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Felipe
González viajó a Argentina para proteger
los intereses empresariales españoles
Adolfo Rodríguez Sáa: poder y pragmatismo
Emilio J. Corbière
Prensa Latina /La Fogata
El peronismo, con la designación como presidente de transición
del sanluiseño Adolfo Rodríguez Sáa, ha colocado un zorro
en el gallinero político. Es probable que José Manuel de la
Sota, Carlos Ruckauf, Carlos Reuteman y Néstor Kirschner se lamenten,
en el futuro inmediato, por haberlo designado en ese cargo, porque el sanluiseño
no nació a la política para ocupar "interinatos". Tanto es así
que estuvo dieciocho años en el cargo de gobernador, desde el 10 de
diciembre de 1983 hasta ahora.
El perfil de Adolfo Rodríguez
Sáa es el de una personalidad pragmática, "desideologizada",
con algunos antecedentes en el nacionalismo. Pero, por sobre todo, ama el
poder, las mujeres y la riqueza, sin límites. Es un hombre de éxito.
El poder político
construído en San Luis lo ha logrado como buen administrador utilizando
los subsidios en obras públicas de gran relevancia que mueven cerca
de 300 millones de dólares al año. El estudio jurídico
que entiende en esos negocios es el de la actual senadora Liliana Teresa Negre
de Alonso, que defendió con vehemencia su nominación el sábado
a la noche en la asamblea legislativa. Se trata de una muchacha joven, profesora
de la Universidad Austral y relacionada con el grupo integrista Opus Dei.
De todas maneras el operador del nuevo presidente es su propio hermano, Alberto
Rodríguez Sáa, un ex senador puntano, agnóstico, cerebral,
que ha tenido algunos conflictos con la Iglesia Católica, y que actúa
con firmeza de carácter incluso ante su hermano.
El nuevo presidente procede
de una familia tradicional puntana a la que pertenecieron los caudillos federales
Francisco, Felipe y Juan Sáa, este último el famoso "Lanza Seca".
Francisco Sáa se unió con una india ranquel, que tuvo a una
hija de nombre Feliciana de la que fue descendiente un homónimo del
actual presidente, Adolfo Rodríguez Sáa, dirigente conservador
del Partido Demócrata Liberal de San Luis, que falleció el 16
de junio de 1933, ocupando un cargo de senador nacional. Emparentado con los
Sáa estuvo la familia Lucio Lucero, una de cuyas hijas, de nombre Enriqueta,
se casó con el ingeniero marxista alemán Germán Ave Lallemant,
uno de los fundadores del Partido Socialista de la Argentina que, radicado
en San Luis, motorizó la Unión Cívica sanluiseña,
hasta su fallecimiento. Lallemant fue amigo íntimo de Teófilo
Sáa, hijo de "Lanza Seca", primer gobernardor radical cuando se produjo
la revolución 1893.
De la "tendencia" al poder
Adolfo Rodríguez Sáa nació en 1947, perteneció
a la Juventud Demócrata Liberal donde dirigió una revista antiperonista
denominada "La Voz de San Luis". Pero luego, en 1966, viajó a Buenos
Aires para estudiar abogacía, retornando a su terruño en 1971
con su título profesional. Entonces se enroló en la Juventud
Peronista [en su rama principal, también conocida como Tendencia Revolucionaria],
a la que adhirieron en esos años muchos jóvenes nacionalistas
y conservadores populistas. Juan Abal Medina y Miguel Zavala Rodríguez,
el "colorado", lo eligieron primer candidato a diputado provincial cuando
se conformaron las listas del Frente Justicialista de Liberación (Frejuli)
que llevaron la fórmula presidencial Héctor J. Cámpora-Vicente
Solano Lima.
Aquellos jóvenes
nacionalistas y peronistas recibieron, de alguna manera, el influjo de uno
de los ideólogos históricos del nacionalismo argentino, el sanluiseño
Carlos Steffens Soler, vocal del Instituto Juan Manuel de Rosas de Investigaciones
Históricas. En 1976, Abal Medina pasó al exilio en [la embajada
de] México y Zavala Rodríguez, integrante de la JP de las regionales,
fue asesinado por la Triple A.
De todas maneras, Adolfo
Rodríguez Sáa, cercano a la "tendencia" tras el regreso de Juan
Perón a la Argentina [en 1973], tomó distancia del entonces
gobernador Elías Adre, referente de la izquierda peronista y se ubicó
junto a los sindicalistas dirigidos por Oraldo Britos [burocracia sindical
de derecha], ahora elegido como su ministro de Trabajo.
Su poder como gobernador
lo ha mantenido a partir de ser un buen administrador y gracias a los subsidios
del Fonavi y otros sistemas de coparticipación mediante los cuales
construyó viviendas para la gente pobre, caminos y diques, especialmente
los de Nogalí y Río Grande y hay otros dos pendientes de realización.
Además de lograr para su provincia subsidios que canalizó en
obras públicas, en esa provincia semidesértica y agrícola-ganadera,
logró radicar una enorme cantidad de empresas, algunas fantasmales.
El periodista Miguel Wiñaski
publicó un libro titulado "El último feudo" donde señala
que el gobierno en San Luis de Adolfo Rodríguez Sáa, ha tenido
una perfomance autoritaria. Fueron característicos los enfrentamientos
con periodistas locales como Jaime Emma y Juan José Laborda Ibarra.
¿Regreso del populismo?
El presidente de transición Rodríguez Sáa propuso, en
sus primeras medidas, apoyo a los pobres y marginados sociales, repartiendo
comida; suspendiò el pago de la deuda externa; implementará
un seguro para los desocupados y establecería un fuerte recorte del
gasto político y burocrático. Sobre la deuda pública
o externa sostuvo que la enviará al Parlamento para su investigación.
Si bien sostuvo que no la desconocerá buscará su renegociación,
si eso se cumple, puede hacer explotar una bomba política en toda América
latina. La Argentina no es el Perú de Alan García. Posee riquezas
de sobra para resistir embates desde el exterior, especialmente tiene alimentos.
Todo parece indicar, empero,
que en la noche del viernes al sábado, los banqueros locales y las
empresas privatizadas, lograron imponer, por ahora, su criterio contrario
a la devaluación. El 1 a 1 perjudica a los "fondos buitres" que han
adquirido dólares a futuro y esperan una fuerte devaluación
para obtener una ganancia sideral. La presencia del socialista español
Felipe González habría estado relacionada con la preocupación
de diversos sectores financieros y empresarios españoles por el futuro
de las empresas hispanas radicadas en la Argentina si se produce una devaluación
y el no pago de la deuda externa.
Que Rodríguez Sáa
desea continuar en el poder, más allá de marzo del 2002, se
entiende ya que para ello ha designado en un cargo estratégico, la
dirección de la SIDE, a Antonio Sergnese, persona de su íntima
confianza, y como Secretario Legal y Técnico, a José L'Hüiller,
discípulo del nacionalista Steffens Soler, fallecido este último
hace algún tiempo a casi cien años de edad.
Para poner nerviosos a
varios sectores tradicionales y "bienpensantes", el nuevo presidente señaló,
al jurar ante la asamblea legislativa, por los mártires, la "resistencia
peronista", la "lucha de las Madres de Plaza de Mayo" y el 17 de Octubre de
1945, toda la simbología del peronismo revolucionario. Dijo, además,
que "al menos parcialmente, la deuda externa argentina es el más grande
negociado" conocido.
¿Es el retorno al populismo?
¿O es Rodríguez Sáa un nuevo Carlos Menem, un nuevo gatopardo?
Se verá rapidamente cuáles son sus intenciones reales. Comenzó
fuerte y con decisión. El centro político de su actuación
será el derivar parte de los recursos del pago de intereses de la deuda
externa para movilizar la producción. Habló de la creación
de un millón de puestos de trabajo. Si realiza esta propuesta el "zorro"
se quedará con el gallinero por diez años. Todo puede pasar
porque como decía Hegel, cuando hablaba de la "astucia de la historia"
los hombres más allá de las ideas, son marionetas de los hechos,
del destino