Trabajadores y sindicatos hoy en Venezuela: una perspectiva libertaria
El Libertario
Antes de discutir cómo la actual coyuntura sociopolítica
repercute sobre los trabajadores venezolanos y sus organizaciones, es imprescindible
bosquejar una descripción de características esenciales que suelen
ser desconocidas (o mas frecuentemente ocultas) por casi todos los que se refieren
al tema, en particular los activistas y dirigentes sindicales.
La constitución y desarrollo de la organización obrera en el país
ha estado fuertemente ligada a los partidos tradicionales (en particular al socialdemócrata
AD). Hace más de medio siglo que desapareció cualquier traza de
independencia en el movimiento sindical, conducido desde entonces por gente que
ante todo se define por su militancia partidista. De este modo, la consolidación
y fortaleza que en apariencia lograba el movimiento laboral entrando al último
tercio del S. XX, tenía más que ver con la entrega de toda pretensión
de autonomía frente al poder partidista y estatal que con otra cosa, de
manera que las burocracias al mando de los aparatos sindicales acaparaban influencia
política y fuerza económica a cambio de la desmovilización
de los trabajadores, que se fueron acostumbrando a una relación clientelista
con los burócratas, aceptados sumisamente a cambio de su papel de gestores
que obtenían alguna que otra concesión de los patrones y el Estado.
El derrumbe de la hegemonía de los partidos durante la década de
1990 -resultado de su corrupción, inmovilismo y reiterada torpeza- trajo
una inevitable crisis en el modelo de sindicalismo que se le asociaba, encarnado
por la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) y su estructura
de federaciones y sindicatos afiliados, que luce imponente en el papel pero reveló
su creciente fragilidad en los hechos. Además de ver diluir aquel soporte
político tan importante, la aplicación del recetario neoliberal
desde fines de loa años 80, significó un enorme reto ante el cual
las pandillas sindicaleras sólo respondieron con desidia y complicidad,
por lo que ellas mismas se des-legitimaron para esa función de intermediarios
que les servía de coartada.
En un país donde el Estado ha sido por mucho tiempo el principal empleador,
la CTV aprovechó sus lazos con el poder para controlar los sindicatos de
trabajadores del sector público en los que era casi obligatoria la afiliación,
los cuales han figurado como la base estadística principal de la auto-proclamada
representatividad cetevista. Pero incluso esa justificación tiende a evaporarse
en la onda privatizadora y de "racionalización del gasto público"
(léase, despidos masivos en las dependencias oficiales), ante la cual ha
sido patética la incapacidad de la burocracia sindical para oponerse eficazmente.
En cuanto al sector privado, ya hace tiempo que la mayoría de los capitalistas
desprecia o ignora hasta la condición seudo-representativa de los sindicatos
de la CTV, sólo tolerados sí venían existiendo antes y sí
se someten absolutamente a los designios patronales. Por supuesto, ni por asomo
estos burócratas en decadencia se han planteado la organización
de los trabajadores desempleados, de quienes se sustentan en la llamada economía
informal, de los trabajadores temporales y las demás víctimas de
la "flexibilización laboral" y la globalización.
Como prueba de lo que decimos esta la desactualización, ocultamiento y
hasta falsificación de datos estadísticos referidos a la afiliación
sindical en Venezuela. Hace 20 ó más años, estimaciones aceptadas
por todos los involucrados indicaban de 30 a 40% de agremiación entre los
asalariados, de los que más de tres cuartas partes (un millón y
cuarto de personas) estarían representados en la CTV. El año 2001,
a raíz de las elecciones sindicales, se mencionó en algunas fuentes
que sobre unos tres millones de trabajadores en el sector formal de la economía,
los sindicatos cetevistas seguirían representando al mismo número
de inscritos que 20 años atrás, pero esa apreciación no tuvo
ninguna confirmación estadística para sustentarse; por si fuera
poco, tanto el registro de la cantidad de electores potenciales como de votos
efectivos que llevaron a Carlos Ortega -burócrata sindical de AD- a proclamarse
vencedor en esas elecciones fueron un secreto que ni los ganadores ni sus adversarios
en las urnas quisieron revelar públicamente, pues hasta donde hemos podido
investigar a duras penas hubo unos 180.000 sufragios en esos comicios. Por cierto
que a la banda de gangsters sindicales que encabeza Ortega le interesa ocultar
el punto hasta donde se ha devaluado la representatividad del maltrecho aparato
sindical, pero encontraron un valioso aliado para ello en el gobierno chavista
y sus deslustrados secuaces sindicalistas, quienes a todo pulmón denuncian
las triquiñuelas cometidas por los adecos en la elección laboral,
pero callando cualquier referencia a que ellos tampoco son capaces hoy día
de convocar (ni aún con el oxígeno que les da el Estado) el apoyo
cuantitativo que confirme a la actual estructura de la CTV como una referencia
organizativa de peso para los trabajadores venezolanos. Preguntas y Respuestas
Teniendo en cuenta lo expuesto pasemos a analizar la situación actual,
para lo cual nuestra guía sobre lo que puede interesar a quien no esté
familiarizado con el sindicalismo venezolano de hoy será un cuestionario
que remitió el compa Roger, de la FAU-AIT anarcosindicalista de Alemania.
¿La huelga general (que comenzó el 9 de abril) era una verdadera movilización
obrera o una maniobra patronal/sindical amarilla con intenciones políticas?
- Esa huelga o "paro indefinido", como púdicamente la denominaron sus promotores,
tenía muy poco de movilización obrera auténtica, porque como
ya indicamos la CTV carece de fuerza real como para atreverse a un conflicto de
tal magnitud. Si lo hizo, fue por contar con: el enorme respaldo del lock-out
patronal auspiciado por la principal organización patronal - FEDECAMARAS,
que ya estaba impulsando a todo tren la salida golpista-; el casi total apoyo
de los grandes medios de difusión en plena histeria antichavista; una amplia
porción de los sectores medios enardecidos tanto por la estupidez gubernamental
como por el furor de la oposición; los tecnócratas del sector petrolero
dispuestos a la pelea para no perder sus extraordinarios privilegios; y -aún
cuando ahora se deshagan en protestas de inocencia al respecto- el evidente conocimiento
de que estaba a punto la insurgencia militar contra Chávez.
¿Durante la huelga, qué pedía la gente? ¿Reclamaba un cambio político
o había consignas en relación con salario, condiciones laborales,
etc.?
- En la huelga muy poco se levantaron consignas específicamente laborales;
prácticamente todo se reducía a pedir la salida de Chávez.
Si en la enorme manifestación opositora del 11-A hubo alguna presencia
obrera con consignas propias, esta se perdió en una movilización
que ahora sabemos con todo detalle que fue organizada -con masacre final incluida-
para dar el conveniente pretexto para derrocar a Chávez.
¿Había movilizaciones obreras antes de la huelga actual y, cuando la había,
qué reclamaban los trabajadores?
- El deterioro de la situación en poco más de 3 años de gobierno
"bolivariano" generó movilización y descontento laboral; lamentablemente,
la debilidad de las organizaciones sindicales y el hecho de que casi todas las
que existen estén sometidas a los intereses políticos de la oposición
o el gobierno ha restado mucho al potencial impacto de esas movilizaciones como
expresión de lucha social consecuente. Por ejemplo, una reivindicación
fundamental y urgente de los asalariados como lo es lo relacionado con la seguridad
social, sólo ha servido para abundante oratoria demagógica de una
u otra cuadrilla de burócratas, mientras la clase obrera ha quedado brutalmente
desasistida en este aspecto, sin que se haya visto ninguna lucha significativa
en relación a este tema que tan gravemente es sentido por cada trabajador.
¿Qué piensa "la gente" (o mas preciso la clase obrera) del "bolivarianismo"?
- Estando en tal estado de ausencia de organización autónoma, el
sentir de la clase obrera se diluye entre las dos impresiones que dominan entre
los desposeídos respecto a la pantomima chavista: unos que aún le
confieren la condición de esperanza basándose en la confianza mesiánica
en las promesas del líder, quienes son la base de esa impresionante movilización
popular que fue tan importante en el retorno del Comandante a la Presidencia;
otros que no participan de esa ilusión, pero tampoco aceptan la bazofia
política que ofrece el antichavismo de derechas que impulsó el golpe
de Carmona y compañía.
¿Han aumentado los salarios durante la "era Chavez"? ¿Adonde van los beneficios
de la producción petrolera?
- La aplicación de las recetas del FMI que puntualmente ha hecho el gobierno
de Chávez ha significado deterioro de los salarios reales y la calidad
de vida de la mayoría de las familias venezolanas; diversos indicadores
extraídos de las estadísticas oficiales lo demuestran con plena
claridad. Quien desee verificar esos datos, puede ver un trabajo al respecto a
publicarse en el próximo # 27 de El Libertario, mayo de 2002 . En cuanto
a quien se queda entonces con los beneficios que genera el petróleo, ni
que decir que es la reducida élite de muchos militares y pocos civiles
que rodean a Chávez, tan avorazados en lo suyo que impulsaron a competidores
menos afortunados a aventurarse por la riesgosa vía de la conspiración
y el cuartelazo para abrirse paso hacia botín tan suculento.
¿El "bolivarianismo" es parecido al Peronismo (dar limosnas a los trabajadores
para que la patronal puede acumular en paz)?
- Lo terrible para la clase obrera venezolana es que las limosnas no existen o
apenas quedan en lo simbólico. Esta ha sido quizá una de las muestras
más fehacientes de la ineptitud característica de este gobierno,
que ha resultado totalmente incapaz no sólo de girar, sino al menos detener
o aminorar, el empobrecimiento acelerado y la exclusión socioeconómica
que afecta a más del 80% de la población. A pesar de su enfrentamiento
político con la organización patronal, el gobierno ha sido, mas
que silencioso, complaciente ante la embestida de los capitalistas contra los
derechos formales de los trabajadores, que en este país ven violentadas
hasta sus más elementales conquistas. Para datos más precisos ver
el artículo de El Libertario mencionado arriba.
¿Había represión estatal/patronal contra la clase obrera en la "era
Chavez". Ya conocemos el articulo de febrero sobre la tensión existente
(Se refiere a un texto previo sobre la situación nacional difundido por
la CRA y El Libertario); había mas "sucesos"?
- La peor represión contra los trabajadores en estos años ha sido
el tremendo deterioro en sus condiciones de vida y la violación de sus
derechos ya referida. En cuanto a la persecución contra la actividad sindical,
siendo casi siempre inexistente o sumisa ante los intereses del poder autoritario,
no se ha hecho necesaria para el Estado y los patronos, salvo en las contadas
excepciones que confirman esa desoladora regla de opresión e inacción
que hoy domina en el sindicalismo venezolano.
¿La huelga en el sector petrolero se acabó con los sucesos políticos?
-En todo el marco que hemos descrito, no es de extrañar lo ocurrido con
la peculiar huelga petrolera que acompañó al paro general, donde
gerentes y tecnócratas fungieron de "líderes sindicales", paralizando
refinerías, cerrando oleoductos y organizando manifestaciones callejeras;
en otras palabras, una huelga conducida por "yuppies" que nada tuvo que ver con
la lucha obrera y mucho con ese complot que pretendió sustituir a un autoritario
seudo-izquierdista por un autoritario semi-fascista.