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La vieja Europa

18 de diciembre del 2002

Hemeroteca
Que se derogue la legislación antiterrorista, porque favorece la tortura.
żUn punto en común entre Marcos y Garzón?

Simón Royo
Rebelión
No es quizá lo que piensa ahora el magistrado español, y quizá dice cuando viaja al extranjero a adquirir prestigio internacional cosas distintas a las que dice y hace en su país, pero el 20 de noviembre de 1999, en un pequeño recuadro de la Sección España del diario El País, en su página 18, aparecía la siguiente noticia, relacionada con Garzón y el conflicto vasco, una información que hemos creído imprescindible recordar y transcribir en su integridad, ahora, cuando el subcomandante Marcos ha aceptado su reto, pidiendo dialogar, y cuando la administración Bush tras el 11S se ha lanzado a una cruzada mundial de incremento de la legislación antiterrorista, como evidencian sus nuevas leyes y el presidio globalizado de Guantánamo.
Transcribimos a continuación, por tanto, una noticia íntegra, cuya autenticidad cualquiera podrá verificar en una hemeroteca.



Titular: "Garzón pide que se derogue la legislación antiterrorista porque favorece la tortura". Por B. De la Cuadra, Estrasburgo, Enviado Especial. El País 20- 11-1999.
"El juez Baltasar Garzón pidió ayer que se derogue la legislación antiterrorista porque favorece la tortura. La intervención del juez central de instrucción de la Audiencia Nacional se produjo en la primera de las sesiones que el Consejo de Europa dedicó al décimo aniversario del Comité para la Prevención de la Tortura (CPT). Garzón también acusó al gobierno español de utilizar la política penitenciaria para alejar a los presos de su entorno social, actitud que equiparó a la tortura, dado «el deterioro psíquico y físico» que supone para el interno.
Garzón intervino, ante un foro de unos 300 expertos en derechos humanos, inmediatamente después del presidente del Tribunal de Estrasburgo, Luzius Wildhaber. El juez español criticó la existencia en muchos países de una legislación exorbitante y casi excepcional para combatir el terrorismo. A su juicio, estas normativas permiten plazos más largos de detención, incomunicación e imposición de abogado de oficio, que favorecen la tortura «no sólo para extraer concesiones, o ni siquiera para ello, sino como respuesta o venganza particular frente al detenido, a quien se considera un enemigo y al que hay que denigrar y no sólo poner a disposición judicial».
El juez Garzón concretó que en España la legislación antiterrorista es «un caldo de cultivo» de la tortura, frente a la que no se puede esgrimir la eficacia de las investigaciones, ya que para el resto de la delincuencia organizada rigen las normas generales.
«En ningún caso la efectividad o eficacia puede anteponerse al respeto por los derechos fundamentales, so pena de distorsionar el propio sistema y dejar vacío el Estado de derecho», añadió. Garzón abogó por «un acercamiento urgente de los presos [de ETA], al margen de la ideología que haya guiado sus acciones, a los lugares en los que vivieron» para evitar su «deterioro psíquico y físico»".


Parece que la coherencia a lo largo del espacio y del tiempo no es un punto fuerte del magistrado español Baltasar Garzón, aunque podrá explicarse si le otorga esa oportunidad a la palabra que le ha propuesto, al ser retado, el subcomandante Marcos.