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27 de enero del 2002
Piquetes
y cacerolas: El ocaso de los burocratas
Guillermo Cieza
Retruco
Funcionarios de gobiernos, reciclados una y mil veces desde el 83, recuerdan
con nostalgia los tiempos de Ubaldini. O mas cerca, del Gordo Moyano.
"Esos sí , que eran
gente con la que se podía conversar . Esos dirigentes sindicales eran tipos
brutos, pero amables, capaces de hacer un paro general que hacía temblar el
país y al otro día compartir una cena con los pescados grandes. Lo mejor de
todo : hablaban de a uno. Y escuchaban ofertas", se lamentan los funcionarios.
No es para menos tanta
nostalgia
Lunes, miércoles y viernes
la Coordinadora de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón ocupó el Puente Puyrredón,
clausurando uno de los principales accesos a la Capital.
El jueves un nuevo y numeroso
cacerolazo en Tribunales volvió a exigir la renuncia de la Corte Suprema.
El viernes el cacerolazo masivo convocados por las asambleas de barrios autoconvocadas
de Capital, ocupó la Plaza de Mayo.
Todos los días de la semana
, actos, marchas, repudios, cacerolazos y piquetes en todo el país, completaron
un panorama que preocupa al gobierno, por la masividad de los hechos, por
el contenido de las convocatoria y por las características de las formas de
decisión y representación.
Con respecto a los contenidos,
todas los reclamos se están unficando en torno a un puñado de puntos básicos:
El reclamo efectivo del
millón de empleos prometidos, la devolución de los ahorros presos en el corralito,
la pesificación de todas las deudas (bancarias o privadas) menores de cien
mil pesos, el no pago de la deuda externa, la libertad de los presos políticos
y el castigo a los responsables de los asesinatos del 20 de diciembre, la
defensa de la salud y la educación pública y la renuncia de la Corte Suprema.
El problema de la representación
es mas preocupante todavía para los funcionarios de gobierno: Cómo hablar
con esos tipos que hablan todos a la vez , donde no hay secretario general,
ni presidente, ni referente y donde los autoconvocados se someten solo a las
decisiones de asamblea?
El esfuerzo interesado
de algunos medios de presentar a algunos personajes como interlocutores válidos,
no ha hecho mas que ponerlos en ridículo.
El martes pasado en el
programa Detrás de las Noticias el diputado Luis D´Elia, ( dirigente de los
desocupados de la Matanza y vinculado a la CTA) afirmó que al día siguiente
no se producirían cortes de ruta.
El miércoles se produjeron
cortes en La Plata, Almirante Brown, Esteban Echeverría, rotonda Alpargatas,
Puente Pueyrredon, Cipolletti y otros puntos del interior.
El día viernes por la
mañana Osvaldo Cornide dirigente de CAME, pretendía determinar los límites
del cacerolazos (solo por el corralito, manifestaciones en los barrios). Los
vecinos porteños decidieron en las asambleas que pedían y si iban a no a Plaza
de Mayo.
La cuestión de la autonomía.
Un problema estratégico
La represión a los últimos
manifestantes por el cacerolazo, anticipada por el gobierno y ejecutada por
la Policía Federal sin motivos aparentes, estuvo precedida por un hecho que
pocos medios comentan. Un dispositivo policial impresionante impidió que alrededor
de 5000 desocupados de la CTD Aníbal Verón , que ocupaban el Puente Puyrredón,
pudieran avanzar sobre Plaza de Mayo y unirse al cacerolazo.
La combinación represión
–desinformación no es casual ni inocente, el crecimiento de las expresiones
autónomas de protesta en la sociedad argentino, se ha convertido en un peligró
estratégico para los grupos de poder acostumbrados a tratar con una clase
política cómplice y un sindicalismo complaciente.
El dato original de la
protesta social en la Argentina no es la rebeldía. La clase trabajadora argentina
supo ostentar récords mundiales de conflictividad sindical, y no por casualidad
nuestro país tuvo 30.000 desaparecidos. El dato original es el ocaso de los
burócratas. Las nuevas formas de decisión y representación generadas en las
asambleas de base, que se están extendiendo en los movimientos de desocupados
mas avanzados, en las reuniones vecinales de Capital y en las puebladas del
interior.
Toda la pulseada por el
pago de la deuda social con los desocupados esta centrada en ese punto. El
gobierno esta dispuesto a poner plata para subsidios y seguros de empleo y
formación que contenga a los desocupados como individuos aislados, pero esta
decidido a no ceder un solo peso en planes y proyectos de trabajo administrados
por las propias organizaciones de desocupados, ni ninguna iniciativa que pueda
fortalecer su autonomía.
También puede hacer concesiones
y flexibilizar el corralito, pero quiere desarmar urgente las asambleas barriales.
Como dijo un funcionario "empezaron por reclamar los ahorros y ahora
te piden el culo".
Desde esa lectura, es
mucho mas fácil entender porqué, de pronto, la Policía Federal se vuelve loca
y empieza a reprimir indiscriminadamente Y porqué, cuando a los funcionarios
de gobierno les mencionan a Ubaldini se les pianta un lagrimón.