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26 de mayo del 2002
Editorial de Liberación
La piñata va a seguir
Liberación
En los últimos días, en vísperas del viaje de Bush a Europa, la Casa
Blanca se ha dedicado a machacar a la opinión pública mundial con el fantasma
de "un nuevo ataque terrorista en ciernes". El objetivo evidente
es convencer a sus aliados atlánticos y a sus súbditos de la necesidad de
"continuar con la lucha", luego de supuestamente haber acabado con
la fajina en Afganistán para arremeter ahora contra Irak y terminar de una
vez por todas con el demonio de Sadan Hussein.
Entre las múltiples movidas de estos días para justificar la tensión, han
filtrado supuestos informes de inteligencia que indicarían que "los terroristas
inevitablemente adquirirán armas de destrucción masiva", nucleares, químicas
y biológicas. Tanto el secretario de Defensa, Rumsfeld, como el de Estado,
Powell, se pusieron en sintonía para decir lo mismo antes que Bush llegara
a Berlín para convencer al canciller alemán de que: "Ninguna nación puede
permitirse el lujo de quedarse al margen, porque no hay margen".
En Washington han estado durante meses elaborando planes para derrocar al
líder iraquí, aunque las acciones militares se han venido posponiendo hasta
el momento por la situación explosiva en Medio Oriente, y no menos por una
actitud europea reticente a participar en otra cruzada imperial, principalmente
tibia por parte de Alemania y Francia.
Habrá que ver si Schröder resiste el pecherazo de Bush, y al fin se decide
a ponerse otra vez las botas militares.
Naturalmente para el César y el grupito de malandrines petroleros y armamentistas
que le rodea, seguir librando guerra contra los "estados bandoleros"
(al que han incluido de paso a Cuba también), sigue siendo el único buen negocio
en una todavía estancanda economía norteamericana.
Un discurso de Bush dirigido a la Nación en enero pasado, denunció el supuesto
"eje del mal", constituido por Irak, Irán y Corea del Norte, y produjo
un enfriamiento en las relaciones con los líderes europeos, preocupados por
la ampliación de la guerra contra el terrorismo. En este sentido días atrás,
la ultra guerrerista Condoleezza Rice se adelantó al mensaje que Bush llevó
a Berlín al afirmar que: "También esperamos que Alemania nos apoye en
la historia que estamos contando sobre este hombre terrible (Sadan) que trató
de adquirir armas horrorosas toda su vida".
Como en las fiestas de cumpleaños infantiles Bush otra vez está tratando de
organizar la piñata. Esa bolsa que se cuelga y a la que los participantes
deben golpear con un palo y los ojos vendados… hasta poder romperla. Muchas
veces sucede que el garrote golpea a los otros y le erra a la misma bolsa…
Y para esa supuesta amenaza el usar cualquier embuste le viene bien a Estados
Unidos para apretar tuercas.