacidad y provocar la sumisión, incluso
de sus aliados, una vez que ha desaparecido la guerra fría y el bloque
socialista. Ahora surge una nueva amenaza de guerra: la guerra del terrorismo,
la reacción de los impotentes contra un sistema económico prepotente
caótico, sin salida, sin oposición. Ante una crisis de sistema
que está provocando la aceleración de las desigualdades sociales,
situaciones que se agudizan entre países y dentro de los propios países
desarrollados, que inducen a manifestaciones desesperadas de individuos que
se inmolan ellos mismos al ejecutar las acciones terroristas. Esa desesperación,
ante la falta de perspectivas políticas que acaben con este injusto sistema,
se refugia en el idealismo religioso o nacionalista, alimentados por las pequeñas
burguesías nacionales, que cada vez se ven más impotentes para
defender sus privilegios ante el arrollador empuje del poder oligárquico,
ante un capitalismo monopolista y financiero mundial sin fronteras.
Cualquier país sospechoso de alimentar la respuesta religiosa o nacionalista
en su manifestación terrorista, o que se niegue a someterse a las necesidades
estratégicas y económicas del imperialismo, es implacablemente
intervenido. El ejercito gendarme del mundo en que se ha convertido él
de los EE.UU. está presente en todos los continentes. Se encuentra incluso
en la frontera de la otra potencia nuclear, venida a menos una vez abrazado
el nuevo orden capitalista, dentro de países que componían la
antigua URSS. Todo ello se realiza bajo la excusa de la lucha contra el terrorismo.
Los millones de victimas que el ejercito americano ha provocado históricamente
con sus intervenciones a lo largo del planeta, la muerte de poblaciones civiles,
de mujeres y niños, de los más desvalidos, son datos que están
ahí, que evidencia la acción depredadora directa sobre los seres
humanos. Pero tampoco podemos dejar de denunciar el acoso permanente contra
el entorno ecológico, la deforestación permanente y la contaminación
que realizan las grandes empresas multinacionales norteamericanas en su propio
país y fuera.
Los EE.UU. son los causantes del 25% de contaminación que se produce
en el mundo. El impacto de la contaminación está provocando el
cambio climático, y dando lugar a enfermedades.
Eric Schaeffer importante directivo de la Agencia de Medio Ambiente Norteamérica,
después de trabajar en esa agencia durante doce años intentando
defender el entorno ecológico dentro de su propio país, se ha
visto obligado a dimitir de su cargo ante la imposibilidad de que se cumplan
las propias leyes formales anticontaminantes que existen y para no hacerse cómplice
de la actuación de su gobierno.
Los EE.UU. se han convertido en una gran amenaza para la humanidad, es el país
más endeudado, cuya deuda de ejecutarse supondría la banca rota
como nación, el corralito argentino sería pacata minuta comparado
con el corral yanqui, se mantiene porque los falsos dólares impuestos
como moneda de cambio no se ejecutan en su país, si se ejecutasen el
estado no tendría bienes para hacerlos frente. Sobran petrodólares
y dólares a secas. La carrera armamentista, las guerras son eficaces
medios para mantener el equilibrio del dólar, pero eso que puede salvar
y mantener a corto plazo el protagonismo de los EE.UU. supone la ruina de multitud
de países y es una grave amenaza para el conjunto de la humanidad, cuyas
consecuencias más graves ya la están sufriendo más de 2000
millones de seres humanos que no podrán salir de la miseria y que de
continuar la actual dinámica depredadora amenaza la propio existencia
del planeta.