18 de diciembre del 2002
Alegremente, el mundo parece caminar hacia el caos
Emilio J. Corbière
Argenpress
Diferentes conflictos ensombrecen el comienzo del siglo. El espanto de
la guerra parece ser el telón de fondo de la crisis. George W. Bush carece
de liderazgo real y se consume en las amenazas y la violencia.
La situación mundial se presenta cada día más confusa como
peligrosa. En las últimas horas se produjeron cuatro hechos que es necesario
analizar por separado. Los temas son los siguientes:
1) La militarización de la CIA para cometer asesinatos de presuntos terroristas;
2) Una multitudinaria manifestación en Seúl, Corea del Sur, contra
los EE.UU.;
3) Las dos marchas también multitudinarias, de chavistas y antichavistas
en Venezuela y la consecuente radicalización de los distintos sectores
y
4) El congreso de la oposición iraquí, donde, si bien todos están
contra Saddam Hussein, hay divergencias que prefiguran próximos conflictos.
Los 007 de Bush
El gobierno norteamericano del presidente George W. Bush, acaba de autorizar
a la CIA (Central de Inteligencia) a poder asesinar o cometer otros delitos
contra presuntos terroristas, que Washington considera peligrosos para su seguridad,
y para ello ha confeccionado una lista de aproximadamente una veintena de 'enemigos'.
Tal revelación surge de notas que aparecen en la edición dominical
de los diarios de 'The New York Times' y 'El Mundo' de España.
No caben dudas que esta resolución de Bush creando los 007 tiene un fin
intimidatorio pero en nada se diferencian a los úkases del integrismo
islámico contra sus enemigos o aquellos que consideran, han blasfemado
contra el profeta Mahoma. La revelación periodística tendrá
en los próximos días mucha repercusión en Europa y otras
partes del mundo.
Seúl contra EE.UU.
El viernes último se produjo la manifestación más grande
de la historia de Corea del Sur, en su capital Seúl, casi 70.000 personas
portaban velas y quemaban banderas norteamericanas.
El detonante del conflicto fue que soldados norteamericanos, en un vehículo
militar, en estado de ebriedad y a toda velocidad, atropellaron a una joven
coreana, matándola en el instante. Los soldados fueron detenidos por
la policía y fuerzas de seguridad, pero el gobierno de Washington exigió
la devolución de los imputados para ser juzgados por una corte militar
estadounidense. Esta semana se conoció el veredicto de la Corte, donde
los imputados resultaron absueltos, y eso produjo el estallido de indignación
de la población coreana. Cuatro mil policías militarizados de
Seúl debieron contener con violencia a la muchedumbre enardecida que
se dirigió a la embajada norteamericana para reclamar por los hechos.
No es nuevo el tema de los soldados norteamericanos, en Corea del Sur y en otras
regiones, que cometen toda clase de felonías, crímenes, contrabando,
violaciones y otros delitos contra las poblaciones locales y que luego son absueltos
por las autoridades militares o civiles estadounidenses.
Cabe también una reflexión, si una manifestación tan belicosa
contra Washington se produce en Corea del Sur, que es una nación pro-occidental,
qué pensar de Corea del Norte, gobernada por comunistas de línea
dura con arsenales nucleares a su disposición.
Venezuela al rojo vivo
El sábado dos manifestaciones se movilizaron en Caracas. Una de los antichavistas,
cerca de 300 mil personas, que se encolumnaron en un kilómetro de manifestación,
pidiendo la renuncia del presidente Hugo Chávez.
En tanto, los chavistas reunieron cerca de 800 mil personas, cerca del palacio
de Miraflores. Se notó una merma en cuanto a una marcha chavista anterior
que reunió cerca de 1.400.000 personas.
Venezuela es una sociedad política, ideológica y étnicamente
dividida. El movimiento opositor a Chávez, dirigidos por los grupos de
empresarios petroleros y burócratas sindicales del partido Acción
Democrática, han transformado su oposición en una insurrección
anticonstitucional.
El fracaso de los primeros días de la huelga transformó la misma
en un lock out patronal que cerró el grifo petrolero y amenaza con quebrar
la economía venezolana. La repercusión es muy grande, porque Venezuela
es la cuarta refinería mundial del crudo y la quinta en producción
de petróleo. Si este tipo de huelga persiste, no sólo quedaran
sin combustible los venezolanos, sino también los norteamericanos.
La sociedad blanca caraqueña, de clase media y alta, que también
se expresa en las zonas rurales, está enfrentada a las clases más
populares, trabajadores, desocupados, negros, mulatos y polos indígenas.
En Maracaibo y otras regiones, se han comenzado a movilizar las naciones originarias.
En Carabobo, cerca de 10.000 indígenas expresaron su apoyo a Hugo Chávez.
En Venezuela se está produciendo una lucha social o de clases, más
allá del propio gobierno de Hugo Chávez. Desocupados han comenzado
a tomar fábricas abandonadas por sus dueños. Poblaciones urbanas
han rodeado edificios petroleros privados y han tomado las instalaciones. Las
fuerzas armadas no pueden dar un golpe militar clásico porque una gran
parte de la oficialidad está enrolada en el movimiento bolivariano que
encabeza Chávez.
Por otra parte, los sectores de poder económico de la ciudad y el campo
saben que en febrero del 2003 entrarán a regir las leyes que renacionalizan
la totalidad del petróleo y la de reforma agraria, que apunta a los latifundios
improductivos del interior venezolano.
Oposición dividida en Irak
El Congreso que se realiza en Londres de la oposición iraquí contra
el gobierno de Saddam Hussein, tuvo una amplia representación de 300
delegados, pero sólo coincidieron en la necesidad de terminar con el
actual gobierno de Bagdad.
El Congreso estuvo dividido en tres franjas: a) Integristas musulmanes chiítas;
b) Miembros del Partido Democrático del Kurdistán y c) Una franja
iraquí secular. Los kurdos expresaron divergencias con los chiítas
y éstos, enrolados en la tendencia pro-iraní, manifestaron la
necesidad de la hegemonía islámica integrista en el Irak posterior
a un eventual derrocamiento de Saddam Hussein.
Para EE.UU. todo esto puede ser una complicación futura, como pasó
cuando armó a Osama bin Laden, para enfrentar a la entonces Unión
Soviética e hizo lo propio cuando apoyó a Saddam Hussein contra
el Irán de Komeini.