|
9 de julio del 2002
El País comienza su campaña de intoxicación contra la candidatura de Lula
Carlos Prieto
Rebelión
Breve contexto
El próximo seis de octubre se celebraran elecciones generales en Brasil.
A la gran expectación levantada no es ajena el hecho de que el candidato
del Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inázio da Silva (Lula), aparezca
primero en las encuestas con un 40% en intención de voto. Esta es la
cuarta vez que Lula se presenta a las elecciones, y no es la primera en que
parte como "claro favorito". Normalmente, tras soportar increíbles campañas
en contra (en 1989 el entonces presidente de la patronal de Sao Paulo llegó
a afirmar que en el caso de una victoria de Lula 800 mil empresarios abandonarían
el país), Lula es superado por los candidatos de la derecha. A este respecto
merece la pena recordar que antes de conseguir ganar las elecciones generales
del año 70 en Chile, el doctor Salvador Allende se había presentado
otras tres veces. Sus intentos fallidos estuvieron condicionados por fuertes
campañas de intoxicación que ,como confirma el informe desclasificado
"Actividades de la CIA en Chile", fueron financiadas por la administración
Nixon. Como ha reconocido Washington 30 años después el objetivo
prioritario era evitar que Allende llegara al poder, "desacreditándolo
y fortaleciendo y alentando a sus opositores".Como es bien sabido a esta estrategia
fue promocionada, consciente o inconscientemente, por un sector de los medios
de comunicación de la época que insistían en vincular a
Allende con un supuesto caos económico que afectaría a todos los
sectores de la población.
Crisis, ¿qué crisis?
Los artículos que el diario El País ha publicado entre el 9 de
junio y el 2 de julio relativos a las elecciones en Brasil se centran de una
manera casi obsesiva en una supuesta "agudización de la incertidumbre
por la posible victoria electoral del candidato del Partido del Trabajo (sic),
Lula da Silva", como señala la editorial del 24 de junio en la que se
vincula un hipotético triunfo de las izquierda con la llegada a Brasil
de la crisis económica argentina. Eso si, la obsesión ha crecido
despacito y con buena letra. Poco a poco el rotativo del Grupo Prisa ha ido
colocando la pelota en su sitio en vísperas del inicio de la campaña
electoral.
El pasado 9 de junio el enviado especial en Brasil, Fransec Relea, abría
el fuego desde Sao Paulo encabezando su crónica con el siguiente titular:
"¿Quién teme a Lula?". En el interior del articulo aseguraba que la posibilidad
de un triunfo del PT "ha empezado a inquietar a sectores del mundo empresarial
y financiero". No obstante, "diversas fuentes consultadas coinciden en que Brasil
(sic) está preparado para asumir la llegada del PT al poder si así
lo decide el electorado". Bien, antes de que nos de tiempo a felicitar al país
en pleno por su generosidad al acatar los designios democráticos, nos
topamos con el absurdo artículo del día 13 en el que, entre otras
cosas, el periodista nos cuenta que el banco estadounidense de inversiones Goldman&
Sachs ha inventado un modelo "matemático" para evaluar las variaciones
del mercado en función de las posibilidades electorales de Lula. Se llama
Lulometro y vaticina el caos y escenas de "pánico" en los mercados si
Lula acaba de presidente. Por si no nos hubiera quedado claro, el 17 de julio,
Francesc Relea, nos vuelve a contar lo mismo. Además, indica en titulares
que "el avance del candidato de la izquierda, Lula da Silva, provoca la depreciación
de la moneda y dispara el riego de iliquidez del país". La cosa empieza
a calentarse.
El 30 de junio, Eric Nepomuceno, desde Rio de Janeiro, asegura que "el temor
del empresariado y de la banca, por no mencionar a los latifundistas que controlan
el campo y los créditos oficiales, no hace más que aumentar según
pasa el tiempo y Lula no cae en las encuestas". Para Nepomuceno, si a la subida
del dólar, la caída de la producción industrial, y el aumento
de la deuda pública y el desempleo le añadimos que Lula "continua
como favorito para las elecciones", no es de extrañar que "los mercados
financieros reaccionen como pueden: al borde de un ataque de nervios". O dicho
de otro modo, "esa sensación de inseguridad y desconfianza se agrava
sensiblemente gracias a un factor extraeconómico, pero de definitiva
influencia en todo lo que se vive este año en Brasil: las elecciones
presidenciales de octubre". Después de todo, "el mercado desconfía"
del discurso de Lula, aunque no tanto como para que El País considere
al candidato del PT como el principal responsable de la crisis. Todo se andará.
Peor que la peste
Para el que aún tenga dudas sobre si, hasta ese momento, el rotativo
madrileño se ha limitado a reflejar la realidad o, más bien, a
fabricarla, no tiene más que atender al contenido del artículo
publicado a toda página en la sección de internacional del pasado
2 de julio. El firmante, Francesc Relea, reaparece para, cual concurso amañado,
responderse a la pregunta -"¿Quién teme a Lula?"- que el mismo se hacia
tres semanas atrás. Titular: "Brasil se echa a temblar ante el avance
de Lula". Subtítulo: "Los rivales del líder izquierdista se unen
para cerrarle el paso mientras la economía brasileña empieza a
sufrir". Básicamente, de la mera asociación anterior pasamos a
la identificación, sin más, de los términos Candidatura
de Lula/Crisis Económica. Esta vez, Lula pasa de ser un factor más
a convertirse en la estrella de la fiesta. Al parecer, la crisis "empieza" y
termina con él:
"Sorprende la guerra de nervios de las últimas semanas, como si el antiguo
obrero metalúrgico que fundo el PT estuviera a punto de entrar en el
palacio de Planalto con la banda presidencial. De repente, un vendaval desatado
por los mercados sopla con fuerza inusitada contra el gigante de América
del Sur. El dólar sube de manera alarmante, los bonos brasileños
caen en picado, el riesgo-país se dispara y los analistas advierten que
Brasil puede tener problemas para pagar la elevada deuda pública. El
crecimiento para este año, que el gobierno preveía por encima
del 2%, no superará el 1,5% del PIB" (Una pausa para recopilar: "De repente"
se asocia a Lula con la subida del dólar, la caída de los bonos
e, incluso, con los problemas para pagar la deuda publica y el descenso del
crecimiento. No esta mal para alguien que está todavía en la oposición.
¿Que va a pasar entonces cuando este gobernando? ¿Tornados, ciclones y la fiebre
amarilla?. Sigamos.) "La posibilidad de que Brasil entre en crisis provoca una
tembladera en toda la región. El gobierno insiste en que hay mucho de
ataque especulativo amparado en la incertidumbre electoral" Como vemos, tanto
el periodista como el gobierno autoexculpan momentáneamente de la crisis
al presidente Fernando Cardoso. Sin embargo, cuarenta líneas antes, el
periodista de El País había asegurado que "la excelente imagen
internacional (de Cardoso) contrasta con la baja popularidad entre sus conciudadanos".
Supongo, por tanto, que el hecho de que Fransec Relea escriba dicha crónica
desde Buenos Aires es la causa de que considere que es Lula y no a Cardoso el
responsable de que "la economía brasileña empiece a sufrir".
No obstante, sería injusto no felicitar a Ralea por su olfato periodístico
para llegar a captar desde la lejana Argentina que TODO "Brasil" se ha echado
"a temblar ante el avance de Lula". Ahora bien, no se entiende como es posible
que TODOS tiemblen pero que, al mismo tiempo, Lula "encabeze las encuestas".
¿Error en el principio de no contradicción? o ¿masoquismo de la sociedad
brasileña?.
Para "aclarar" dudas, Relea, en un alarde de generosidad -después de
todo, es probable que el titular no sea obra suya sino de su editor- realiza
las siguientes observaciones: en el renglón 76 indica que "los líderes
del PT tienen el desafío de demostrar al mundo (del dinero, obviamente)
que son gente seria". ¡Joder¡, y si es tan obvió, ¿ de que va todo esto?
¿Por qué esa insistencia en confundir las partes con el todo?. Una vez
aclarado (léase enterrado) que todo el follón se debe a la pataleta
de la minoría ultracapitalista saltamos (con la ayuda de un trampolín)
hasta la línea 123 para enterarnos de que Lula es "el candidato de los
pobres", mientras que, a su vez, en el artículo del domingo 9 de junio
se nos había dicho que cuarenta millones de brasileños viven con
menos de un dólar al día y que el 10% es 29 veces más rico
que el 40% más pobre. Eso sí, se olvida de echar las cuentas sobre
la cantidad de artículos de prensa y/o telediarios afines que recibe
ese 10% en comparación con el 40% más pobre.
Pánico en las calles
Nada más lejos de mi intención que resultar alarmista. Ahora bien,
si de exageraciones hablamos, es bueno que para terminar quede constancia de
todas las veces que en los artículos del diario El País se asocia,
directa o indirectamente, al proyecto del PT con términos que normalmente
se aplicarían para describir territorios arrasados por una catástrofe
nuclear:
"¿Quién teme a Lula?", "riesgos de la llegada del PT", "alerta... ante
una eventual victoria de Lula", "fragilidad de un gigante", "alarma", "riesgo",
"pánico", "nerviosismo", "la crisis amenaza", "clima de incertidumbre",
"al borde de un ataque de nervios","la sensación de inseguridad y amenaza
se agrava", "turbulencia", el "fantasma" (de una victoria de Lula en la primera
vuelta), "temor", "riesgo Lula", "Brasil se echa a temblar", "la economía
brasileña empieza a sufrir", "miedo a una victoria de Lula", "guerra
de nervios", "tembladera en toda la región", "capitales huyen despavoridos
por falta de confianza".
¡Error!Referencia de hipervínculo no válida.¡Error!Referencia
de hipervínculo no válida.