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La esperanza existe
Juana Carrasco Martín
No todo es indiferencia o violencia en Israel. Este sábado, cerca de
10 000 personas protestaron pacíficamente por las calles de Tel Aviv
contra la ocupación de los territorios palestinos y la política
impuesta por Ariel Sharon; y esos manifestantes no eran árabes ni palestinos.
Una coalición de movimientos pacifistas convocó a esta marcha,
a la que acudieron hombres y mujeres procedentes de diversas partes de Israel.
Ante la multitud, Uri Avneri, dirigente del Movimiento Shalom, afirmó:
"La opinión pública israelí vive en constante intranquilidad
porque Sharon, su jefe de Estado Mayor, Shaul Mofaz, y sus ministros de Relaciones
Exteriores y Defensa, Shimon Peres y Binyamin Ben Eliezer, nos quitan la esperanza."
El viernes, un grupo de activistas por la paz, Mujeres de Negro, hizo una vigilia
de protesta en Jerusalén y resulta que no es nada nuevo, que al igual
que hicieron las Madres de la Plaza de Mayo en Argentina, estas mujeres israelíes
llevan expresando sus deseos de paz cada viernes desde hace 14 años.
Es la perseverancia y la decisión de quienes demandan el fin de los asentamientos
judíos en los territorios palestinos, creen en la paz y en la convivencia
de sus pueblos.
Al mismo tiempo que Sharon ha recrudecido la violencia, al punto que artículos
de prensa decían por estos días que su año de gobierno
ha sido el más cruento de la historia reciente, también ha ido
creciendo el rechazo entre grupos de israelíes a esa política
genocida e incluso la oposición aumenta en las filas de oficiales y soldados
de Israel.
Recientemente, un grupo de 150 militares anunció su negativa a servir
a las órdenes del estado hebreo en los territorios palestinos y ese número
está en franco crecimiento; 52 de ellos estuvieron en la manifestación
de este sábado que también tuvo como eje central mostrarles apoyo
y solidaridad a quienes disienten con la guerra y la represión desde
las mismas filas del ejército.
Es cierto que Sharon y el sionismo que representa, intentan cada día
matar la esperanza, pero a su pesar, esta pervive, existe y fructifica.