17 de diciembre del 2002
Montalbán y Saramago dejan en evidencia la vergüenza informativa del silencio político y mediático sobre el reto Marcos-Garzón
Carlos Fernández Liria/Pascual Serrano
Rebelión
Vázquez Montalbán y José Saramago han hablado en
el diario La Jornada (México) sobre el juicio favorable que les merece
la propuesta del subcomandante Marcos al juez. Somos muchos los que estamos
de acuerdo en que la primera carta de Marcos fue disparatada y en cierto modo
ridícula. La respuesta de Garzón fue del mismo tenor. A las dos
cartas se le dio una amplia publicidad en los medios españoles. Pero
El País y El Mundo -no digamos ya los telediarios- han
dado la imagen (en unas micro-noticias anecdóticas) de que la cosa ha
continuado en el mismo sentido. No es en absoluto así, y las extensas
declaraciones de Saramago y Vázquez Montalbán son muy elocuentes.
Ambos han reconocido lo desafortunado de la primera carta del subcomandante
Marcos. Saramago ha aplaudido la iniciativa zapatista afirmado que la propuesta
es "perfectamente coherente con la línea de conducta que define y distingue
al zapatismo (...) que se sustenta en la pedagogía de la palabra".
El Nobel portugués ha retado claramente a Garzón y a ETA a aceptar
sus respectivos compromisos. "Supongo que al juez Baltasar Garzón no
le importará venir a encontrarse con Marcos en Lanzarote", le
ha dicho al primero. "Resta por saber si ETA tendrá el coraje político
de dar ese gigantesco paso en dirección a la paz", le espeta a los segundos.
Por su parte, Manuel Vázquez Montalbán ha calificado el planteamiento
de Marcos de "espléndido porque se abre la posibilidad de hablar, de
que la gente exprese sus puntos de vista. Hoy, con la violencia y la polarización
política sobre esta cuestión, no hay posibilidad de dialogar.
Por eso yo me apunto a cualquier posibilidad de hacerlo". Montalbán reconoce
las dificultades al mismo tiempo que la esperanza: "se abre la posibilidad de
hablar, de que la gente exprese sus puntos de vista. Hoy, con la violencia y
la polarización política sobre esta cuestión, no hay posibilidad
de dialogar". Al igual que Saramago también considera que "la tregua
de ETA es necesaria para abrir el diálogo".
Sin embargo, lo más asombroso de todo ello es el silencio de medios de
comunicación y partidos políticos sobre el asunto. El hecho de
que dos intelectuales de izquierda que viven en nuestro país, con una
trayectoria y prestigio indiscutible, estén discutiendo una salida, o
al menos el inicio de un diálogo, sobre el conflicto vasco en un periódico
mexicano a partir de la iniciativa de un líder zapatista más que
surrealista –que también- es bochornoso para medios y políticos
españoles.
Saramago ya ha criticado los "bloqueos informativos, que salvo excepciones rarísimas,
hacen muy difícil que las palabras de Marcos lleguen a su destino".
Incluso ha denunciado que "la manipulación perversa de que está
siendo objeto (Marcos) es una de las muchas vergüenzas informativas que
vienen intoxicando el mundo".
La información mínima y sesgada sobre el verdadero carácter
de la propuesta de Marcos está suponiendo un robo a la ciudadanía
española. Se está secuestrando, de forma irresponsable y culpable,
la información a la que tiene derecho. ¿Por qué?. ¿Por qué
han publicado un largo artículo de Savater contestando a Marcos y no
han hecho mención de las posiciones de Montalbán y Saramago?.
Es, de hecho, criminal, que se esté silenciando. Es, también,
criminal, que los partidos políticos, del PP al PSOE, de IU al PNV y
HB, permanezcan callados ante esta oportunidad.
¿Interesa más a La Jornada de México que a los medios españoles
la posibilidad que se nos ofrece para que una tregua de ETA deje paso al diálogo
y al esfuerzo por entenderse?.
Las palabras no matan, y si pueden evitar que se mate, aunque la posibilidad
sea mínima, nunca están de más. ¿Por qué este silencio?.
¿Tenemos que seguir leyendo La Jornada para enterarnos de lo que está
pasando? (cfr. el artículo publicado en Rebelion, "El debate Garzón-Marcos"
de Luis Javier Garrido).
Si no fuera por lo duro de la afirmación, se diría que medios,
políticos y poderes públicos están cómodos con la
situación creada. Tenemos un conflicto que desplaza de la actualidad
política temas sociales de calado, explica y "justifica" políticas
policiales y judiciales que, en otra situación, serían impopulares,
canaliza en movilizaciones demagógicas y vacías de propuestas
la iniciativa ciudadana.
Como ha dicho Vázquez Montalbán, "o la sociedad civil interviene
en la cuestión vasca o no hay salida posible. Es el único sector
que puede paralizar las armas e imponer condiciones para el diálogo.
La participación de la sociedad civil es fundamental para acabar con
la lógica del terrorismo y de la represión". Apuesta compartida
por Saramago: "confiemos en que vendrán días mejores, en que la
sociedad civil, la del País Vasco y la del resto de España, encuentre
en sí misma, además de las razones, las fuerzas necesarias para
ser, ella misma y por sí misma, factor de cambio hacia una paz verdadera
y una verdadera democracia". Una sociedad civil que, al parecer, no puede contar
con los medios de comunicación ni con las organizaciones políticas.
Ojalá surjan iniciativas honestas y valientes de líderes morales
como Marcos, Saramago y Montalbán que obliguen a los cómplices
de este silencio a bajar a la arena y abandonar el cómodo palco en el
que sienten por encima del bien y del mal.