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Il Cavaliere vs."el comunismo"
Tras la multitudinaria manifestación de anteayer organizada por la oposición
de centroizquierda bajo el lema "Juntos contra Berlusconi", que reunió
a más de 130 mil personas en las calles de Roma, el primer ministro italiano
salió al cruce. Y, antes que todo, quiso asustar: recordó que
sin la coalición Casa de Libertades que armó con la derechista
Liga Norte, de Umberto Bossi, el país "estaría en manos de
los comunistas". Por su parte, la izquierda entró en debate sobre
la falta de liderazgos que existe entre sus filas a pesar de la exitosa convocatoria.
Parece así continuarse la polémica inaugurada por el cineasta
Nanni Moretti.
"La oposición es destructiva y embustera", disparó Berlusconi.
"El verdadero conflicto de intereses es entre la izquierda y la democracia,
entre la izquierda y la verdad", proclamó el magnate mediático
ante las críticas a su alianza con Bossi. Berlusconi hizo estas declaraciones
ante el Congreso Federal de la Liga Norte, celebrado en las cercanías
de Milán. Y no se privó de algunas afirmaciones programáticas:
"Los derechos de los trabajadores permanecerán intactos", dijo
luego de garantizar que cumplirá su promesa electoral de subir las pensiones
mínimas hasta el equivalente a unos 516 euros (450 dólares). Respecto
de Europa, anunció que "en el mundo hace falta un sujeto fuerte
que esté al lado de Estados Unidos".
Por su lado, la izquierda moderada aún festeja lo que puede considerarse
su primera victoria tras su derrota electoral, en mayo pasado. Sin embargo,
la jornada del sábado mostró el poco entusiasmo que suscitan sus
actuales líderes. La larga intervención de Francesco Rutelli,
jefe del Olivo, coalición que agrupa a la centroizquierda, fue criticada
"por falta de entusiasmo y convicción" por los editorialistas
de izquierda. Piero Fassino, secretario nacional de los Demócratas de
Izquierda (DS) –la principal fuerza del Olivo– tuvo una mejor llegada, "pero
sin suscitar entusiasmo, al igual que Rutelli", subrayó Curzio Maltese
del diario La Repubblica. "El viejo Olivo ya no existe y el nuevo no nació
aún. La alternativa a Berlusconi queda aún por definir",
sintetizó Stefano Poli. La evaluación del número de manifestantes
fue una polémica aparte. Mientras las autoridades aludían a la
cifra de 120 mil personas, los organizadores hablaban de "más de
500 mil participantes". Los observadores independientes dijeron que en
promedio entre "200 a 300 mil personas" llegaron al lugar final de
la reunión, la Plaza de San Juan de Letrán. "La izquierda
está obnubilada. Por primera vez logra reunirse en una plaza y se multiplica
por cinco", declaró Antonio Leone, un parlamentario de derecha.