18 de octubre del 2002
Por una información periodística responsable
Centro de Investigación para la Paz (CIP/FUHEM)
En un seminario realizado hace unas semanas en Hourtin (Burdeos, Francia), la organización no gubernamental Panos-Paris y el Centro de Investigación para la Paz (CIP) de Madrid han señalado la necesidad de una información periodística rigurosa y responsable, que permita analizar los hechos acaecidos el 11 de septiembre de 2001 y las repercusiones de esos sucesos, que han impactado en el mundo entero. Los medios de comunicación, con el fin de contribuir al entendimiento público de esos sucesos, deben difundir una información que evite las asimilaciones fáciles y los prejuicios. La información debe ser pluralista y, entre otras cosas, reflejar y respetar las particularidades de los puntos de vista que provienen de los países del Sur.
El Instituto Panos, miembro francés de una ONG internacional especializada en reforzar los medios de comunicación pluralistas, como factores de democracia y paz en el mundo, ha organizado un debate público en Hourtin (Burdeos, Francia) sobre el tema: "11 de septiembre:
miradas del Sur". En este debate, han participado cuatro ponentes que han aportado la visión que existe en Egipto, Marruecos, América Latina y el Chad sobre el 11-S.
En sus análisis, expusieron las formas en que la prensa y la opinión pública de las respectivas regiones analizaron los atentados y sus consecuencias, valorando los factores sociales, políticos y económicos locales que afectaron a estas percepciones.
El debate que siguió a las distintas ponencias, que reunió a personas procedentes de Europa (incluyendo Europa del Este), África, mundo árabe y América (tanto del Sur como del Norte), confirmó, entre otras cosas, que el tratamiento que la mayoría de los medios de comunicación hicieron de los ataques terroristas y de sus consecuencias, y la forma en que, desde entonces, se ha promovido el tema de la lucha contra el terrorismo, ha contribuido a reforzar gobiernos represivos y a justificar prácticas antidemocráticas.
Estos son algunos de los análisis ofrecidos por los distintos ponentes:
- Françoise Havelange, directora de Panos París:
"Este debate se organiza en el contexto de uno de los programas temáticos de Panos París:
"Medios de comunicación para la paz". Este programa pretende reforzar, a nivel local, nacional y internacional, el papel positivo jugado por los medios de comunicación en la prevención y resolución de los conflictos y en la construcción de la paz. Permitir que las voces marginadas en los debates mundiales se escuchen mejor y se tomen más en cuenta es uno de los objetivos del Instituto Panos dentro de este programa".
- Jean-Paul Marthoz, director de información para Europa de Human Rights Watch:
"Se debe rechazar el periodismo que se concibe y se practica como si los informadores fueran taquígrafos de las potencias o ventrílocuos de otras opiniones, para poder avanzar sobre ideas más exigentes que contribuyan a explicar la complejidad social, de la diversidad y de la independencia".
- Mariano Aguirre, director del Centro de Investigación para la Paz de la Fundación Hogar del Empleado (CIP/FUHEM):
"En el Sur existen millones de personas que se ven obligadas artificialmente a elegir entre dos discursos políticos: el de EEUU o la charlatanería de ciertos líderes religiosos y políticos del Sur.
Para contrarrestar esta dualidad reductora, sería necesaria la aparición de medios de comunicación críticos, no alineados y capaces de hacer prevalecer sus análisis, sin reflejar las directivas que emanan de las potencias dominantes en el mundo de hoy".
- Gilbert Maoundonodji, periodista y profesor universitario en Chad:
"Con respecto a la estabilidad de mi país, y para preparar el futuro, sería necesario interpretar los eventos del 11 de septiembre como una lección que nos invita a reflexionar sobre las razones por las cuales la ayuda internacional no beneficia al pueblo. En el Chad, como en otros países pobres, la apropiación por el poder de los recursos de la llamada "ayuda oficial al desarrollo" contribuye directamente a la emergencia de dictaduras y al desarrollo de movimientos terroristas. Chad, por ejemplo, si sigue la evolución actual, puede transformarse en un gran productor de petróleo".
- Ali Lmbert, editor del periódico marroquí Demain:
"Tras el 11-S, la solidaridad y la emoción de una prensa que se decía y se pensaba progresista no duró más que un mes, después del cual los eventos de Afganistán, pero sobre todo de Oriente Próximo, han provocado una revisión profunda de las percepciones regionales y globales. Nadie, hoy en día, puede decir lo que va a ocurrir. Pero, para mí, el meollo del problema no está ni en Afganistán ni en Irak: está en Jerusalén. El nuevo desafío que tiene que enfrentar la prensa marroquí independiente es informar objetivamente y sin pasión de cada situación, sin perder de vista lo antes señalado y sabiendo que su audiencia la percibe como tal".
- Maggy Zanger, periodista y profesora en Egipto:
"Es interesante la notable diferencia entre el análisis que hacen los medios de comunicación y las opiniones que uno escucha en las calles. En dichos medios y en las universidades, se oyen muy pocas condenas de la política oficial del Gobierno de Mubarak. En la calle, en cambio, la impresión reinante y el sentimiento colectivo manifiesta claramente que EEUU ha cosechado lo que había sembrado. Las frustraciones que se expresan en las calles árabes y el sentimiento generalizado de que EE UU no tiene ningún respeto por el mundo árabe explican esta reacción.
Pero el verdadero peligro viene, sobre todo, de la cólera de la mayoría de los pueblos, confrontados con los efectos nocivos de una política estadounidense que siembra terror y miseria en Oriente Medio. Esta mayoría, por ahora silenciosa, puede llegar fácilmente a ver a Sadam Hussein o a Bin Laden como héroes".