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6 de marzo del 2002
Manifiesto de la Campaña contra la
Europa
del Capital Asturies 2002
Movimientu Anti-Globalización d'Asturies
Mas allá de la propaganda triunfalista del Gobierno del PP y con
motivo de las reuniones informales de l@s ministr@s de Economía y Finanzas
de la Unión Europea en Uviéu (días 12, 13 y 14 de abril)
y de Transportes en Xixón (días 30 y 31 de mayo y 1 de junio),
las organizaciones abajo firmantes queremos manifestar nuestro desacuerdo con
el proceso de construcción de la UE.
Se han cumplido 16 años desde que el Estado español ingresó
en la Unión Europea, tiempo suficiente para realizar un balance de lo
acontecido desde entonces.
Como consecuencia de las políticas neoliberales defendidas antes por
el PSOE y hoy por el PP, las rentas del capital se han incrementado mientras
disminuían las del trabajo. A ello no han sido ajenos el desmantelamiento
industrial impuesto a la economía del Estado Español, y la sistemática
destrucción de los derechos laborales conseguidos tras largas luchas
obreras. Hoy el panorama es elocuente: la tasa de precariedad laboral triplica
la media europea, y a pesar de ello, el índice de paro la dobla; estos
fenómenos cobran especial agudeza para las mujeres (tasa de actividad
un 50% menor que los hombres; sueldos un 30% más bajos a igualdad de
trabajo realizado) y l@s jóvenes. Se añaden una altísima
siniestralidad laboral, y una economía sumergida que provoca la casi
esclavitud, sobre todo de la población inmigrante.
Además, la rígida política financiera y presupuestaria
que, obsesionada con la búsqueda del déficit cero y con el control
de la inflación, y el sometimiento de todas las políticas de la
UE a la presión de los lobbies de multinacionales europeas, e incluso
americanas, tienen como consecuencia la privatización de los servicios
públicos (transporte, electricidad, correos, sanidad, educación)
y el recorte de las prestaciones sociales. Hoy 8 millones de habitantes del
Estado español, 182.710 en Asturies (el 16,6% de la población)
viven por debajo del umbral de la pobreza, y las desigualdades sociales se van
incrementando en casi todos los países europeos, incluso en los países
nórdicos.
La pertenencia a la Unión Europea ha estado marcada por un fuerte déficit
democrático. La ciudadanía del Estado español jamás
ha sido consultada, vía referéndum, acerca del ingreso y las condiciones
leoninas del mismo. Tampoco en aquellas decisiones que la afectan directamente:
el Euro, la independencia de los Bancos Centrales, el Tratado de Schengen y
un largo etcétera. No se nos ha consultado, ni en el ámbito europeo
ni menos aún en nuestro país, acerca de las posiciones defendidas
por la UE en los Organismos Internacionales (ONU, G7/8, OCDE, etc.). Con secretismo
y alevosía se defienden los intereses de las grandes compañías
transnacionales, mediante los Planes de Ajuste Estructural, los acuerdos de
la OMC, el peso agobiante de la Deuda E(x)terna, y su contrapartida, la Deuda
Ecológica que el Norte ha contraído con el Sur provocando el genocidio
de millones de personas de nuestro planeta con el estallido de crisis cíclicas
como la que hoy se produce en Argentina. Ha habido tanto entusiasmo para celebrar
la "Caída del Muro de Berlín", como hipocresía para construir
los "Muros de la Vergüenza" con que frenar, inútilmente, el flujo
de inmigrantes que el injusto sistema económico internacional provoca.
La Política Agraria Comunitaria que consume la mitad del presupuesto
de la UE destina el 80% de ese dinero público al 20% más rico
del sector, apuesta por un modelo agropecuario de producción intensiva
con la utilización de productos químicos que provoca inseguridad
alimentaria (de ello son ejemplo la crisis de las "vacas locas" o los pollos
con dioxinas) y agrava la crisis ecológica global. Los residuos radiactivos,
las emisiones de CO2, la explotación abusiva de los bosques, las políticas
despilfarradoras del agua y otros recursos naturales y la contaminación
química son otros tantos síntomas de la insostenibilidad del modelo
de sociedad que la UE promueve.
Los ministros de Economía y Finanzas de la UE se van a reunir precisamente
aquí, en Asturies, que es uno de los ejemplos más sangrantes de
cómo las políticas neoliberales y globalizadoras están
suponiendo una auténtica debacle económica, social cultural y
ambiental. A nadie se le escapa que desde el ingreso del Estado Español
en la UE, la economía asturiana está sufriendo una grave crisis
estructural que afecta muy negativamente a todas las manifestaciones de su vida
colectiva. En estos dieciséis años no sólo no se dio la
tan cacareada convergencia, sino una divergencia con Europa: más paro,
más desigualdad, menor tasa de actividad, emigración, destrucción
de los sectores básicos de la economía asturiana y deterioro ambiental.
No es éste un balance precisamente halagüeño y resulta un
tanto grotesco que se elija a Asturies como escaparate de esas políticas.
La presidencia española de la UE está marcada por la servidumbre
al militarismo de Estados Unidos y de su brazo armado, la OTAN, intensificado
después de septiembre del año pasado. Aznar, al declarar que la
primera preocupación de su Presidencia de la UE será la lucha
contra el terrorismo, y su apoyo a la guerra, demuestra la sumisión a
los intereses estadounidenses y la ausencia de una política exterior
europea autónoma. La guerra no es un paréntesis transitorio: es
el nuevo escenario en el cual el mercado, en medio de una crisis aguda, intenta
mantener su dominación, mediante el control de los recursos energéticos
del planeta; subvenciones a la industria que de otro modo no se podrían
justificar; y la imposición de un pseudo consenso acerca de la lucha
del "bien" contra el "mal". En el interior significa el recorte de las libertades
y la criminalización de los movimientos sociales, la persecución
de l@s inmigrantes y de toda forma de oposición popular a sus políticas.
Desde la CAMPAÑA CONTRA LA EUROPA DEL CAPITAL defendemos otra Europa,
en el convencimiento de que OTRO MUNDO ES POSIBLE.
Una Europa en el que sea la ciudadanía y no el mercado quien controle
la economía, con reparto de la riqueza y del trabajo (no sólo
del asalariado), mediante políticas económicas que tengan como
fin satisfacer las necesidades sociales de las personas y la protección
de su patrimonio ambiental y cultural. Una Europa que anteponga la libertad
y la igualdad de las personas a cualquier otro objetivo, desterrando el racismo,
el sexismo y la homofobia. Una Europa en la que la democracia participativa
sea una realidad y que permita el desarrollo de los derechos culturales, lingüísticos
y políticos de las personas y de los pueblos, incluido el de autodeterminación.
Una Europa que tenga como prioridad el fomento de la paz en el mundo, eliminando
las desigualdades entre las personas y los pueblos y suprimiendo los ejércitos.
Aplicando políticas de justicia universal, como la abolición inmediata
de la deuda externa de los países empobrecidos.
Una Europa respetuosa con el planeta y todos los seres vivos que en él
habitan, hoy amenazados por un mercado sin límites. Una Europa que haga
de la alimentación sana y sostenible un derecho y no un negocio.
Las personas y colectivos que componemos la Campaña contra la Europa
del Capital - Asturies 2002 queremos ser parte del proceso y hacemos un llamamiento
al conjunto de la ciudadanía para que muestre, de forma inequívoca,
su oposición al actual modelo de construcción europea apoyando
las protestas y las movilizaciones sociales que se sucederán a lo largo
de este semestre.
CONTRA LA EUROPA DEL CAPITAL Y LA GUERRA
GLOBALICEMOS LAS RESISTENCIAS
OTRO MUNDO ES POSIBLE