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11 de julio del 2002
Libro de Thierry Meyssan sobre la jornada del 11 de septiembre: Ningún avión se estrelló en el Pentágono
La gran impostura
Eduardo Febbro
asamblea sociales
¿Cuántos aviones cayeron realmente en la jornada del 11 de septiembre
del año pasado? Dos se estrellaron contra el World Trade Center, otro
cayó en Pennsylvania, precipitado a tierra por los pasajeros que intentaron
desviarlo del destino elegido por los terroristas –la Casa Blanca o el Capitolio,
según las versiones–, y un cuarto se estrelló contra una de las
alas del Pentágono.
El periodista francés Thierry Meyssan, director de la red contestataria
Voltaire, asegura que la tesis del cuarto y último avión que terminó
su ruta en el Pentágono es "una total fantasía", que ese vuelo
jamás existió.
El argumento de Meyssan puede parecer en un principio irreal o exagerado pero
la investigación llevada a cabo por Thierry Meyssan y publicada en un
libro que acaba de salir a la venta, La espantosa impostura, permite la sospecha
sobre la verosimilitud del cuarto avión.
"El aparato se desintegró con el choque", escribió el diario Washington
Post, afirmación a la cual el libro La espantosa impostura responde:
ridículo y falso porque un avión de ese peso y tamaño,
un Boeing 757-200, nunca se hubiese podido estrellar contra la fachada sin que
las alas del Boeing se encastrasen en los costados. Lejos de limitarse a las
pruebas verbales, el autor se sirve de las escasas fotos de la catástrofe
suministradas por el Pentágono mismo para señalar la contradicción.
Observando en detalle esas imágenes, lo primero que salta a la vista
es la ausencia de piezas del avión en el lugar del impacto. Lo segundo,
más obvio, es que, efectivamente, si el Boeing cayó realmente
en ese lugar, ¿cómo es posible que sus alas no hayan tocado las estructuras
laterales del edificio? La tercera obviedad es que, fuera de la caja negra y
de un faro, ninguna otra pieza del aparato fue hallada en las inmediaciones
del impacto. Además, sólo el primer lado del edificio resultó
dañado como si, dice Meyssan, únicamente la nariz del Boeing se
hubiese estrellado, lo que explicaría la escasez de daños provocados.
La hipótesis de Thierry Meyssan consiste en poner en tela de juicio y
punto por punto la existencia del cuarto avión. Las contradicciones y
ausencias son numerosas y Meyssan señala con justa razón que "mientras
los documentos y los testimonios sobre el ataque de los dos Boeing contra el
World Trade Center son variados y permiten tener una comprensión indiscutible
de los acontecimientos, eso no ocurre con el Pentágono. Ningún
canal de televisión ni fotógrafo independiente fue autorizado
a filmar la escena luego del ataque". Entre las numerosas pruebas presentadas,
el testimonio "oficial" de Ed Plaugher, capitán de bomberos, es elocuente.
Durante una conferencia de prensa dada el 12 de septiembre por Plaugher en presencia
de la vocera del Pentágono Victoria Clarke, el capitán declaró:
"En cuanto al aparato, desde el interior vimos algunos fragmentos, pero no eran
voluminosos. En otros términos, no hay restos del fuselaje ni nada que
se le parezca".
¿Qué fue entonces lo que "cayó" sobre el Pentágono? ¿Un
avión más pequeño, un misil? Absolutamente nada, arguye
La espantosa impostura. Para Meyssan, "las autoridades norteamericanas trataron
de hacer creer que la destrucción de una de las alas del Pentágono
fue provocada por un Boeing. Esa mentira sirvió para esconder que el
atentado fue perpetrado por personas autorizadas a circular dentro del recinto
del Pentágono y que su objetivo no era el Departamento de la Defensa
sino el nuevo Centro de comando de la Navy". Aunque en ciertos momentos la obra
de Meyssan resulte como una novela de política ficción, la cantidad
de documentos que lacomponen –todos oficiales– y, en lo que atañe al
Pentágono, la evidencia de las falencias son tan contundentes que es
imposible no hacerse las mismas preguntas que el autor: ¿Dónde están
las alas del avión? ¿Y los restos? ¿Por qué hubo tan pocos daños
en el edificio? ¿Por qué los testigos oculares del ataque ocupan todos
funciones oficiales? Las "extrañeces" rescatadas por Meyssan no se limitan
únicamente al Pentágono.
El periodista francés amplía en su libro varias informaciones
ya aparecidas en la prensa francesa a propósito de Bin Laden. Según
Meyssan, la gigantesca búsqueda de Bin Laden es también una puesta
en escena espectacular, tanto como la –ya de por sí ridícula–
supuesta fuga del líder de los talibanes, el molá Omar, quien
se escapó en moto a través de las montañas de Afganistán.
En La espantosa impostura el autor afirma que el 10 de septiembre del 2001 Bin
Laden estaba internado en un hospital paquistaní y que, ese mismo día,
recibió la visita del jefe local de la CIA.
(ver
extractos de capítulos del libro aquí)...