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23 de junio del 2002
Petróleo: ¿Talón de Aquiles de la Globalización?
Aurelio Suárez Montoya
Alí Rodríguez, presidente de PDVSA (Petróleos Venezolanos),
siendo Secretario General de OPEP, en el marco de 112 Conferencia de Ministros,
realizada en noviembre de 2000, al determinar las causas primeras de los altos
precios del petróleo, ocurridos desde 1.999, no incluyó la insuficiencia
en la oferta de crudo por parte de los productores. Fijó otras - no muy
difundidas por acá- como el cuello de botella en el cual se tornó
la insuficiente capacidad de refinación de Estados Unidos y del transporte
de casi 10 millones de barriles diarios importados que completan su consumo
cotidiano de 19.5, el incremento de los impuestos que los gobiernos de los países
importadores colocan al crudo con fines fiscales , los que, por ejemplo, en
la Unión Europea se incrementaron en un 355% en los últimos 20
años y, como elemento clave, la especulación en los mercados bursátiles
de contratos a futuros, que pueden distorsionar los precios entre 4 y 8 euros
por barril para responder a las expectativas de "los especuladores de Londres,
New York y Singapur". Por tanto, quienes pregonan por "darles mayores regalos"
a las compañías transnacionales como incentivo para que exploten
el crudo en Colombia, no están en sintonía con esta realidad petrolera.
El petróleo es el 40% de las fuentes de energía global, con el
gas natural y el carbón suman casi el 85%. Para el año 2020 esas
proporciones parecen inmodificables y los llamados países industrializados,
que requieren el 64% del petróleo diario, unos 46.8 millones de barriles,
apenas logran producir 22, menos de la mitad de lo que necesitan, el resto deben
transportarlo o conseguirlo todos los días. Al contrario, los países
de la OPEP producen el 41% del petróleo diario, 30 millones de barriles,
la mayoría para exportarlo a las naciones compradoras. Y lo mismo sucede
con las reservas identificadas: en Oriente Medio, América Central y del
Sur, África y la antigua Unión Soviética están localizadas
el 85%. La contradicción principal en el mercado petrolero radica en
que la demanda y el consumo están en los países más poderosos
y la producción y las reservas se hallan en países en "vía
de desarrollo". Dicha tendencia se sintió más a partir de 1970,
como lo advierte en sus textos el experto noruego Oestein Noreng, cuando la
tasa de crecimiento de consumo superó, por primera vez, la de crecimiento
de reservas, en la última década siguió agravándose
al aumentar la primera un 15% y la segunda apenas un 3.4%. Para empeorar el
escenario, enemigos de Estados Unidos, Irán e Irak, son quienes hacia
el futuro poseen más años de reservas acorde con su ritmo de producción,
son los que Bush llama "Eje del Mal".
La situación petrolera es vista por el mundo entero como motor adicional
para la operación "Justicia Infinita". El control directo sobre las fuentes
se vuelve asunto vital para Estados Unidos; en mayo, el Presidente Bush definió
la situación energética norteamericana como "la peor crisis de
suministro de energía desde la década de 1970". Más no
sólo eso, cada vez resulta más costosa la explotación,
es menos común el valor de algo más de un dólar por barril
levantado como en Arabia Saudita. Detrás de los ejércitos van
los intereses de las compañías petroleras en pos de rescatar,
en un momento crítico, la posición dominante que antes tuvieron
cuando la era de las "siete grandes hermanas", que se cargaban el 60% del petróleo
mundial. Ahora, desplazadas por firmas estatales de los países poseedores
del recurso y a pesar de las políticas privatizadoras y neoliberales
recientes, su poder no supera el 20% del mercado.
Es lastimoso ver que, mientras en Colombia ninguno de estos elementos se traen
para la discusión de las leyes sobre regalías petroleras, nuestra
política sigue siendo la de total obsecuencia con las multinacionales,
el interés patrio siempre se confunde con el foráneo y por ello
en la época de las concesiones, entre 1905 y 1970, las petroleras ganaron
2000 millones de dólares netos y el país perdió casi doscientos,
tal como lo explicó Jorge Villegas. Después de 1970, cuando por
doquier se "nacionalizó" el petróleo, aquí se dieron tibios
contratos de asociación, esos mismos que ahora quieren devolverse a condiciones
de utilidad nacional por el "oro negro" en una porción menor que hace
un siglo. Hay en el Congreso más abogados para Exxon y OXY que para millones
de menesterosos compatriotas. ¿Cuándo cambiará la historia?
Junio 18 de 2002