Polemicas fotos satelitales
Internet revela cuánto falta para (que se reedite una de las mayores estupideces humanas)que los EE.UU. ataquen Irak
Para desgracia de la administración Bush, cualquiera puede conectarse a la red para ver una serie de fotos satelitales de la base que la Fuerza Aérea norteamericana está ampliando en el corazón del golfo Pérsico. Cuando esté lista, dicen, empezarán a caer las bombas.
Por Eric Umansky
Tomadas durante los últimos seis meses, las fotografías de la base al-Udeid, publicadas en Internet por el grupo de supervisión militar Global Security (www.globalsecurity.org), muestran que los Estados Unidos están construyendo nuevas instalaciones para atender sus aviones en el Golfo Pérsico. Como era previsible, las tomas enfurecieron al Pentágono. Donald Rumsfeld, el secretario de Defensa de los EE.UU., dijo que las fotos sólo eran útiles "para que todo el mundo sepa qué estamos haciendo". Y gruñó: "Ojalá no hubieran existido". Pero, probablemente, ese deseo nunca le será concedido: la industria satelital comercial está en pleno apogeo. Y la aparición de las fotos resalta lo que muchos consideran "la próxima revolución de la información" y evidencia los esfuerzos de los EE.UU. por controlarla.
En otros tiempos, sólo las agencias de espionaje de las súper potencias podían tomar fotografías desde el espacio. Pero eso cambió para siempre, hace 16 años, cuando una empresa mixta francesa puso a la venta las primeras fotografías satelitales comerciales del mundo. La calidad de aquellas primeras imágenes no era particularmente buena, pero, a fines de 1999, la compañía norteamericana Space Imaging (www.spaceimagining.com), lanzó el Ikonos, el primer satélite de alta resolución, capaz de sacar fotos diez veces más claras que el satélite francés, lo que implica imágenes de una calidad que permite identificar desde el espacio el tamaño, el color, la marca y el modelo de un auto y, por lo tanto, pueden dimensionar los avances de las obras del campo aéreo que los EE.UU. están expandiendo en Qatar.
Igual que pasó con Internet y con los sistemas satelitales de posicionamiento global (GPS), fue el Departamento de Defensa norteamericano quien desarrolló la tecnología que permite captar imágenes satelitales. Y, al igual que en esos casos, también son sus funcionarios quienes intentan controlar su aplicación de cualquier modo. "Siempre invocan problemas de seguridad nacional para limitar el libre flujo de información", dijo Ann Florín, de la Brookings Institution (www.brook.edu/dybdocroot/). La cuestión se mantuvo en stand-by hasta que, en octubre del año pasado, preocupado porque Al Qaeda pudiera observar las maniobras de sus tropas en Afganistán, el gobierno norteamericano pagó a Space Imaging 4 millones de dólares por los derechos exclusivos para fotografiar zonas de guerra.
Pero, en el caso del Golfo, no se firmó ningún acuerdo por el estilo y, en lo que puede parecer una señal de que el gobierno de Bush está reconsiderando su política de control, tal vez no se firme nunca. "Ya no es nuestra primera opción. Creemos que ese tipo de acuerdos puede tener efectos estremecedores sobre la industria", dijo David Burpee, vocero de la National Imagery and Mapping Agency (www.nima.mil/), el organismo que regula la operación de los satélites comerciales. También empezó a surgir la competencia: una compañía basada en Chipre cuyos dueños son israelíes lanzó un satélite que, según parece, tiene las mismas cualidades que sus pares norteamericanos. Y Francia, Alemania, Italia, Corea y la India también están planeando poner en funcionamiento equipos mejores que los estadounidenses.
Como las compañías no norteamericanas no deben respetar las leyes sancionadas en Washington, algunos expertos norteamericanos empezaron a sugerir otros caminos para impedir que las imágenes lleguen a manos equivocadas. "Habría que impulsar los controles internacionales", dijo Ray Williamson, de la Universidad George Washington, de los EE.UU.. Otra propuesta, presentada por Robert Fabian, un ex jefe de estrategia de control espacial de la Fuerza Aérea norteamericana, sugiere el uso de "bloqueos espaciales" contra los satélites extranjeros que le venden fotos al enemigo. Si la compañía o el país donde opera ignoran las presiones diplomáticas, Fabian recomienda clausurar temporariamente el satélite. Y, si no funciona, pide una solución más duradera: "La ejecución física del satélite".
© The New York Times
Traducción de Claudia Martínez