6 de diciembre del 2002
"Un mundo sin fronteras"
Wole Akande
YellowTimes
Traducido para Rebelión por Tatiana de la O
El voto desesperado del último referéndum suizo sobre la
nueva ley de asilo, y el alboroto causado por los inmigrantes haitianos que
llegaron en barco a Florida, confirman que hay algunos temas más controvertidos
o provocativos de ambos lados del Atlántico que la migración masiva
desde los países pobres y los controles restrictivos de las naciones
prósperas. El derecho a irse de un país fue proclamado por la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, pero nada se dijo del
derecho de entrar a otro.
Quizá es tiempo de rescatar la idea de la migración internacional,
y de consagrarla en las declaraciones internacionales como un derecho humano
normal y natural. La gente debería tener derecho internacionalmente,
como lo hacen dentro de los países de la Unión Europea, a elegir
libremente si quedarse dónde está o emigrar. A pesar de que los
controles de migración se incrementan cada vez más, el número
de inmigrantes, incluyendo a los demandantes de asilo y los refugiados se ha
mantenido constante a lo largo de los últimos 20 años. Los inmigrantes
y aquellos que facilitan su migración recurren a impresionantes alardes
de inventiva, coraje y constancia para evitar los controles de migración.
żAsí que la migración perjudica a los pueblos del Tercer Mundo?
Si está dañando a los países que los inmigrantes dejan,
los controles a la inmigración son útiles para proteger el Tercer
Mundo. Sin embargo, los envíos de dinero de los inmigrantes constituyen
hoy en día uno de los mayores movimientos de recursos del mundo. Las
cifras implicadas son difíciles de cuantificar, a causa de que los envíos
se hacen a menudo a través de canales no oficiales, y no se registran
en las estadísticas. Sin embargo la cifra oficial del Banco Mundial es
más alta que las cifras de ayuda exterior. Veamos esto: El presidente
Bush ha planteado incrementar en un 50 %, hasta los quince mil millones de dólares
en tres años, el importe de la ayuda exterior de EE.UU. para el desarrollo
mundial. Sólo este año los envíos particulares a América
Latina serán de más de 24 mil millones de dólares.
Colombia, el mayor receptor de ayuda estadounidense en la región, recibió
el año pasado más dinero de los inmigrantes (1.600 millones de
dólares) que de la ayuda exterior de EE.UU. (1.300 millones de dólares),
y eso durante el año record del comienzo del Plan Colombia. Y en cuanto
al pequeño El Salvador, las remesas alcanzaron casi los 2.000 millones
en 2.001, más del recibido por cualquier otro país del hemisferio
excepto Brasil y México, y significativamente 33 veces más de
lo que recibió en ayuda externa de EE.UU.
Aunque no son una panacea, los envíos de dinero tienen varios beneficios.
No son el resultado de ninguna "caridad" de los países ricos, sino las
ganancias de los mismos inmigrantes. Se dan sin condiciones, a diferencia de
la ayuda del Banco Mundial y del FMI. No tienen que devolverse. En el injusto
mundo de hoy en día las remesas de dinero de los inmigrantes son probablemente
uno de los mejores mecanismos disponibles para redistribuir los ingresos mundiales
a favor de países más pobres. Por ello hay una razón moral
para eliminar las restricciones que impiden estas transferencias, así
como hay razón para la condonación de la deuda.
Tarde o temprano creo que los gobiernos se van a deshacer de los controles a
la inmigración. En un mundo cada vez más globalizado, con libre
movimiento de bienes y de capital, es contradictorio impedir el libre movimiento
de personas. Aumenta el coste de intentar impedir que la gente se traslade por
el mundo, y esos intentos no están impidiendo realmente el movimiento.
Si no hubiera controles a la inmigración probablemente habría
más, pero no aumentaría tanto. La apertura de fronteras no es
una idea nueva ni original. Miremos a EE.UU., la nación de inmigrantes
más conocida:
el concepto estadounidense mana de su antiguo ideal de migración abierta
(que ha dejado de ser una realidad). El mito cultural dominante muestra a la
Estatua de la Libertad atrayendo a las masas apretujadas, incitando a los recién
llegados a partir como pioneros al grandioso Lejano Oeste. El mito es que cualquiera
puede llegar y triunfar trabajando duro en un país libre y ásperamente
independiente.
Por lo general es minoría la gente dispuesta a desarraigarse, abandonar
su familia, su país y su cultura y sufrir las dificultades y riesgos
de la migración a un país extraño y posiblemente hostil
para hacerles el trabajo sucio a los nativos.
A pesar de que algunos emigran porque hay trabajo y la posibilidad de una paga
más alta en los países ricos, no significa que toda la población
del Tercer Mundo esté dispuesta a hacerlo. Por ejemplo, cuando Gran Bretaña
ofreció de mala gana 20.000 visas para ciudadanos de Hong Kong sólo
se utilizaron 10.000.
En el periodo que siguió a la Segunda Guerra Mundial, cuando no hubo
control de inmigración a Gran Bretaña para los ciudadanos de sus
colonias y ex colonias, la migración sólo provenía de áreas
reducidas, y creció y luego se redujo en relación al número
de vacantes de trabajo, respondiendo a la información de las comunidades
ya establecidas.
La migración económica surge a partir de la demanda de trabajo
en los países ricos. Europa y EE.UU. necesitan mano de obra extranjera
para hacer trabajos que los ciudadanos de su país ya no están
dispuestos a hacer. Esta necesidad es probable que se incremente, a causa de
las poblaciones envejecidas estáticas o decrecientes de Europa. Los inmigrantes,
sean o no legales, pueden ser útiles a los empleadores por su predisposición
a trabajar por pagas bajas y jornadas largas. Los inmigrantes tienden a aceptar
trabajos rechazados por los nacionales, y de este modo evitan que las industrias
se vayan. En consecuencia, permiten que sobrevivan industrias y servicios, creando
más empleo para el conjunto de la población. Ya que la inmigración
de mano de obra puede ser una manera de incrementar la productividad de la mano
de obra, un mercado libre de mano de obra y la abolición de todos los
controles de migración podrían duplicar los ingresos mundiales.
Por supuesto que la inmigración nunca fue un asunto sólo de trabajo,
alojamiento o incluso enriquecimiento cultural; también implica identidad,
etnia, resentimiento y (para la derecha) una potente fuente de movilización
política. No obstante, vale la pena puntualizar los hechos de la inmigración.
La teoría dice que la migración aumenta la oferta de mano de obra,
bajando los salarios y aumentando los beneficios del capital. Esto debería
hacer que los partidarios del libre mercado fueran apasionados defensores de
la apertura de fronteras.
Los controles de inmigración impiden que las personas vengan a trabajar
o en busca de refugio por cortos periodos y luego vuelvan a su país.
Por consiguiente estas políticas restrictivas son parcialmente responsables
del hecho de que los inmigrantes no son capaces de considerar otra alternativa
que el asentamiento permanente e invariablemente necesitan traer a sus familias.
En su libro Open Borders (Fronteras Abiertas), que llama a la reflexión,
Teresa Hayter defiende apasionadamente la liberalización de la inmigración
con hechos y cifras interesantes. Por ejemplo, afirma que los controles de inmigración
son caros y van en aumento. Probablemente se gasta más en la administración
de las restricciones actuales contra los ciudadanos de países pobres
que lo que se transfiere en ayudas para los países o inversiones en el
extranjero. Los controles de inmigración hacen que la gente caiga en
manos de bandas criminales y mafiosas.
El miedo de los gobiernos de los países ricos es que habrá un
movimiento imparable de inmigrantes a través de las fronteras si se quitan
los controles de la inmigración. Si esto es un problema, es un problema
que los gobiernos se han impuesto a sí mismos demandando ajustes en el
gasto público de los países pobres para satisfacer dañinas
deudas externas que han llevado al desempleo y a la indigencia extrema a millones
de personas en los países pobres.
29 de noviembre de 2002
[Wole Akande, un antiguo columnista de opinión del periódico irlandés
Irish Examiner, es periodista independiente. Además de su trabajo en
YellowTimes.org, Wole mantiene http://www.abeokuta.org, un sitio web de la comunidad
nigeriana.]
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