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29 de
enero del 2002
Argelia: Masacres bajo el manto de la democracia
Javier Torres
Desde 1992, en Argelia ha habido detenciones ilegales, matanzas,
desaparecidos, ejecutados y torturados hasta morir (con electroshock, sopletes,
operaciones quirúrgicas con batidoras y taladros... sin anestesia...)
a manos del Ejército y el Poder de Estado, bajo un manto de democracia
que sólo permite el funcionamiento del partido único actualmente
en el poder.
Argelia fue colonizada por Francia, quien intentó imponer durante un
período de 130 años -hasta la independencia en 1962- su modelo
cultural y económico. El régimen militar se sucede siempre en
el campo político, con el Frente de Liberación Nacional (FLN)
como partido único.
A finales de los años 80 (septiembre y octubre 1988) sale la protesta
a la calle ante la corrupción y la degradación de las condiciones
económicas. Las manifestaciones son reprimidas con tiros y se levanta
el Estado de Urgencia. Días despúes, se anunciaría un
referendum para modificar la Constitución y así abrir el pluralismo
político en el país.
En marzo de 1989, el movimiento islámico argelino crea el Frente Islámico
de Salvación (FIS) para luchar por un cambio político pacífico,
con principios basados en el Islam y con un proyecto de sociedad islámica.
Busca ello a través de la volundad popular en las urnas. En septiembre
de 1989, el FIS es oficialmente admitido y aceptado. En las primeras elecciones
libres de junio 1990, el FIS triunfa como principal partido de la oposición
en Argelia.
Frente a esta victoria de Asambleas Locales (provinciales y municipales),
el FLN intenta poner obstáculos al funcionamiento de los Ayuntamientos
y adopta una nueva ley electoral que le favorezca más. Surgirán
entonces manifestaciones, protestas, y una gran huelga. La Asamblea Nacional
Popular y el FLN, todavía bajo control militar de los generales, pretende
que el FIS no asuma el gobierno, sea como sea.
Cuando en las elecciones legislativas del 26 de diciembre de 1991, el FIS
gana con gran mayoría la primera vuelta, a cinco días de la
segunda vuelta electoral, el mando militar de los generales decide dar un
Golpe de Estado.
La interrupción del proceso electoral, tras el cual el partido islamista
FIS hubiera obtenido la mayoría absoluta de los escaños en la
Asamblea Nacional es el desencadenante del actual conflicto, en que el Ejército
y el partido gobernante han violado los derechos humanos y suprimido la democracia
en medio de la impunidad de los culpables y del silencio de la comunidad internacional,
y en particular, de España, a sólo 200 km. de la frontera.
En la madrugada del 22 al 23 de septiembre de 1997, por ejemplo, ocurrió
la Matanza de Bentalha, en las afuera de Baraki, donde más de 200 personas,
entre ellos muchos niños, fueron asesinadas. A pesar de que los cuarteles
militares quedaban a poca distancia, las fuerzas de seguridad no intervinieron
para impedir o parar la masacre, en que hombres, mujeres y niños fueron
decapitados, mutilados y asesinados.
La mayoría de las matanzas se han producido en los alrededores de la
capital, en la región más militarizada del país, y a
menudo muy cerca de cuarteles del Ejército y puestos de las fuerzas
de seguridad. Pero ni el Ejército ni las fuerzas de seguridad han intervenido
nunca para detenerles, y en todos los casos han permitido a los asesinos huir
sin impedirles el paso.
Las masacres ocurren en áreas en las que una gran parte de la población
había votado al hoy ilegalizado Frente Islámico de Salvación
(FIS) antes de la anulación del proceso electoral y de la imposición
del Estado de Excepción en 1992. Entre las víctimas se cuentan
simpatizantes del FIS, personas que habían ofrecido apoyo activo o
pasivo a los grupos "islamistas armados", así como individuos que se
habían negado a incorporarse a las milicias armadas por el Estado.
Algunas matanzas las han perpetrado grupos que actuaban bajo las órdenes
de ciertas unidades del Ejército y las fuerzas de seguridad, o que
lo hicieron con su consentimiento. Parece ser que el Gobierno así intenta
"erradicar" físicamente a los islamistas que había jurado destruir
políticamente