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18 de junio del 2002
Arturo Lindón
Rebelión
Después de algunas semanas de silencio sobre Venezuela, el periódico español "El País" ha retomado estos días los argumentos de quienes buscan un nuevo golpe de estado para desalojar al presidente electo Hugo Chávez. Esperando que los lectores hayan olvidado el patinazo que supuso su evidente postura informativa de apoyo al golpe del pasado 11 de abril, el grupo de comunicación aliado del magnate venezolano Gustavo Cisneros, vuelve a reivindicar su papel de portavoz internacional en la estrategia de confrontación diseñada por la oposición venezolana.
Coincidiendo con la marcha convocada para pedir la dimisión del presidente y con la propagación de rumores sobre otro posible golpe de estado, "El País" abre sus páginas de forma exclusiva a la oposición al presidente Chávez.
El pasado viernes se hacía eco de las denuncias de la oposición sobre un supuesto desvío de fondos públicos; el sábado el protagonista era un miembro del MAS, grupo político que se declara socialista pero que es aliado de la patronal y de los tradicionales partidos corruptos de la reciente historia de Venezuela.
Y el domingo, de nuevo su corresponsal pro-golpista en Caracas, Ludmila Vinagradoff, volvía a despejar cualquier duda sobre donde se encuentran ella y el periódico al que representa. En un artículo titulado "Golpe de estado (2ª parte)" pudimos comprobar como sigue llamando sublevación popular al golpe de estado del 11 de abril; insinua que los francotiradores fueron puestos por el gobierno de Chávez al afirmar que solo mataron a manifestantes de la oposición, cuando ya hay suficientes pruebas de que los primeros muertos por los francotiradores fueron partidarios de Chávez.
En el colmo del cisnismo se extraña de que se esté produciendo una depuración de los militares implicados en el golpe de estado y de que se promocione a aquellos militares que expresaron claramente su apoyo a la democracia. Nos gustaría saber como calificaría al gobierno de EE.UU. que hace unos días ha decidido procesar a un militar que simplemente cuestionaba la actual estrategia belicista de su país.
Nos habla de la recogida de firmas que está realizando la oposición para revocar al presidente, pero calla el fracaso que está siendo dicha campaña y oculta las innumerables iniciativas ciudadanas pidiendo que se castiguen a todos los implicados en el golpe de estado, incluidos los dueños de los principales medios de comunicación y algunos de los principales periodistas a su servicio.
En un alarde de sabiduría económica culpa de la pobreza histórica del país al presidente Chávez, ya que en tres años no ha sido capaz de resolverla, a la vez que se muestra complaciente con la campaña desestabilizadora de los empresarios que se niegan a pagar los impuestos legales, existentes en cualquier sociedad democrática, y que son necesarios para acometer cualquier política económica redistributiva.
Como colofón, y acompañando este artículo aparece una foto de 4 o 5 antichavistas con una nota al pie de la imagen en donde se afirma que la marcha opositora contó con medio millón de personas. Hemos tratado de encontrar alguna cifra parecida en medios independientes e incluso alguna fotografía que pudiera mostrar la magnitud de semejante capacidad movilizadora sin encontrar nada por el estilo; a lo sumo algunas decenas de miles pudieron asistir a dicha marcha. E insisten en el argumento de que los manifestantes pedían que se juzgara a miembros del gobierno por los muertos de la marcha del 11 de abril; silencio de nuevo sobre los datos que se han ido conociendo y mayor silencio aún sobre los más de 30 muertos que hubo durante el día de mandato de Carmona Estanga y que difícilmente podrían ser atribuidos a Chávez. Será por eso que no exigen justicia para esos muertos.
Como vemos, "El País" no tiene intención de desarrollar la más mínima objetividad en lo que se refiere a la actual situación política venezolana. Los intereses económicos que representa apuestan por volver a la situación anterior a Chávez al precio que sea y para ello emplearán todos los medios a su alcance. Creemos que es necesario seguir haciendo un exhaustivo seguimiento a todos los medios de comunicación que de forma implícta está apoyando a los partidarios del golpe de estado para desenmascararlos y desarrollar campañas que al menos les ponga en evidencia.
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