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8 de febrero del 2002
Por haber desmantelado un restaurante McDonald's en 1999
José Bové deberá cumplir una condena
de tres meses
AFP
El activista José Bové deberá cumplir una condena de
tres meses por haber desmantelado un restaurante McDonald's en 1999, en Millau,
sur de Francia, después de que la Corte de Casación rechazara
este miércoles una demanda contra esa sentencia. La pena es definitiva
y debe ser ejecutada de inmediato.
"Se criminaliza algo que corresponde a la desobediencia cívica y se beneficia
la impunidad al más alto nivel del Estado; es verdaderamente injusto",
declaró al conocer la sentencia Noel Mamere, candidato de los verdes
a la elección presidencial, quien se encuentra en París.
En Millau, donde Bové realizó el ataque contra el McDonald's en
agosto de 1999, el activista y líder de la Federación Campesina
declaró que no se siente culpable y afirmó: "no reconocemos esta
decisión de la justicia". Dijo que sus abogados presentarán en
los próximos días un recurso ante la Corte Europea de Derechos
Humanos para hacer "reconocer el derecho a la legítima revuelta".
Bové fue condenado en 2001 por la Corte de Apelaciones de Montpellier,
sudeste de Francia, pero había presentado un recurso ante la Corte de
Casación, el tribunal supremo. Ya pasó 19 días tras los
barrotes y la confirmación este miércoles de la sentencia significa
que deberá cumplir el resto.
"El combate no va a detenerse; no vamos a bajar los brazos", prometió
Bové este miércoles en Millau ante un centenar de personas reunidas
frente al edificio del palacio de justicia. "Los que son culpables son los importadores
de harinas animales o la Organización Mundial de Comercio (OMC), que
ha permitido las importaciones de vacunos con hormonas, pero ellos están
en libertad y nosotros en peligro de prisión", agregó.
Bové y sus compañeros justifican su ataque contra el restaurante
McDonald's de Millau como una acción de "estado de necesidad" frente
a una decisión de Estados Unidos de aplicar un impuesto al queso roquefort
(Bové es productor de leche utilizada en ese tipo de queso).
El activista antimundialista, de retorno en Francia después de participar
en el reciente Foro Social Mundial en Porto Alegre, Brasil, se instaló
en Millau con sus compañeros -apodados Los diez de Millau- tras los barrotes
de una jaula de madera en la que estaba escrito "Jaula para sindicalistas".
Los militantes desplegaron también ante el Palacio de Justicia una bandera
con la inscripción "Palacio de las injusticias".
"Estamos frente a una justicia a dos velocidades, la de los sindicalistas encerrados
tras esta reja y la de los burgueses y ricos", afirmó Bové, mostrando
tras él a otras personas que llevaban sombreros en los que estaba inscrito
"FMI-OMC", "TotalFina-Elf", "Sangre contaminada" y "Harinas animales", las tres
últimas en alusión a graves escándalos en Francia.
El líder de la Confederación Campesina se refirió la elección
presidencial francesa dentro de menos de tres meses, y afirmó que "todos
los que se presentan al sufragio universal nos han cortejado en Porto Alegre
para darse buena conciencia. "Pero -agregó- no han hecho nada para que
nuestros derechos sean tomados en cuenta; todo el mundo social condena a quienes
hacen aplicar decisiones como ésta de hoy". Al ser interrogado sobre
el eventual retorno a la cárcel, declaró: "no me prestaré
a ninguna colaboración: o voy a la cárcel o estoy en libertad,
los magistrados deben decirlo".
"No preveo ningún viaje al extranjero porque no quiero dar la impresión
de huir", agregó, concluyendo: "no me llamo Schuller" en alusión
al ex dirigente gaullista Didier Schuller, prófugo de la justicia por
corrupción desde 1995, y que acaba de retornar a Francia provocando una
fuerte reacción de los dirigentes gaullistas que temen sus revelaciones
en vísperas de la elección presidencial.