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ˇBIENVENIDO SIMÓN!
Ni Gavazzo, ni Cordero, ni Silveira fueron a la Comisión para la Paz
a decir qué habían hecho con Simón Riquelo. Guardaron el
secreto como lo habían venido haciendo durante 26 años, y lo hubieran
seguido guardando de por vida si la lucha incansable, rebelde, ejemplar de Sara
Méndez no hubiera conmovido a muchos hombres y mujeres que movieron cielo
y tierra detrás de un dato, detrás de una pista que pusiera fin
a tanta injusticia y padecimiento.
Así fueron posibles las gestiones del senador Rafael Michelini que han
logrado derribar ese sádico complot de silencio. A pesar de las ineptitudes,
de las inacciones, de las complicidades y del ninguneo, la verdad igual se abrió
camino. Ahora sabemos que Simón vive en Buenos Aires, donde en 1976 fue
registrado como hijo legítimo de un militar argentino. En este caso,
el Presidente Batlle no pudo hacerse con los laureles que se apresuró
a colocarse cuando Juan Gelman encontró a su nieta sin la ayuda de ningún
gobierno. Más aún, el creador de la Comisión para la Paz
nunca hizo siquiera el más mínimo comentario público sobre
los miles de firmas y de correos electrónicos que recibió solicitando
que ordenara a sus subalternos militares revelar lo sucedido con el hijo de
Sara Méndez. Ninguno, nada, nunca. Fue como si la campaña de la
iniciativa \"Simón Sí\" no hubiera existido, como si los tambores
que retumbaron cuando Simón cumplió 25 años no hubieran
encendido una llamarada, como si sus padrinos del Parlamento Europeo y muchísimos
amigos de todo el mundo no hubieran explicitado el mismo pedido para intentar
rescatar a Sara y Simón de esta "desaparición continuada" que
les impusieron. Perdió la oportunidad de pasar a la historia como el
presidente que encontrara a Simón. Pasará sí, como uno
más de los que quisieron hacer perder su rastro.
En el caso de la nieta de Gelman, Batlle se encontró con un hecho consumado
y ya que no tenía más remedio que reconocer lo actuado, decidió
proceder como si él también hubiera colaborado con la red solidaria
que llevó al poeta argentino hasta una casa montevideana. Sin embargo,
así como la nieta de Juan fue encontrada sin la ayuda de ningún
gobierno, Simón también fue hallado sin la más mínima
colaboración oficial. Más aún, fue hallado a pesar de los
esfuerzos oficiales por mantener el caso cerrado. Ahora comienza otra historia.
Felizmente, Simón tiene una actitud positiva frente al descubrimiento
de su nueva identidad, lo que ayudará a la recomposición familiar.
Claro, no será fácil, pasaron 26 años desde el día
en que la banda de Anibal Gordon y José Gavazzo lo robó. Tampoco
será lo mismo, Simón no sólo tiene otro nombre sino que
tiene otra historia, muy distinta a la que le hubiera correspondido. El asunto
es que Simón está ahí a pesar de todo lo que hicieron sus
secuestradores y sus cómplices para que se perdiera su rastro. Por un
momento podremos descansar y festejar, por una vez podremos llorar, pero de
alegría... Un resabio vivo del pasado se cuela en el presente y nos trae
a la garganta aquel grito: ˇArriba los que luchan! Un beso de esperanza para
vos, Sara; y para vos, Simón...
Enviado por COMCOSUR, Montevideo, Uruguay.