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Critica
la prensa de EE. UU. que no haya hablado
del financiamiento de campañas electorales
Suaviza la Casa Blanca
declaraciones de Bush en torno a Irán, Irak y Corea del Norte. El mandatario
no pretende "una acción militar inminente" en esos países, explica
un vocero
REUTERS, AFP, DPA Y PL
Washington, 30 de enero. La Casa Blanca intentó hoy suavizar el tono
del primer discurso del presidente George W. Bush sobre el estado de la Unión,
al sostener que cuando el mandatario señaló anoche a Irán,
Irak y Corea del Norte como países que forman un "eje de maldad", no
pretendía dar señales de una "acción militar inminente".
Por lo pronto, el Congreso estadunidense adelantó que apoyaría
una intervención militar contra estos tres países, declaró
el líder de la mayoría demócrata (opositora) del Senado,
Thomas Daschle. "Debemos hacer todo lo necesario para impedir el tipo de atentados
de los que fuimos testigos el otoño pasado. Si eso requiere ataques
preventivos, el Congreso está dispuesto a apoyarlos", afirmó
a la cadena ABC.
Cuando se le preguntó si el Congreso aprobaría miles de millones
de dólares adicionales para la Defensa, como solicitó el presidente,
Daschle indicó que el cuerpo legislativo necesita más detalles
acerca de dónde provendría este dinero.
"Sabemos que ya estamos comprometidos a pedir prestado casi un billón
de dólares de los fondos del Seguro Social y Medicare durante los próximos
diez años", dijo Daschle.
El discurso de 50 minutos de Bush se concentró, inusitadamente, en
asuntos anteriores, sobre todo en la guerra contra el terrorismo.
La prensa estadunidense saludó en forma prácticamente unánime
las declaraciones de Bush en materia de política extranjera, aunque
algunos medios destacaron que no mencionó ningún plan detallado
sobre la próxima etapa en la lucha antiterrorista, y se mostraron críticos
respecto de las declaraciones sobre política interior. Y The Washington
Post y The New York Times coincidieron al manifestar su decepción ante
la ausencia de un llamado a una reforma del financiamiento de las campañas
electorales tras la quiebra de Enron, cuyas enormes contribuciones a la clase
política estadunidense alientan sospechas de corrupción.
También en el ámbito económico, el legislador demócrata
Richard Gephardt puntualizó que mientras "estamos hombro con hombro
en la guerra", esto no significa un alineamiento en la cuestión económica.
Joseph Cirincione, de la Fundación Carnegie, estimó por su lado
que el discurso de Bush revela que "los halcones parecen haber tomado el control
de la política estadunidense".
Helmut Sonnenfeld, de la Fundación Brookings, consideró en cambio
que "Bush no quiso desvalorizar su mensaje sobre el terrorismo, por lo tanto
dejó de lado otros temas" de política exterior.
Ari Fleischer, vocero de la Casa Blanca, aclaró hoy que el tono de
Bush fue más "retórico que histórico", al referirse a
un "eje de maldad", en alusión al eje entre Alemania, Italia y Japón
durante la Segunda Guerra Mundial.
Anoche, el mandatario usó un duro lenguaje para describir a Irán,
Irak y Corea del Norte, diciendo que esos países estaban desarrollando
armas de exterminio masivo. "Estados como ésos, y sus aliados terroristas,
constituyen un eje de maldad, armándose para amenazar la paz del mundo",
afirmó.
Fleischer dijo además que Bush "no está enviando una señal
de acción militar inminente", aunque sostuvo que el discurso "es una
expresión de cuan seriamente el presidente toma la protección
de nuestro país".
Sobre Irak, país que muchos consideran el próximo blanco estadunidense,
Bush dijo que se ha "confabulado para desarrollar ántrax, gas nervioso
y armas nucleares durante más de una década".
Desde la Secretaría de Estado, el vocero Richard Boucher trató
también de restarle importancia a las amenazas de Bush, al alentar
a los gobiernos de los países señalados por Bush a sentarse
a la mesa de negociaciones para hablar sobre sus presuntos arsenales de armas
no convencionales. A inicios de este mes Washington anunció que se
reservaba el derecho a destruir las ojivas nucleares incluidas en un acuerdo
de reducción de armamentos pactado con Moscú.
A su vez, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, sostuvo que Irán
apoyó grupos rivales en Afganistán, y por este motivo "no fue
útil" en el establecimiento del gobierno de transición en Kabul.
Reacciones externas
La primera reacción al discurso de Bush vino de Teherán, donde
el canciller iraní, Kamal Jarazi, acusó a Estados Unidos de
buscar la hegemonía mundial. "Será mejor que el presidente estadunidense
respalde sus aseveraciones con evidencia en vez de repetir afirmaciones viejas
e infundadas", añadió.
En Bagdad, el vicepresidente iraquí, Taha Yassin Ramadan, tachó
de " estúpidas e indecentes" las declaraciones del presidente Bush
y consideró que "el gobierno estadunidense y la entidad sionista son
las fuentes del mal en el mundo entero". Con el pretexto de combatir el terrorismo,
Estados Unidos es el único país, junto con Israel, que practica
el terrorismo de Estado contra los pueblos y los gobiernos que no abdican
ante su voluntad, declaró a su vez el parlamentario Salem Al Qubaissi.
Los dos principales movimientos integristas islámicos palestinos, Hamas
y Jihad islámica, nombrados en el discurso de Bush, rechazaron las
acusaciones de terrorismo y dijeron que "ejercen su derecho a resistir a la
ocupación sionista. Esto está garantizado por el derecho internacional".
Y los medios de prensa oficiales de Corea del Norte señalaron que "la
vociferada 'amenaza' de la República Popular Democrática de
Corea es un sofisma que pretende justificar su presencia militar (estadunidense)
en Corea del Sur".