24 de diciembre del 2002
¿A quién lloran los medios?
(o de la clasificación de las víctimas)
Alberto Matamoros
"No eran delincuentes, eran terroristas" Confirmación de la muerte
de un guardia civil por un miembro ETA en un tiroteo (Cadena ser, Hora
20: 20:01 h., 17 de diciembre de 2002).
Sólo las víctimas de los terroristas tienen hijos y se enamoran.
Las otras, las de la delincuencia, son "sucesos", célebres por escatológicos
y condenados a la no identidad. El injusto asesinato se perpetra a las cinco,
se emite con cautela, no saben como tratarlo, la víctima, su cadáver,
sus mismos hijos no nos dicen nada. Quién, ¿quién apretó
el gatillo? -se preguntan-. El "quién" determina el lugar de la noticia.
Terroristas: "primera plana", inmigrantes: "sucesos", suicidas: "no va". La
fisicidad de su cadáver es como su silueta de tiza, hueca, igual a otras
muchas, un cadáver de masa que sólo puede salir de su anónimo
final gracias a la identidad de su asesino.
Las medallas póstumas las dan ellos, los malos, bueno, más bien
la identidad de los malos, o quizá la causa de por la qué son
malos; política: "primera plana"; económica: "sucesos".
Los medios sólo tienen unos hijos: las víctimas de terrorismo
-a las que lloran, reportean y glorifican-. Pero las madres de los comunistas
víctimas de la represión -sin medios- vagabundean por sus pasillos
juntando lágrimas, exigiendo justicia y negándosela por "la reconciliación".
Lo mismo que yo quiero para el País Vasco. Pero yo ...yo no tengo una
madre con medios.