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4 de junio del 2002
La justicia, los medios y el conflicto vasco
Ramón Cánovas
En los últimos días ha saltado ha la opinión pública
la indignación de los medios españoles por el rechazo de la admisión
a tramite de la sala Segunda del Tribunal Supremo a la querella interpuesta
por la Fiscalía General del estado contra Arnaldo Otegui, por un presunto
delito de apología del terrorismo. La denuncia tiene que ver con lo acontecido
en un acto político celebrado en san Juan de Luz (Francia) donde el actor
dijo al finalizar su intervención textualmente: ¡Gora Euskadi ta askatasuna!
Los medios lo traducen como, Viva Euskadi libre, que coincide con las siglas
de ETA, por lo que estos ponen entre paréntesis (Viva ETA) y simplificando
en las noticias, se limitan a decir que Otegui dio vivas a ETA.
ETA es el nombre por el que todo el mundo designa a la banda independentista
armada. Luego si hubiese querido decir, ¡Viva ETA! eso es lo que habría
dicho. Por lo que entiendo que decir ¡Viva Euskadi ta askatasuna! es una alusión
nacionalista a idea de lo que el actor espera que sea el País Vasco.
Por lo tanto, o no entiendo nada (el rey va desnudo) o hay que negar la mayor.
Porque los medios con esa simplificación logran hacerle decir lo que
no dijo; y me extraña que no se haga más hincapié en este
tema. Por esta forma tendenciosa en que los medios transmiten las noticias,
todo el mundo da por hecho que dijo lo que no dijo; aunque en letra pequeña,
después, matizan poniendo entre paréntesis (ETA). Pero cuando
las personas hablan, no abren ni cierran paréntesis; luego parece claro,
que lo que dijo no es lo que dicen que dijo y por lo que se le propuso la apertura
de una querella. Por esta regla de tres, las interpretaciones podrían
ir en las dos direcciones, por ejemplo, si Garzón dice que persigue a
ETA, se podría entender que aspira a una Euskadi libre. O las declaraciones
de la comentarista de Radio Nacional de España (Curri) indignándose
por el archivo de la querella se podrían publicar con el siguiente encabezado:
"Curri acusa al Tribunal Supremo de prevaricación". Aunque ella
en ningún momento mencionó la palabra "prevaricación",
pero no entendía como los magistrados no aplicaban una legislación
tan clara y transparente en materia de terrorismo. Y a continuación se
producían las llamadas al programa de ciudadanos honradisimos indignados
por el comportamiento de la justicia. De esta forma sucia, es como se alimentan
las actitudes conservadoras y reaccionarias. En un supuesto estado de derecho,
debería de estar claro, que a los ciudadanos no les puede perseguir la
justicia por lo que se le supone que quieren hacer o decir, sino por lo que
hacen y dicen. Pero la Sala Segunda del Tribunal Supremo, cuando rechaza la
querella no deja claro, que lo hace porque se le está acusando falsamente.
No se atreve a decirle al fiscal del estado, que a sabiendas, está
haciendo una falsa acusación. Es lo que mayoritariamente viene haciendo
Garzón, iniciar cantidad de procesos de instrucción sin fundamento
que después en la Audiencia Nacional se tienen que archivar. Soy de la
opinión de Juoquín Navarro, porque como él, pienso que
Garzón se lo ha estado inventado casi todo relacionado con el conflicto
Vasco. Lo que está ocurriendo es una campaña legal sucia contra
el entorno del MLNV, a lo que se le llama, atajos en la lucha contra el terrorismo.
Que en la actualidad, no es ni más ni menos, que poner en práctica
lo que fomentan la mayoría de los comentaristas en los medios nacionalistas
españoles: Cuando se trata del entorno de ETA, no hay que ser puntillosos
con la legalidad. Si se llega a una situación de esquizofrenia con
el nacionalismo vasco, con los mismos argumentos se podría iniciar procesos
contra todo aquel que dijese ¡Viva España! Porque todo el mundo lo entiende
como una exsaltación del pensamiento fascista español (sistema
de partido único), lo que vendría a significar un grito contra
el sistema pluripartidista. Así que por ejemplo, ya pueden empezar a
instruir contra los que en la transmisión del festival de Eurovisión,
gritaron la exaltación ultraconservadora.
Cuando estoy escribiendo está sonando la noticia de que la Audiencia
Nacional rechaza la querella contra Pinochet, porque dicen que hacen lo mismo
que el Tribunal Supremo con el caso Otegui. Esto es el despelote de la justicia.
En vez de argumentar su fallo con la normativa aplicable, que es lo que debe
hacer cualquier juez mínimamente coherente, lo despachan argumentando,
que hacen lo que han hecho los de al lado, cuando ni siquiera son comparables.
¿No se les cae la cara de vergüenza a esta gente? ¿Para esto se necesita
estudiar tanto? ¿Cuántos millones se llevan al año por hacer estas
y semejantes tropelías? Esto no es el estado de derecho, es el estado
de la sinvergonzonería.
Un caso parecido al de Otegui, fue el procesamiento a la Masa Nacional de HB
por colaboración con banda armada. Esta se justificaba por la proyección
de un vídeo con etarras encapuchados.
En el diario El Mundo, 6-12- 97, Enrique Gimbernat, publicó un artículo
muy esclarecedor en el que dejaba claro, que colaboración con banda armada,
es prestar la ayuda necesaria para llevar a cabo un atentado concreto en cualquiera
de sus diferentes formas. Tampoco lo tenían claro con la apología
del terrorismo y les acusaron por lo que les aprecia más cercano: "Colaboración
con banda armada". Con unos jueces dependientes del poder político,
Aznar lo escenificó diciendo:
Hemos metido en la cárcel a la Mesa Nacional de HB (El Mundo,
24-7-98) se admitió la querella, se celebró el juicio y se les
condenó. Pero el recurso consiguió que dos años después
se les dejase en libertad. No obstante, aquí ocurrió exactamente
igual que con el caso Otegui. El tribunal se metía en berenjenales y
no dejaba claro porqué se rectificaba la condena.
Está claro que porque se había hecho bajo una acusación
no tipificada.
Y lo mismo ocurre con el caso de Pepe Rey. Se le acusa de ser quien designa
a través de una revista a las personas contra las que ETA tiene que atentar.
Elucubraciones mas disparatadas es difícil de encontrar. Ello significaría,
que ETA necesita que alguien le diga contra quienes tienen que hacer sus atentados;
y que el medio, sea una revista. Y en definitiva por extensión, podría
ocurrir que si una persona hace una critica al rey de España y coincide
con que los GRAPO le preparan un atentado, el primer responsable es el autor
del artículo. Mayor despropósito no cabe. Y todo esto pasa por
la mente de prestigiosos comentaristas, políticos y jueces; y lo peor,
es que se quedan tan campantes. Pero cuando esta acusación no prospera,
se pasa directamente a la acusación de pertenencia a banda armada (supuestamente
porque hay nuevas pruebas) que se acepta en medio del embrollo que tenía
la Sala de la Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia Nacional, cuando
sus magistrados estaban en el punto de mira de los medios por el caso de la
puesta en libertad condicional de El Negro.
Uno de los muros independientes con que chocaban las pretensiones de Garzón
y del gobierno, eran los jueces de la Sección Cuarta de la Sala de lo
Penal de la Audiencia Nacional, sobre todo, Carlos Cezón y López
Ortega; porque el tercero, Carlos Ollero, solía emitir votos particulares.
Sin embargo, que casualidad, en el caso de El Negro no hubo voto particular.
Por ello en cuanto se les presentó la ocasión por el error de
la puesta en libertad del narcotraficante apodado El Negro, lo aprovecharon
para deshacerse de esos (dos) jueces molestos. Desde el primer momento sospeché,
que podría ser una trampa preparada con dos resultados: les mermaban
en su reputación y los sacaban de la sala que estaba dejando en libertad
por falta de pruebas, a cantidad de acusados del MLNV por el juez Garzón.
Por ello no me explico como pudieron ser tan inocentes. Si sabes que te tienen
en el punto de mira del poder, hay que estar más atento y no cometer
semejantes errores. Aunque al final en el ambiente, ha quedado la sospecha,
de que algo estaba preparado; por el dinero presuntamente ilegal, encontrado
entre las pertenencias del psiquiatra, Angel Hebrero; y por el informe presuntamente
abultado, que éste hizo para que sirviera de base a la libertad condicional
del narco.
Los medios se han hecho eco del cambio de actitud de la Sección Cuarta
de la Audiencia Nacional con casos relacionados con el nacionalismo vasco. El
País, de 7-3-02, titula: "La Audiencia ratifica por primera vez que
Ekin está vinculada con ETA".
Y hace mención, a que la resolución supone un cambio respecto
de la línea que mantenían los anteriores magistrados. También
se puede interpretar, como un aviso para todos aquellos que se resistan a no
hacer las resoluciones que el poder demande. Si te pones en contra de lo que
"conviene" al mínimo resbalón irán a por ti. Y en
el caso de El Negro, tanto desde RNE (PP) como desde la SER (PSOE) se
despotricaba contra los magistrados sin ningún miramiento, en especial,
el anterior ministro de justicia del gobierno del PSOE, Bellot.
Con el cierre de Egin, ídem de lo mismo. También Enrique Gimbernat,
en el diario El Mundo, 27-7-98, publicó un artículo desmontando
los argumentos legales del juez Garzón.
Todo esto deja claro que corren malos tiempos para la verdad, la racionalidad,
coherencia, independencia y democracia. Hace poco vi una película de
Tomás Moro, lo que nos enseña, que por la vida hay que pasar con
dignidad y coherencia en la defensa de los valores que se profesan. Simplemente
con haber firmado un papel (como hizo todo el parlamento) acatando los designios
de Enrique VIII, no habría sido condenado a muerte. Los bufones que ríen
cuando el poder levanta la mano y se callan cuando éste la baja, es lo
peor que puede ocurrirle a una sociedad. Personas sin principios que dicen lo
que haya que decir. Cuando las personas normales han de convertirse en héroes
para señalar la obviedad de que el "rey va desnudo", es que hemos cambiado
el estado de derecho por el de la sinvergonzonería.