4 de diciembre del 2002
Estados Unidos tendrá una base de datos para espiar al mundo
Gianni Riotta
ATTAC Madrid
Washington tendrá acceso ilimitado a la privacidad de los y las ciudadanas.
Entre las novedades, un reconvertidor de conversación telefónica
en texto impreso en tiempo real. Pasen y vean...
LIos soldados llegaron a la península poco antes de la Primera
Guerra Mundial: entre estos árboles y prados vivían los pacíficos
cuáqueros, pero el ejército tenía necesidad de espacio
para adiestrar a los reclutas y los desalojó. Desde entonces, Fort Belvoir
alberga a miles de hombres y mujeres militares que, en la base, juegan al golf,
participan de cursos de francés, asisten a espectáculos. Uno solo
de los edificios es diferente. En los vidrios de sus ventanas hay minúsculos
sensores adaptados para confundir a los espías enemigos que, captando
las vibraciones del cristal, quisieran escuchar los diálogos secretos.
Se trata de la discreta sede del Army Intelligence and Security Command, comando
militar para el espionaje y la seguridad. Aquí, según los planes
aprobados por la Casa Blanca y por el Pentágono, surgirá el cerebro
del banco de datos más grande del mundo, capaz de registrar nuestra vida
cotidiana en cada pequeño detalle.
El discutido contralmirante John Poindexter ha organizado la IAO (oficina para
el conocimiento de la información), una rama de la legendaria Darpa,
Defense Advanced Research Projects Agency (Agencia de Investigación de
Proyectos Avanzados de Defensa). Desea hacer converger todos los bancos de datos
del planeta en uno solo, gigantesco archivo electrónico, capaz de guardar
las reservas de pasajes aéreos, los talones de la caja del supermercado,
las llamadas telefónicas realizadas por celular o con teléfonos
públicos, los boletines escolares, los artículos de los diarios,
los itinerarios en las casetas de las autopistas, las recetas médicas,
todas las transacciones privadas o de trabajo.
Se llamará TIA, o Sistema de Conocimiento Total de la Información:
"¿Cómo podemos descubrir a los terroristas si no seguimos sus rastros?
-preguntó Poindexter en una asamblea pública de atentos especialistas
en informática-. Piensen en el comando de Osama ben Laden. En el francotirador
de Washington: si la policía hubiera relacionado su patente con los disparos,
gracias a TIA lo habríamos detenido rápidamente".
El sistema TIA ayudará a los analistas del antiterrorismo a verificar,
por medio de palabras clave, las informaciones sobre las zonas en riesgo, los
e-mails, las "transacciones" sospechosas, como a buscar en Internet datos sobre
el ántrax antes del ataque con las esporas venenosas. Steven Wallach,
consejero del presidente Bush, explica: "TIA asociará una foto tomada
en Malasia, una llamada a Francfort, un depósito de Paquistán
a Chicago". El contralmirante Poindexter, de 65 años, lleva en su dedo
el anillo con el sello de primero de su promoción en 1958, de la Academia
Naval de Annapolis; en los puños, los gemelos con el escudo de la Casa
Blanca, y ama a los clásicos: "Combatiremos a las sombras de la sombra",
asegura. Como lema para su agencia eligió "Sciencia est potencia", saber
es poder. "La llave para combatir al terrorismo es la información", reza
el sitio de Internet del IAO ( www.darpa.mil/iao ).
"TIA será un banco de datos omnicomprensivo -afirma Jan Walker, vocero
del IAO-. Trabajará con diarios, televisión, radio e Internet,
filtrando e integrando datos. Los analistas podrán pensar juntos en la
computadora. Estamos creando una tecnología revolucionaria."
Pérdida de la privacidad
"Pero ¿por qué los militares deben saber lo que como en mi almuerzo?",
protesta John Pike, apasionado director del grupo de investigación GlobalSecurity.org.
"Si el gobierno acumulara estos datos a costa nuestra, tarde o temprano llegarán
los abusos y desviaciones", se lamenta Charlotte Twight, docente de la Boise
State University.
La senadora Dianne Feinstein promete una encuesta para proteger la privacidad
de los ciudadanos contra el TIA. "Siento olor a Gran Hermano", aseguró.
El subsecretario de Defensa, Pete Aldridge, en cambio, está entusiasmado:
"Basta con conectar las transacciones, pasaportes, visitas turísticas,
permisos de trabajo, patentes de automóviles, tarjetas de crédito,
pasajes aéreos, autos alquilados, compras de armas de fuego o de productos
químicos, con los pedidos de captura y las actividades criminales".
Poindexter ya ha presentado el proyecto en el Pentágono, al ministro
de Defensa, Donald Rumsfeld, y a los jefes del FBI. "Me he encontrado con el
almirante Poindexter y estamos discutiendo sobre el banco de datos", reconoce
el general Dale Meyerrose, responsable de la tecnología de la información
del comando militar al que se confió la defensa del territorio nacional
norteamericano después del ataque al World Trade Center.
La idea de que Washington tenga acceso ilimitado a la vida privada de los ciudadanos
subleva al decano conservador Bill Safire, columnista de The New York Times:
"La idea no sirve, hará un terrorista de cada uno de nosotros, es terrible
que el que la proponga sea Poindexter, que es un verdadero mentiroso".
Inocentes y terroristas
John Poindexter, consejero para la seguridad nacional de Ronald Reagan,
se vio involucrado en el extraño escándalo Irán-Contras,
de venta ilegal ilegal de armas a los ayatollah a cambio de promesas de liberación
de rehenes en el Líbano y desvío de fondos a los rebeldes antisandinistas
en Nicaragua. Fue condenado en 1985 y luego absuelto gracias a la inmunidad
de la comisión parlamentaria. TIA querría fichar hasta 2007 a
todos los ciudadanos, norteamericanos o no, y luego introducir "filtros ", programas
informáticos para "distinguir a los inocentes de los terroristas".
En el 3701 de la calle Fairfax Drive tiene su sede el cuartel general de DARPA,
el centro de investigación del Pentágono del cual depende TIA.
He ahí la paradoja, ya que esa agencia, llamada a crear la enciclopedia
secreta de Fort Belvoir, es la madrina de la libertaria Internet. Fundada en
1958 "para disputar el adelanto tecnológico de la Unión Soviética
después del lanzamiento del satélite Sputnik", DARPA contribuyó
a diseñar la Web.
Tecnologías de éxito incierto
Junto a TIA nacerán también Babilonia, traductor electrónico
del inglés al árabe, al chino, al pashtu (lengua afgana) y el
farsi (de Irán), que los marines están ya utilizando con resultados
mediocres. También el Ears, programado para convertir en texto las conversaciones:
una llamada telefónica interceptada se convierte, en tiempo real, en
página escrita. El Genisys, que dará la estructura para el banco
de datos, y Genoa II, que permitirá a los técnicos y computadoras
"pensar juntos" durante las investigaciones. ¿Funcionará? "Quizá
no, el 85% de las ideas no se concreta, pero las que funcionan son extraordinarias",
reconocen en el IAO.
Poindexter tiene razón: saber es poder. Pero es el libre flujo de la
información y no su control centralizado el que refuerza las democracias.
Recoger en un archivo inmenso cada pequeño gesto de nuestra actividad
creará una rígida red burocrática, impotente contra la
dúctil red del terror.
Gianni Riotta, Corriere della Sera