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Abril 9, 2025
Internacionales
 

22 de enero del 2002
Israel y Estados Unidos, una relaci�n �nica

James Petras
CSCAweb/Rebeli�n

L
as relaciones entre EE.UU e Israel han sido descritas de distintas maneras. Los pol�ticos se refieren a Israel como el mejor aliado de EE.UU en Oriente Medio, si no en el mundo. Otros lo consideran un aliado estrat�gico. Algunos piensa que Israel y EE.UU comparten valores democr�ticos comunes en la guerra contra el terrorismo. Dentro de la izquierda, los cr�ticos consideran a Israel una herramienta del imperialismo norteamericano para minar el nacionalismo �rabe, un baluarte contra el terrorismo fundamentalista isl�mico. Unos pocos escritores se�alan el "exceso de influencia" que el gobierno israel� ejerce en la pol�tica del gobierno norteamericano a trav�s de los poderosos lobbies y personalidades jud�os en los c�rculos medi�ticos, financieros y pol�ticos.
Aun cuando haya algo de verdad en lo anterior, existe un aspecto �nico en esta relaci�n entre una potencia imperial como EE.UU y una potencia regional como Israel. A diferencia de la relaci�n de Washington con la Uni�n Europea (UE), Jap�n y Ocean�a, Israel es quien presiona y obtiene vastas transferencias de recursos financieros (2,8 mil millones de d�lares al a�o; 84 mil millones en 30 a�os). Israel obtiene transferencias de los m�s modernos armamento y tecnolog�a, acceso sin restricciones a los mercados de EE.UU, libre acceso de emigrantes, el compromiso de apoyo incondicional de EE.UU en caso de guerra y represi�n del pueblo palestino colonizado, y la garant�a del voto de EE.UU en contra de cualquier resoluci�n de Naciones Unidas.
Desde el punto de vista de las relaciones entre Estados, la potencia menor regional es la que arranca un tributo al Imperio, un resultado aparentemente �nico o parad�jico. La explicaci�n de esta paradoja se encuentra en el poderoso e influyente papel de los jud�os proisrael�es en sectores estrat�gicos de la econom�a norteamericana, partidos pol�ticos, el Congreso y el poder Ejecutivo. El equivalente m�s pr�ximo con imperios del pasado es el de los influyentes colonizadores blancos de las colonias, que por medio de sus v�nculos en el extranjero fueron capaces de obtener subsidios y relaciones comerciales especiales.
Los "colonos" israel�es en EE.UU han invertido y donado miles de millones de d�lares a Israel, en algunos casos desviando fondos de las cuotas de los sindicatos de trabajadores con bajos sueldos para comprar bonos israel�es empleados para financiar nuevos asentamientos coloniales en los territorios ocupados. En otros casos, el Estado de Israel ha protegido a jud�os fugitivos de la justicia norteamericana, especialmente a riqu�simos estafadores como Mark Rich, e incluso a g�ngsteres y asesinos. Las ocasionales demandas oficiales de extradici�n por parte de la justicia norteamericana han sido deliberadamente ignoradas.
El imperio colonizado se ha desvivido por ocultar su sumisi�n ciega a su supuesto aliado, pero poder hegem�nico de hecho.
La relaci�n entre EE.UU e Israel es la primera de la historia contempor�nea en la que el pa�s imperial encubre un importante ataque militar deliberado de un supuesto aliado. En 1967 el U.S. Liberty, un barco de comunicaciones y de reconocimiento, fue bombardeado y destruido durante casi una hora por aviones de combate israel�es en aguas internacionales, lo que provoc� cientos de muertos y heridos entre los marineros y oficiales [1]. Mensajes por radio israel�es interceptados as� como el hecho se que se mostrara muy claramente la bandera norteamericana demuestran que fue un acto deliberado de agresi�n. Washington actu� como habr�a actuado cualquier dirigente del tercer mundo ante un embarazoso ataque a su hegemon�a: silenci� a sus oficiales de marina que hab�an sido testigos del ataque y acept� discretamente una compensaci�n y una disculpa formal. Aparte del hecho de que esto fuera una acci�n sin precedentes en las relaciones militares y diplom�ticas de EE.UU con cualquier aliado, no se conoce ning�n caso de un pa�s imperial que encubra un ataque de un aliado regional. Muy al contrario, a circunstancias similares han seguido respuestas diplom�ticas y militares belicosas.
En ning�n caso se puede explicar esta aparente anomal�a por medio de la debilidad militar o la ineficacia diplom�tica: el armamento de Washington es claramente superior y sus diplom�ticos son capaces de elevar una en�rgica protesta ante aliados o adversarios cuando existe voluntad pol�tica. El lobby jud�o- norteamericano, los congresistas, los medios y los magnates de Wall Street estrat�gicamente situados en el sistema pol�tico econ�mico de EE.UU, garantizaron que el Presidente Johnson actuara d�cilmente [2]. Ni fueron necesarias presiones directas porque un liderazgo pol�tico hegem�nico act�a, aparentemente, seg�n sus propias creencias una vez aprendidas la reglas del juego pol�tico. La relaci�n entre EE.UU e Israel es una relaci�n �nica, que ni siquiera un ataque militar no provocado puede poner en cuesti�n. Como todos los poderes hegem�nicos, Washington amenaz� a los testigos de la marina norteamericana con un juicio militar si hablaban mientras que mimaban a sus agresores en Tel Aviv.
Otro ejemplo de la asim�trica relaci�n se encuentra en uno de los principales casos de espionaje durante la Guerra Fr�a que implic� a un agente israel�, Jonathan Pollard, y al Pent�gono. Pollard rob� y copi� durante varios a�os bolsas llenas de documentos reservados sobre el servicio de inteligencia norteamericano, la contrainteligencia, planes estrat�gicos y armamento militar, y los puso en manos israel�es. Fue el caso de espionaje m�s importante llevado a cabo contra EE.UU por cualquier aliado en la historia reciente. Pollard y su mujer fueron declarados culpables. El gobierno norteamericano protest� en privado al israel�. Los israel�es, por su parte, organizaron por medio de sus aliados jud�o-norteamericanos un lobby para hacer propaganda a su favor. Finalmente, todos los principales dirigentes israel�es e integrantes de los lobbies jud�o-norteamericanos hicieron campa�a a favor de su amnistia y estuvieron a punto de lograrlo con el presidente Clinton.
La desigual relaci�n se hace claramente patente en el caso de un importante fugitivo de la justicia, Mark Rich. Financiero y comerciante, el tribunal federal norteamericano lo conden� por diversos casos de clientes estafados y timados. Huy� a Suiza y posteriormente obtuvo el pasaporte y la ciudadan�a israel� al invertir fuertes cantidades de su mal adquirida fortuna en industrias y obras ben�ficas israel�es. A pesar de la gravedad de su delito, Rich se code� con los principales l�deres en Israel y con su elite econ�mica. En el a�o 2000 el primer ministro israel� y numerosas personalidades jud�as pro-israel�es, incluyendo a la ex-esposa de Rich, convencieron a Clinton de que lo amnistiara. Mientras se alzaban protestas por la relaci�n entre la amnistia de Rich y la contribuci�n de m�s de 100.000 d�lares realizada por su esposa al Partido Dem�crata, la subyacente relaci�n de subordinaci�n a la influencia israel� y al poder del lobby israel� en EE.UU se hac�a claramente m�s importante. Vale la pena se�alar que es extraordinariamente poco frecuente que un presidente de EE.UU consulte a un gobernante extranjero (como hizo Clinton con Barak) en relaci�n a un estafador convicto. No tiene precedentes el perdonar a un acusado fugitivo de la justicia y que nunca cumpli� condena.
El poder de Israel se manifiesta en los numerosos peregrinajes anuales que influyentes pol�ticos norteamericanos hacen a Israel para declarar su lealtad al Estado israel�, incluso durante periodos de represi�n intensiva de los rebeldes. Por el contrario, los s�trapas norteamericanos del mini-imperio israel� aplaudieron la invasi�n del L�bano por parte del Estado jud�o, su sangrienta represi�n de la primera y segunda Intifada y se opusieron a cualquier mediaci�n internacional para prevenir m�s masacres israel�es, sacrificando as� cualquier credibilidad en la ONU.
En las votaciones en la ONU, incluso en el Consejo de Seguridad, a pesar de la abrumadora evidencia de violaciones de los derechos humanos presentada por los aliados de la UE, Washington ha trabajado duro al servicio de su hegemon�a. Sacrificando su credibilidad internacional y distanci�ndose deliberadamente de otras 150 naciones, Washington calific� las cr�ticas al racismo israel� de antisemitismo. Esto no constituye el punto culminante del servilismo de Washington ante Israel.
El caso m�s reciente y quiz� m�s importante del servilismo de Washington sucedi� en los meses anteriores y posteriores al ataque del 11 de septiembre al World Trade Center y al Pent�gono. El 12 de diciembre de 2001, los informativos de la Fox supieron por fuentes del servicio de inteligencia de EE.UU e investigadores federales que desde el 11 de septiembre hab�an sido detenidos 60 israel�es implicados en una campa�a mantenida durante largo tiempo para espiar a funcionarios del gobierno norteamericano. Muchos de estos detenidos son agentes israel�es activos, militares o de la inteligencia. Fueron arrestados seg�n la Ley Patri�tica antiterrorista. Muchos fueron descubiertos en el detector de mentiras al responder a preguntas relativas a actividades de vigilancia contra y en EE.UU. A�n m�s grave, investigadores federales creen con raz�n que los agentes israel�es hab�an recopilado previamente informaciones acerca de los atentados del 11 de septiembre y que no informaron a su aliado de Washington. El grado de implicaci�n de Israel en los hechos del 11 de septiembre es un secreto celosamente guardado. Un importante investigador federal dijo a los informativos de la Fox que existen "conexiones". Cuando se le pidi� que diera detalles, el investigador federal se neg�: "las pruebas que vinculan a estos israel�es con el 11 de septiembre est�n clasificadas. No puedo hablarles de las pruebas que se han reunido. Es informaci�n clasificada".
Nada como este caso de espionaje israel� ejemplifica el poder que Israel tiene sobre Washington. Incluso en el caso del peor bombardeo en la historia de EE.UU Washington suprime pruebas reunidas federalmente que vinculan a conocidos esp�as israel�es con posibles evidencias de un conocimiento previo. Es evidente que estas pruebas pueden plantear preguntas acerca de los v�nculos y lazos entre elites pol�ticas y econ�micas as� como minar las relaciones estrat�gicas en Oriente Medio. Lo que es m�s importante, puede enfrentar a la Administraci�n Bush con el lobby jud�o norteamericano y su poderosa red formal e informal en los medios, las fianzas y el gobierno. Los informativos de la Fox obtuvieron numerosos documentos clasificados de investigadores federales, probablemente frustrados por el encubrimiento del espionaje israel� por parte de dirigentes pol�ticos en Washington. Estos documentos revelan que incluso antes del 11 de septiembre, al menos otros 140 israel�es hab�an sido detenidos o arrestados en una investigaci�n secreta sobre el espionaje israel�, a gran escala y durante muchos a�os, en EE.UU. Ninguno de los principales medios escritos o electr�nicos inform� de estas detenciones. Ni el presidente ni ninguna de las principales figuras del Congreso habl� acerca de los continuos y persistentes esfuerzos de Israel por obtener datos militares y de inteligencia claves de EE.UU.
Los documentos clasificados detallan "cientos de incidentes en ciudades y pueblos por todo el pa�s", que los investigadores aseguran que pueden ser una creciente actividad de la inteligencia israel� organizada. Seg�n los documentos federales citados por los informativos de la Fox, los agentes israel�es seleccionaron y penetraron en bases militares, en la DEA [Agencia contra la droga], en el FBI y en docenas de centros gubernamentales e incluso en oficinas secretas y domicilios particulares (no incluidos en ninguna gu�a) de personal de los departamentos de justicia e inteligencia. El documento de la General Accounting Office [Oficina General de Cuentas] -una secci�n de investigaci�n de Congreso norteamericano- se refiere a Israel como "Pa�s A" y afirma que "el gobierno del Pa�s A lleva a cabo la m�s agresiva operaci�n de espionaje contra EE.UU de todos los pa�ses aliados de EE.UU". Un informe de la Inteligencia de Defensa afirma que Israel tiene una "voraz apetito de informaci�n... Recopila agresivamente tecnolog�a militar e industrial, y EE.UU es su principal prioridad".
El Informe de los informativos de la Fox escrito por Carl Cameron apareci� en Internet un d�a (el 12 de diciembre de 2001) y luego desapareci�; no hubo continuaci�n. Ninguno de los dem�s medios aprovech� este importante informe sobre espionaje. Es indudable que la poderosa influencia proisrael� sobre los medios tuvo que ver con ello. M�s significativamente que la "presi�n" directa, la hegemon�a israel� "persuade", "intimida" a los medios y a los dirigentes pol�ticos para que act�en con la mayor discreci�n restringiendo la informaci�n sobre apropiaci�n israel� de informaci�n estrat�gica.
Mientras que la red de agentes israel�es a veces es objeto de arrestos, interrogatorios y expulsiones, el Estado israel� y sus ministros en activo nunca son condenados p�blicamente, ni hay nunca respuesta oficial alguna como la simb�lica retirada temporal del embajador norteamericano.
El paralelismo m�s cercano con el comportamiento estadounidense respecto a los esp�as israel�es es la respuesta de los pa�ses pobres y dependientes del Tercer Mundo ante casos de espionaje norteamericano. En este contexto, los d�ciles gobernantes piden discretamente al embajador que refrene a algunos de los m�s agresivos agentes.
Una pregunta no respondida: el 11 de septiembre y los israelies
Despu�s del 11 de septiembre, por todo el Oriente �rabe circularon rumores de que el bombardeo hab�a sido una conspiraci�n israel� para incitar a Washington a atacar a sus adversarios �rabe-musulmanes. Estas noticias y sus autores s�lo proporcionaron pruebas circunstanciales, a saber, que la campa�a antiterrorista de Bush legitimaba la represi�n "antiterrorista" de los palestinos por parte de Sharon. Las noticias que implicaban a Israel fueron completamente descartadas por todos los medios y dirigentes pol�ticos adeptos. Los investigadores federales norteamericanos revelan ahora que Israel pudo haber tenido noticias del ataque antes de que �ste ocurriera y no informar de ello.
Esto plantea la cuesti�n de la relaci�n entre terroristas �rabes y los servicios de informaci�n israel�es. �Penetraron los israel�es en el grupo u obtuvieron informaci�n acerca de ellos? La informaci�n confidencial de los investigadores federales podr�a posiblemente clarificar estas vitales cuestiones. Pero, �se har� alguna vez p�blica esta informaci�n confidencial? Lo m�s probable es que no, por la sencilla raz�n de que pondr�a de manifiesto, por medio de esos agentes secretos, la influencia israel� en EE.UU y, m�s importante, de sus poderosos lobbies en el extranjero y de sus aliados en el gobierno y las finanzas. La ausencia de cualquier declaraci�n p�blica concerniente al posible conocimiento israel� de los hechos del 11 de septiembre es muestra de la vasta, omnipresente y agresiva naturaleza de sus poderosos defensores en la di�spora. Dada la enorme importancia econ�mica y pol�tica que los medios han otorgado al 11 de septiembre, y los aplastantes poderes, fondos e instituciones creados en torno a la cuesti�n de la seguridad nacional, es sorprendente que no se haya mencionado a las redes de espionaje israel� que operan en las m�s delicadas esferas del antiterrorismo norteamericano.
Por supuesto, esto no es sorprendente si comprendemos correctamente la "relaci�n �nica" entre el imperio norteamericano e Israel, una potencia regional.
Cuestiones te�ricas
La relaci�n entre EE.UU, una potencia global imperial, e Israel, una potencia regional, nos proporciona un modelo �nico de relaciones interestatales. En este caso, la potencia regional arranca un tributo (2,8 mil millones de d�lares en contribuciones directas del Congreso norteamericano), libre acceso a los mercados norteamericanos, protecci�n en el extranjero a delincuentes jud�os ante procesos judiciales o posible extradici�n a EE.UU mientras est�n implicados en espionaje persistente y blanqueo de dinero. Adem�s, Israel establece l�mites de la pol�tica de EE.UU en Oriente Medio en foros internacionales. La hegem�nica posici�n israel� ha perdurado tanto bajo la presidencia republicana como bajo la dem�crata, durante casi medio siglo. En otras palabras, es una relaci�n historicamente estructural, que no se basa ni en personalidades ni en configuraciones transitorias de pol�tica de partido.
Diversas hip�tesis emergen del estudio de esta realci�n �nica.
La primera proviene del hecho de que el Estado territorial israel� tiene poco poder de persuasi�n, alcance econ�mico o influencia militar, en comparaci�n con las principales potencias (Europa y EE.UU). El poder de Israel se basa en la di�spora, las muy bien estructuradas y pol�tica y econ�micamente poderosas redes jud�as que tiene acceso directo e indirecto a centros de poder y de propaganda en el m�s poderoso pa�s imperial del mundo. El tributo es extraido por medio de la influencia de esos "colonialistas internos" que operan en el nivel de los fabricantes de opini�n en los medios y v�a el Congreso y la presidencia. Cerca del 50% de los fondos del Partido Dem�crata procede de jud�os proisrael�es. Por cada d�lar gastado por las redes jud�as para influenciar el voto, el Estado de Israel recibe 50 en ayudas para financiar la construcci�n y el armamento de los asentamientos coloniales en los Territorios Ocupados, incluyendo piscinas, jardineros rumanos y doncellas filipinas.
Por medio de las redes en el extranjero, el Estado israel� puede intervenir directamente y establecer los par�metros de la ayuda exterior norteamericana en Oriente Medio.
Las redes en el extranjero desempe�an un papel principal en perfilar el debate interno sobre a la pol�tica norteamericana respecto a Israel. La propaganda que asocia la represi�n israel� de los palestinos a una respuesta justificada de las v�ctimas del Holocausto ha sido repetida y divulgada por todos los medios. Desde las cumbres de los medios a las salas de juntas de los abogados y las salas de espera de los m�dicos los que apoyan la red tildan agresivamente de antisemita a cualquier voz cr�tica. Por medio de la intimidaci�n a nivel local y de maliciosas intromisiones en las distintas profesiones, los fan�ticos defienden la pol�tica israel� y a sus dirigentes, aportan dinero, organizan a los votantes y se infiltran en los despachos. Una vez ah� sintonizan con las necesidades de la pol�tica israel�.
El fen�meno de expatriados extranjeros que tratan de influir en una potencia imperial no es exclusivamente jud�o. Pero en ning�n otro caso tiene conexiones dirigidas a establecer una relaci�n hegem�nica duradera: EE.UU, imperio colonizado por un poder regional, paga tributo a Israel y est� sometido a las anteojeras ideol�gicas de estos colonos extranjeros.
Muchas preguntas permanecen sin respuesta mientras el Imperio prosigue agresivamente su expansi�n militar y las voces internas de la represi�n reducen los t�rminos del debate p�blico.
Conclusi�n
Al tiempo que estos colonos extiende su influencia por las esferas pol�tica e intelectual, se sienten mas seguros reafirmando la superioridad israel� sobre EE.UU, especialmente en los �mbitos de la coacci�n pol�tica y la guerra. Se jactan descaradamente de la superioridad del sistema de seguridad israel�, de sus m�todos de interrogatorio, incluyendo sus t�cnicas de tortura, y piden que EE.UU siga la agenda de guerra Israel en Oriente Medio.
Seymour Hersch insta al FBI y a la Agencia de Inteligencia norteamericanos para que siga la pr�ctica de la polic�a secreta israel� de usar o amenazar con tortura a los familiares, padres incluidos, de los sospechosos de terrorismo. Richard Perle, que tiene una gran influencia en el Departamento de Defensa de Rumsfeld, aboga por la t�ctica israel� de bombardeos ofensivos a los adversarios. "En 1981 los israel�es se enfrentaron a una decisi�n urgente: �deb�an permitir que Sadam Husein abasteciera de combustible a un reactor nuclear construido por Francia cerca de Bagdad, o destruirlo? Los israel�es decidieron atacar preventivamente. Todo lo que sabemos (sic) acerca de Sadam Hussein obliga (sic) al presidente Bush a tomar una decisi�n similar: emprender una acci�n preventiva o esperar, posiblemente hasta que sea demasiado tarde" [3].
Otro prominente colono, el senador Joseph Lieberman, hizo un llamamiento para que EE.UU bombardeara Siria, Iraq e Ir�n tras el 11 de septiembre, haci�ndose eco del consejo del primer ministro Sharon al presidente Bush. Alan Dershowitz, profesor de derecho en Harvard, refrend� p�blicamente la represiva legislaci�n en EE.UU, cuyo modelo era el sistema israel� de detenci�n ilimitada de palestinos.
Los colonos subordinan la pol�tica norteamericana a las necesidades de la pol�tica exterior israel�, independientemente de las circunstancias y de los extremos a los que les empuja la pol�tica colonial israel�. Adem�s, como representantes del poder hegem�nico en EE.UU, tratan incluso de controlar a bajo nivel las medidas de seguridad -tortura en los interrogatorios- al tiempo que se convierten en vociferantes defensores de una guerra generalizada en Oriente Medio. Los colonos han influido con �xito en el gobierno de EE.UU para que bloquee cualquier iniciativa de la UE respecto a una mediaci�n internacional, al tiempo que EE.UU auspiciaba el Plan Mitchell, que recomendaba observadores de paz. En resumen, a pesar de sus intranscendentes y puntuales cr�ticas a los excesos de Israel, EE.UU no s�lo ha sido un defensor incondicional de Israel, sino que ha hecho lo mismo, en el contexto de la sangrienta y prolongada represi�n y ocupaci�n de los territorios palestinos, de las que Washington es c�mplice. La hegemon�a israel� sobre EE.UU a trav�s de sus colonos es un arma formidable para neutralizar a los aliados de EE.UU de la OTAN, a los vasayos petroleros �rabes, a la vasta mayor�a de la Asamblea General de la ONU e incluso a su propio p�blico en determinados asuntos de Oriente Medio.
M�s peligrosa todav�a es la paranoia irracional que los colonos transfieren de la pol�tica israel� a EE.UU. Todos los �rabes son sospechosos. Se debe a amenazar a los adversarios de Oriente Medio, si no bombardearlos. Se deben establecer tribunales militares secretos y la justicia sumaria para los sospechosos de terrorismo. Los medios est�n especialmente puestos a punto para recoger el s�ndrome de paranoia israel�: magnificando cada amenaza, mostrando la resoluci�n y eficiencia israel� contra los terroristas �rabes. El estilo paranoico de la pol�tica ha conducido a los ataques israel�es a pa�ses �rabes en Oriente Medio, al espionaje en EE.UU, a la compra ilegal de armas nucleares en EE.UU y a una violencia sin tregua contra los palestinos y los libaneses. El peligro es que la asimilaci�n del estilo paranoico por parte de EE.UU tiene enormes consecuencias, no s�lo para Oriente Medio, sino para el resto del mundo y para las libertades democr�ticas en EE.UU.
Lo que los intelectuales colonos y otros publicistas israel�es olvidan mencionar es que la pol�tica de seguridad israel� es un completo desastre: estaciones de autob�s, centros comerciales, hoteles de cinco estrellas, pizzer�as y todas sus fronteras han sido atacados, y cientos de ciudadanos israel�es han sido asesinados o heridos. Miles de israel�es cultos huyen del pa�s precisamente a causa de la inseguridad y de la proximidad de la violencia que ni el Shin Ben, ni el ej�rcito, ni los colonos de los asentamientos son capaces de impedir.
Ciegos ante los fallos de la seguridad israel�, los colonos insisten en crear condiciones para la represi�n interna y la guerra externa. Dado su influyente papel en los medios, su importancia en las p�ginas de opini�n y en los editoriales de los m�s prestigiosos peri�dicos, el mensaje de los colonos llega mucho m�s all� de su limitado n�mero y de su mediocridad intelectual. Posici�n y dinero pueden compensar sus patolog�as sicol�gicas y pol�ticas as� como anular cualquier escr�pulo acerca de lealtades dobles.
Notas:
1. James Bamford, Body of secrets. Doubleday: New York, 2001. pp.: 187-239.
2. Muchos jud�os no est�n de acuerdo con aspectos particulares de la pol�tica israel� y no aprueban el incondicional apoyo del lobby jud�o-norteamericano a Israel. Pero sus voces no se escuchan y en la mayor�a de los casos tienen escasa o nula influencia en la pol�tica, los medios y la econom�a.
3. New York Times, 28 de diciembre de 2001, p�g. 19.

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