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LA
CONVENCION DE GINEBRA NO CUBRE A LOS CAUTIVOS
No hay derecho en Guantánamo
Por David
Teather
Desde Nueva York
El secretario de Defensa
norteamericano Donald Rumsfeld intervino ayer en la discusión sobre
el trato a los cautivos talibanes y de Al-Qaida en Cuba para decir que no
se les daría el estatus de prisioneros de guerra. En una visita al
controvertido campo de detención en la Bahía de Guantánamo,
Rumsfeld, que ha sido un defensor explícito de la base, dijo que no
había ninguna posibilidad de que la administración Bush cambiara
de opinión sobre el asunto. "No son prisioneros de guerra, ni
se decidirá que son prisioneros de guerra", declaró.
Rumsfeld hizo estas declaraciones después de que emergiera una división
potencialmente dañina en el gobierno norteamericano durante el fin
de semana entre el secretario de Estado, Colin Powell, y el presidente Bush
sobre el estatus de los cautivos. Rompiendo con otros funcionarios del gabinete,
Powell está presionando a Bush para que declare que los 158 detenidos
merecen la protección de la Convención de Ginebra sobre prisioneros
de guerra. La administración Bush ha decidido que los cautivos son
"combatientes ilegales", lo que significa que no pueden hacer uso
de los derechos otorgados por la Convención. La administración
ha rechazado conferirles ese trato porque quiere flexibilidad a la hora de
interrogar a los detenidos. Lo que está puesto en juego en la discusión
aumentó en importancia cuando el Wall Street Journal dijo que había
recibido una fotografía de uno de sus periodistas con un arma contra
su cabeza de un grupo llamado Movimiento Nacional para la Restauración
de la Soberanía Paquistaní, pidiendo una mejora en el trato
a los prisioneros en la Bahía de Guantánamo. El periodista,
Daniel Pearl, está desaparecido desde el miércoles.
El Consejo de Seguridad Nacional debatirá el tema de los prisioneros
hoy. Andrew Card, secretario general de la Presidencia, trató de desactivar
la pelea. "Habrá algunas discusiones sobre las provisiones de
la Convención de Ginebra pero no hay desacuerdos sobre las características
de esta gente, el peligro que representan para nosotros y la información
que puedan tener algunos de ellos –dijo–. Estados Unidos respeta la Convención
de Ginebra pero esta gente no representa a un Estado: son combatientes ilegales."
El comandante del campo informó ayer que guardias militares habían
encontrado rocas y piedras en las celdas de los sospechosos de terrorismo,
que podrían haber sido usadas para preparar un ataque. El trato de
los detenidos en el "Campo–Rayo X" se ha vuelto un tema inflamatorio.
Imágenes de los cautivos llegando atados y sentados en celdas cuadradas
de 2,5 metros han atraído feroces críticas de políticos
y de grupos de derechos humanos del mundo entero. El gobierno de EE.UU. ha
dicho que los detenidos están siendo tratados humanamente. Una delegación
del Congreso visitó el campo el viernes y dijo que estaba satisfecha
con el modo en que se está tratando a los detenidos. Funcionarios británicos
también dijeron que los detenidos están siendo bien tratados.
Las preocupaciones de Powell aparecen detallados en un memo del consejero
legal de la Casa Blanca Alberto Gonzales al presidente Bush, y que fue filtrado.
El memo informa al presidente de la creencia de Powell en el sentido de que
tanto los detenidos talibanes como los de Al–Qaida deben estar cubiertos por
la Convención de Ginebra. Pero la carta de Gonzales descarta el argumento
de Powell y favorece reafirmar la posición de la administración.
Gonzales dice en el memo que los "argumentos por una reconsideración...
no son convincentes".
El estatus de los cautivos es crítico. Bajo la Convención de
Ginebra los prisioneros tienen el derecho a no dar más que su nombre,
su rango y sus números de identidad militares. Los cautivos también
pueden elegir sus propios líderes y ser repatriados en el momento del
cese de las hostilidades a menos que sean encarcelados por crímenes
de guerra. (De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12).