Raimundo López, enviado especial
Madrid, 18 may (PL) La Cumbre de los Pueblos, que sesionó paralela a la II de gobernantes de la Unión Europea, América Latina y el Caribe, criticó a la mayoría de esos mandatarios por ignorar los sufrimientos de sus pueblos.
Una y otra reunión contrastaron radicalmente, no sólo por las posiciones adoptadas, sino además por los escenarios donde se realizaron y la atención de la prensa.
Separadas entre si por varios kilómetros y el denso tráfico automotor de esta capital, la oficial se realizó en el monumental y lujoso parque ferial Juan Carlos I, mientras los pobres levantaron una humilde carpa en los jardines de la Universidad Complutense.
En el primer lugar, centenares de periodistas, camarógrafos y fotógrafos siguieron hasta el menor detalle, cuando las severas medidas de seguridad lo permitían, las actividades de los dignatarios. A la carpa, aunque no hay informes, no fueron muchos.
En esta última, representantes de más de 70 organizaciones sociales y no gubernamentales denunciaron cómo las políticas neoliberales han incrementado la brecha abismal que separa la calidad de vida entre ricos y marginados, no sólo entre las personas, sino también entre naciones.
Además, comprometieron sus esfuerzos a ambos lados del océano Atlántico para luchar por la consigna de que otro mundo es posible y en defensa de valores como la democracia, la justicia y la equidad.
La realidad de los países latinoamericanos y caribeños no fue ajena para algunos de los mandatarios y el presidente de Colombia, Andrés Pastrana, recordó que el 45 por ciento de ellos, 220 milones de personas, vive por debajo del índice de pobreza.
Esta es una situación de inmensa gravedad, pues el incremento de la pobreza de nuestra región puede ser base de descontento social que mine el sustento mismo de nuestras democracias, advirtió a sus colegas durante el debate a puertas cerradas realizado ayer por estos.
Pastrana, quien viene de un país en una virtual guerra civil desde hace décadas, apeló también a una frase lapidaria del presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, para llamar la atención de los mandatarios sobre el asunto: "Mientras exista pobreza, los ricos no tendrán paz".
En el punto 13 de la Declaración Política, Compromiso de Madrid, emitida por la Cumbre, los jefes de Estado o gobierno manifestaron su voluntad de promover el crecimiento y "luchar por combatir la pobreza", además de ampliar el acceso a la educación, la atención médica y la protección social.
Se trata de un enunciado que se repite en todas las reuniones internacionales de alto nivel, mientras los indicadores de la miseria de amplios sectores poblacionales continúan su escalada en los cuadros estadísticos.
El planeata no es vuestro, somos millones, otro mundo es posible, se leía en uno de los carteles portados por manifestantes en una de las demostraciones públicas de los asistentes a la Cumbre de los Pueblos.