|
13 de mayo del 2002
Los niños, reflejo del mundo
Cándido
Liberación
Durante dos días de esta semana, estuvieron reunidos en Nueva
York, convocados por la Naciones Unidas y el Fondo para la Niñez, UNICEF,
representantes de gobiernos de 170 países y, afortunadamente, también
representantes de muchos organismos no gubernamentales que trabajan por la infancia.
La mayor conferencia sobre el tema de la niñez en la historia de este
foro mundial.
Como de costumbre campeó la hipocresía y el cinismo entre los
delegados de países entre cuyas preocupaciones no figura precisamente
la atención del bienestar, la salud, la educación y la vida, de
la niñez. Hubo que tener estómago para soportar los discursos
de los representantes gubernamentales pintando maravillas sobre los planes y
obras en marcha en sus respectivos países.
Porque si siempre se ha aceptado que la situación de los sectores más
vulnerables de cada sociedad, niños y ancianos, reflejan el grado de
desarrollo humano y de pautas éticas predominantes en ellas, la extensión
de estas premisas al plano global, lo que hoy más que nunca tiene sentido,
hay que concluir que la humanidad vive uno de los peores momentos de su historia,
tanto desde el punto de vista humano como ético.
Algunas cifras emanadas de los propios organismos de Naciones Unidas, ilustran
mejor que cualquier argumento, la situación actual:
- De los aproximadamente 132 millones de niños que nacieron en el año
2 000,
- 53 millones no quedaron inscriptos en ningún registro, lo que equivale
a la desprotección de todo derecho ciudadanos, nacionalidad, etc.
- 40 millones sufren o están condenados a sufrir de desnutrición
durante sus primeros cinco años de vida.
- 34 millones no van a ser nunca vacunados contra ninguna enfermedad
- 22 millones nunca van a ir a la escuela
- 28 millones estarán obligados a abandonar cualquier estudio sistemático,
para ser obligados a trabajar.
Como es sabido la realidad es mucho más cruda que las estadísticas
y sabemos, porque lo publica a veces la prensa capitalista y "democrática",
que millones de niños son víctimas de la explotación sexual,
que en muchos países son asesinados, con la complicidad por omisión
de sus "democráticos" gobernantes, por escuadrones policiales o bandas
mercenarias contratadas por asociaciones de comerciantes víctimas de
los robos de esa infancia abandonada. Que hay un comercio de órganos
humanos extraídos de niños que tienen colocación en empresas
de salud de Estados Unidos y Europa, que como el comercio de jóvenes
prostitutas desde los países del Este y del Tercer Mundo hacia Europa
occidental, mueve enormes sumas de dinero y cuenta con la complicidad de diversas
instancias y por ello prospera y las "medidas" para impedirlo son más
bien aparentes.
Esta situación que fue siempre inherente al sistema capitalista, que
no repara en medios para lograr su objetivo primordial, se agravado notablemente
con el tipo de políticas neoliberales que azota al mundo actual. El caso
más trágico, que casi nunca es analizado en sus causas por los
"expertos", es el de Argentina actual y de la mayoría de los países
de América latina y el Caribe. Los gobernantes culpables, no sólo
de la aceptación de políticas criminales, sino de haberse robado
el patrimonio nacional, nunca fueron cuestionados por la Unión Europea,
ni mucho menos por el imperio, porque esos corruptos son sus mejores aliados.
En cambio, con apenas matices de diferencia, tanto la UE como Estados Unidos
han tenido la inmoralidad de votar cuestionamientos a Cuba, un ejemplo para
el mundo en materia de protección de la infancia, por supuestas violaciones
de los derechos humanos.
Lisbet Palme, la viuda de Olof Palme, que fue presidente del Comité Sueco
de UNICEF, escribió en un editorial de la revista UNICEF IDAG (UNICEF
hoy) Nr.1/1997 lo siguiente: Algunos países, que no son especialmente
ricos comparados con los industrializados, han priorizado políticas de
desarrollo en los campos de la salud , educación, agua y sanidad. Costa
Rica, Cuba y Jamaica son algunos de esos ejemplos. Otros países, que
pertenecen a los más ricos del mundo, han desarrollado catastróficas
políticas en muchos de esos aspectos. El número de adolescentes
grávidas, la drogadicción son comunes allí donde, como
en Estados Unidos, viven por debajo de los niveles de pobreza.