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Internacional

18 de agosto del 2002

Revelan que Bush destinó casi 14 millones de dólares a evitar que se repitiera el recuento de votos en Florida y poder ganar la presidencia

Diario Clarín

Un nuevo escándalo involucra al presidente de los Estados Unidos, George W. Bush. Ahora, apareció un expediente que revela supuestos pagos a activistas republicanos para frenar el recuento de votos en Miami, Florida, cuya elección definió la llegada de Bush a la Casa Blanca. Los pagos se hicieron para financiar la denominada "Protesta de los Brooks Brothers", que se llevó a cabo el 22 de noviembre de 2000. La maniobra había sido denunciada por los medios estadounidenses, pero recién la publicación de los documentos confirmó sus fines. Otra mancha para uno de los procesos electorales más turbios de la historia norteamericana.
La protesta fue montada por los republicanos para frustrar el recuento de votos. La discutida legitimidad del proceso electoral que llevó al republicano George W. Bush a la Casa Blanca sigue sumando cuestionamientos. La elección, celebrada en noviembre de 2000, no sólo planteó dudas sobre la racionalidad del sistema electivo de los Estados Unidos sino que, paradójicamente, hizo presidente al candidato que tuvo menos votos. A pesar de que el demócrata Albert Gore sacó medio millón de sufragios más que Bush Jr., el candidato republicano se quedó con la presidencia de la máxima potencia planetaria porque la ley vigente dice que la llave de la Casa Blanca quedará en manos de quien obtenga más electores y no más votos. Crucial para el triunfo de Bush fue el no menos polémico resultado del estado de Florida, donde se impugnaron unos 180.000 votos que no pudieron ser leídos por las máquinas para, luego, merced a un muy cuestionable fallo de la Corte Suprema, descartar la posibilidad de recontarlos manualmente.
Si se trata de dar con las causas que impidieron el polémico recuento oficial de votos hay que retrotraerse al 22 de noviembre de 2000, precisamente a la llamada "Protesta de los Brooks Brothers", una manifestación realizada en Miami, EE.UU., por un grupo de activistas republicanos que, sin duda alguna, contribuyó a detener el recuento manual de votos y que, para muchos, significó la primera demostración cabal de hasta dónde eran capaces de llegar los partidarios de Bush para instalarlo en la Casa Blanca. Tras la marcha, también conocida como "la protesta de los chicos bien", durante la que la policía rescató a varios militantes demócratas de las garras de sus iguales republicanos, no se abrió una sola causa legal. Nadie investigó nada. Sin embargo, una serie de documentos aparecidos hace pocos días demuestran que, por lo menos media docena de los manifestantes identificados por distintos medios estadounidenses, fueron pagados por el Comité de Recuento de Bush.
Los pagos a los activistas se documentan en una serie de expedientes (http://eforms.irs.gov/pac_list.asp?irs_pac_key=742966394) que el Comité de Campaña de Bush entregó a regañadientes el mes pasado, 19 meses después de que la batalla por el recuento terminara, al Servicio de Renta Pública (IRS), un organismo de contralor dependiente del Departamento del Tesoro estadounidense. La lista, publicada en la página del IRS, indica que el comité de George W. Bush invirtió un total de 13,8 millones de dólares para frustrar el recuento de votos en Florida, y así confirmar la exigua diferencia que permitió su acceso a la presidencia. Por la misma operación de recuento, Al Gore pagó apenas us$ 3,2 millones, menos incluso que lo que Bush gastó en abogados, que sumó us$ 4,4 millones. La evidencia fue remitida al IRS por el comité republicano durante el plazo extendido de confesión de gastos de campaña, mientras que los derrotados demócratas presentaron su declaración varios meses antes.
Inicialmente, los abogados de Bush argumentaron que no estaban legalmente obligados a divulgar cómo habían recaudado y gastado su dinero, pero, finalmente, entregaron sus archivos, que fueron subidos al sitio del IRS (www.irs.gov) el 15 de julio. De su contenido se desprende que la gente de Bush repartió más de us$ 1,2 millones entre unas 250 personas a cambio de que se trasladaran a la Florida para entorpecer el tramo final de la elección. La documentación también confirma que el Comité republicano se hizo cargo de sus cuentas de hotel, que sumaron más de us$ 1 millón, y que, para facilitar los traslados, Bush contó con una flota de aviones de distintas corporaciones estadounidenses, que "casualmente" incluyó los jets privados de la empresa de energía Enron, protagonista de la quiebra más sonada de la historia estadounidense y gran contribuyente a la campaña republicana, y de la petrolera Halliburton, en cuyo directorio figuraba el actual vicepresidente, Dick Cheney.
Sin embargo, sólo un puñado de los protagonistas de la "Protesta de los Brooks Brothers" fueron públicamente identificados; la mayoría, a través de fotografías de entonces publicadas en el diario "The Washington Post". Al mismo tiempo varias investigaciones periodísticas revelaron los puntos oscuros de la extraña protesta. El libro "Bajo y sucio" (http://www.twbookmark.com/books/96/0316832642/
), dedicado a "la batalla del recuento" y firmado por el periodista Jake Tapper, contiene una lista de 12 operarios republicanos que participaron en la manifestación y explica los detalles de la operación, "incitada y financiada por los republicanos para impedir el recuento de votos". Según los expedientes publicados en Internet por el IRS, la mitad de los 12 identificados por Tapper recibió pagos del Comité republicano. Y, según divulgó el diario "The Miami Herald", la oficina de personal de la presidencia lista oficialmente a otros 3, que trabajan para Bush en la Casa Blanca.
Estos últimos no son desconocidos: Garry Malphrus es Director del Consejo político local del presidente y Matt Schlapp y Joel Kaplan son asistentes personales del presidente. Los documentos revelados por el IRS también revelan que los republicanos pagaron el hotel donde los manifestantes de Miami celebraron el éxito de su protesta, que fue transmitida en vivo por la televisión norteamericana y marcó un punto de inflexión en el recuento, ya que se desató justo cuando Bush se había aferrado a los algo más de 100 votos por los que aventajaba a Gore, quien pugnaba por finalizar el recuento. La manifestación y sus perspectivas violentas fue una de las causas esgrimidas por la Corte Suprema para, el 12 de diciembre de 2000, invalidar el recuento de la Florida y ceder la presidencia a Bush. Un recuento no oficial realizado por varios medios y disponible en
http://www.consortiumnews.com/2001/112101a.html, reveló que la revisión de todas las boletas habría hecho presidente a Al Gore.