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Partido de la Liberación
Córdoba, Argentina, 12 de enero de 2002
Estimado James Petras:
Hemos leído su relato sobre el comportamiento de la izquierda argentina titulado
"La gran cama y la insurrección popular (La revolución por debajo de la cama)",
publicado en "Rebelión" con traducción de Germán Leyens del 4 de enero último.
El comité central del Partido de la Liberación me encomendó escribirle para
darle nuestras opiniones por medio de esta carta abierta.
Su escrito, irónico y mordaz, tiene
un trasfondo político en general correcto. En efecto, la dirigencia y la mayor
parte de la militancia de la izquierda argentina estuvo ausente política y
físicamente de los enfrentamientos con la policía durante el Argentinazo del
19 y 20 de diciembre de 2001. En eso coincidimos con usted, aunque como el
tema era y es muy serio, consideramos que no debió generalizar ni poner nombres
de fantasía a organizaciones concretas que conoce muy bien. En vez de referirse
a entelequias como "Partido in Operario", "Partido de la Revolución Socialista-Para
Ayer", "Partido de la Revolución Socialista-Para Mañana" y así de seguido,
hubiera sido intelectualmente más valiente y políticamente más correcto que
usted nombrara a las cúpulas del Partido Comunista, Movimiento Socialista
de los Trabajadores, Izquierda Unida, Partido Obrero y a las demás que considerara
merecedoras de sus críticas.
Incluso si tenía alguna observación
negativa sobre el Partido de la Liberación (PL), también nos hubiera gustado
que la pusiera negro sobre blanco en su escrito.
Nuestra organización junto a otras
del campo popular más combativo, puso prácticamente toda su dirigencia y militancia
de Capital Federal y Gran Buenos Aires en la plaza de Mayo, en los días y
noches de heroica pelea contra las hordas policiales. Y no fue una mera acción
práctica sino que estuvo precedida y continuada por la política de nuestro
Partido a favor del Argentinazo. Esta línea de la rebelión popular la venimos
levantando bien alto desde la pueblada de Santiago del Estero en 1993.
El Argentinazo no tuvo dueños.
Nosotros no pretendemos que se nos reconozca como "el padre de la criatura"
porque el gran protagonista de ese suceso histórico fue el pueblo mismo, sus
trabajadores, jóvenes, militantes de derechos humanos, barriales, desocupados,
etc. Pero, como a un sociólogo de prestigio internacional como a usted no
se le podía escapar -sobre todo porque ha viajado muchas veces a la Argentina-
la izquierda reformista no ocupa afortunadamente todo el espectro de la izquierda
ya que hay una rama revolucionaria. Allí, además del PL, están organizaciones
políticas como Refundación Comunista y Movimiento Popular Revolucionario Quebracho,
organizaciones sociales como el Movimiento de Trabajadores Desocupados-Coordinadora
Aníbal Verón, el Movimiento de Trabajadores Teresa Rodríguez, la Asociación
Madres de Plaza de Mayo y muchas más.
En nombre de estos luchadores,
de nuestro partido y de otras organizaciones, creemos que fue un serio error
de su parte ponernos en la misma bolsa que a Patricio Echegaray, Vilma Ripoll,
Jorge Altamira, Víctor De Gennaro y otros dirigentes que tuvieron políticas
opuestas al Argentinazo y que, una vez producido éste, tampoco rectificaron
de política.
Diferenciar reforma de revolución
no es pedir tanto a un análisis de un sociólogo como usted que conoce de marxismo.
Al fin de cuentas esa es una línea divisoria básica al interior de todo movimiento
popular, que se vuelve un abismo en momentos que un país ingresa en una situación
revolucionaria, como está ocurriendo en Argentina. Es más, gente sin ninguna
formación política ni teórica previa está aprendiendo a diferenciar a esas
cúpulas que se abocaron a juntar 2.7 millones de votos para la Consulta Popular
del Frenapo (Frente Nacional contra la Pobreza) en el preciso instante en
que el país ardía por los cuatro costados. Si las bases combativas están distinguiendo
entre una y otra posición, cómo no iba a poder hacerlo usted con conocimientos
científicos?.
Su crítica a una izquierda que
a nuestro juicio entró en debacle, era válida. El problema es que, como no
distinguió a la izquierda reformista de la revolucionaria, dejó a sus lectores
–e indirectamente a los protagonistas del Argentinazo- sin una clara orientación
política respecto a cómo construir una alternativa de clase ahora que se impone
avanzar hacia la disputa por el poder. Al pueblo hay que decirle que hay partidos
a los que mejor extenderles certificados de defunción pero que hay otros -no
uno sino varios-, a los que hay que apoyar según hayan actuado en la práctica
de la lucha de clases. Esta es una de las diferencias básicas entre un militante
revolucionario y un "francotirador", personalidad independiente o anarquista
desinteresado en la construcción de un partido marxista-leninista, que le
da todo lo mismo.
Así como en materia de luchas el
pueblo argentino no está en cero, en materia de organización política, tampoco
está en cero. Hay una base en nuestro Partido y otras organizaciones hermanas,
que merecen ser conocidas por usted o, al menos, no ser tratadas igual que
los aparatos ganados por el cretinismo parlamentario y que querían presentar
fórmulas "de izquierda" en las asambleas legislativas "truchas", cuando aún
los cuerpos de los 31 mártires del Argentinazo estaban tibios.
Lo saluda fraternalmente.
Sergio Ortiz, secretario general
Partido de la Liberación
www.pl.org.ar