12 de diciembre del 2002
Más del 58% de la población activa de Cádiz carece de empleo digno
Diario de Cádiz
De los lunes al sol a la vida a la sombra. El paro y la precariedad laboral
se han convertido en el Sur de Europa en dos grandes puertas que se abren de
par en par a la marginación y se dan de bruces en la exclusión
social. "Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de
su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección
contra el desempleo". Artículo 23.1 de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos.
Un informe de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía
(APDH) reveló ayer un dato que no por intuido resulta menos inquietante:
más del 58% de los gaditanos en edad de trabajar está parado o
carece de un empleo lo suficientemente estable y justamente remunerado como
para resultar digno. Isabel Gala y María Ortega hicieron público
este dossier ayer, 54 aniversario de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, en la sede de la Asociación de la Prensa de Cádiz.
La cifra procede de los últimos datos de la Encuesta de Población
Activa (EPA) contrastados con los que proporcionó el Inem sobre paro
registrado y el tipo de contratos laborales en vigor. Es decir, a los desempleados
se sumaron los trabajadores que padecen "contratos-basura" (formación
y prácticas, entre otras modalidades), las contrataciones por obras y
servicios, las eventuales y el, simple y llanamente, trabajo mal pagado en favor
del abaratamiento de los costes laborales. "Toda persona que trabaja tiene derecho
a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así
como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será
completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección
social". Artículo 23.3 de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos.
Ya casi no hace falta recordar que la provincia padece una tasa de paro del
27,40% ( EPA, tercer trimestre de 2002) o de un 16,23%, según el Inem
(octubre de 2002), como prefieran. Tampoco suena raro a estas alturas que el
índice de precariedad laboral se sitúe en torno a un 30% desde
comienzos de la década de los 90.
żEconomía sumergida?, claro, de algo hay que comer, viene a decir el
informe. Según un reciente estudio del Consejo Económico y Social
de Andalucía, ese buscarse la vida al margen de la legalidad representa
el 21,7% de la actividad económica de la comunidad autónoma. Cádiz
vuelve a aparecer a la cabeza del ranking.
En ese camino hacia la marginación y la exclusión social son las
mujeres las que salen peor paradas, valga la redundancia, ya que sólo
fueron las beneficiarias del 36% de los contratos firmados durante el pasado
mes de octubre.
żLas causas de esta situación? la APDH las halla en una cultura de trabajo
que fomenta la competencia y el individualismo, en las políticas neoliberales
basadas en el poder omnímodo del mercado y en las últimas reformas
laborales en beneficio exclusivo de los empresarios sin que se produzca en contrapartida
la promesa que las impulsó: la creación de empleo estable.
żEl resultado? Un 15,60% de la población entra en el capítulo
de "pobres y vulnerables", es decir, forman parte de hogares cuyos ingresos
se sitúan por debajo del umbral de la pobreza (unos 260 euros por persona/mes),
según la Encuesta de Presupuestos Familiares de 2000. Sobre otro 9,40%
pesa la etiqueta de "pobres y excluidos" porque soportan peores condiciones
de vida aun, que se agudizan entre las familias más numerosas. En el
otro extremo, cada vez son más las mujeres solas que sacan adelante a
sus hijos con míseros sueldos. La capital gaditana continúa a
la cabeza en estas cifras, seguida de El Puerto, San Fernando y Chiclana.
Paro, juventud y analfabetismo son tres de los grandes rasgos de de la pobreza
en la provincia de Cádiz, según el estudio de la APDH, que
cita numerosas fuentes, entre otras el solvente informe Foessa de 1996 de Cáritas.
Según este último documento, la edad media de las personas empobrecidas
es de algo más de 28 años, sube más arriba de los 35 en
los casos de precariedad social y baja al filo de los 21 en los casos de extrema
pobreza.
Por otro lado, el analfabetismo sigue constituyendo un factor histórico
de la pobreza, que afecta sobre todo a los más mayores. La APDH estima
que actualmente hay en la provincia 23.982 personas mayores de 65 años
analfabetas, de las cuales 7.968 son varones y 16.013, mujeres, según
los datos del Instituto Nacional de Estadística que cita Derechos Humanos.