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20 de mayo del 2002
Argelia: AI pide acciones inmediatas para detener las matanzas de manifestantes
Amnistía Internacional
«Las autoridades argelinas deben actuar de inmediato para garantizar
que las fuerzas de seguridad no ponen en peligro más vidas durante las
manifestaciones», ha dicho Amnistía Internacional en un comunicado emitido
la víspera del primer aniversario de la muerte bajo custodia de un escolar
cabileño.
Más de 80 manifestantes desarmados fueron abatidos a tiros por las fuerzas
de seguridad durante las manifestaciones de protesta que siguieron a la muerte
del escolar el año pasado, pero aún no se ha procesado a los responsables.
La persistente impunidad que disfrutan los autores continúa erosionando
la confianza pública, ya casi inexistente, en el imperio de la ley.
La necesidad de actuar para proteger las vidas de los que protestan en Argelia
se hace aún más apremiante tras el homicidio de unos 10 manifestantes
desarmados, entre los que al parecer había un niño de 14 años,
y de las lesiones causadas a decenas más a finales de marzo y principios
de abril del 2002 por agentes de las fuerzas de seguridad. Los homicidios han
tenido lugar en la región predominantemente amaziguita (bereber) de la
Cabilia, en el nordeste de Argelia.
Según parece, algunos de los manifestantes han sido abatidos con munición
real, otros han sido asesinados a golpes o con arma blanca, y otros más
han perecido tras ser alcanzados por balas de caucho o por granadas de gas lacrimógeno
lanzadas contra la cabeza de los manifestantes. Los homicidios se han producido
al dispersar las fuerzas de seguridad las manifestaciones celebradas para protestar
por el deterioro de las condiciones socioeconómicas y por la detención
de centenares de manifestantes durante las protestas anteriores.
«Las violaciones de derechos humanos son un recordatorio escandaloso de la persistente
falta de respeto que muestran las autoridades por los derechos humanos más
fundamentales de sus ciudadanos», ha dicho Amnistía Internacional. «Parece
haberse hecho un uso irresponsable e ilegítimo de fuerza letal contra
los manifestantes, pese a que no había vidas en peligro.»
Se ha cumplido un año desde el homicidio del escolar Massinissa Guermah,
abatido de un tiro por un agente de las fuerzas de seguridad mientras se encontraba
bajo custodia en una gendarmería de la Cabilia. Su muerte hizo que estallaran
protestas dentro y fuera de la región. Durante los meses de abril a junio
del 2001, más de 80 manifestantes desarmados perdieron la vida a manos
de las fuerzas de seguridad y centenares más resultaron heridos.
La comisión oficial que establecieron las autoridades para investigar
los homicidios del año pasado en la Cabilia, publicó un informe
preliminar en julio del 2001 en el que -muy significativamente-, llegaba a la
conclusión de que la gendarmería y otras fuerzas de seguridad
habían recurrido reiteradamente al uso de fuerza letal. En su informe
final de diciembre del 2001, la comisión se vio obligada a admitir que
no podía completar su misión debido a que muchos testigos no se
atrevían a prestar declaración por estar demasiado atemorizados.
Las autoridades anunciaron que los responsables de los homicidios serían
llevados ante la justicia, pero no se ha dado seguimiento a tales promesas.
Aunque las autoridades aseguran haber detenido a unos 25 gendarmes a los que
se acusa de asesinato y abuso de armas de fuego en relación con las manifestaciones
del año pasado en la Cabilia, 12 meses después de que comenzara
aquella ola de homicidios en la región sigue sin haberse procesado a
ningún agente de las fuerzas de seguridad por homicidio ilegítimo
ni por ninguna otra violación de los derechos humanos.
Para evitar más muertes en las protestas que se están produciendo
en Argelia, las autoridades deben garantizar, con carácter de urgencia,
que las fuerzas de seguridad cumplen las normas internacionales que regulan
la conducta de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y el uso
de la fuerza y de las armas de fuego, y de ese modo respetan y protegen el derecho
a la vida. Estas normas internacionales estipulan que las fuerzas de seguridad
deben, en la medida de lo posible, utilizar medios no violentos antes de recurrir
a la fuerza, y sólo pueden hacer uso de fuerza letal cuando sea estrictamente
necesario para proteger vidas y se hayan agotado todos los medios no letales.
«No cumplieron estas normas el año pasado. No las han cumplido de nuevo
recientemente y, si las autoridades no hacen nada para garantizar que se cumplen
ahora, corremos un gran riesgo de que más manifestantes desarmados pierdan
la vida ilegítimamente», advierte la organización.
Amnistía Internacional ha pedido a las autoridades que garanticen que
se realizan investigaciones exhaustivas e independientes de todos los homicidios
de manifestantes que se han producido en las recientes protestas y que los presuntos
responsables sean procesados conforme a las normas internacionales de justicia
procesal.