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Abril 10, 2025
La lucha continúa

13 de enero del 2002

Alertan analistas estadounidenses de un creciente
peligro de contagio pol�tico en la regi�n


Jim Cason y David Brooks/La Jornada

W
ashington y Nueva York, 10 de enero. El secretario del Tesoro de Estados Unidos rompi� esta semana su misterioso silencio sobre la crisis de Argentina s�lo para amenazar que, a menos que ese pa�s adopte reformas fiscales y monetarias firmes, no contar� con ninguna asistencia exterior.

Al mismo tiempo algunos analistas estadounidenses expresan la preocupaci�n de que la postura de Washington no es suficiente frente al creciente peligro de un "contagio pol�tico" provocado por esta crisis, que podr�a revertir la fe en el libre comercio y la "globalizaci�n".
Todos se�alan el contraste notable entre el manejo de la crisis del peso en M�xico, hace justamente siete a�os, y la respuesta de la Casa Blanca ante la decisi�n argentina de no cumplir con sus obligaciones del pago de una deuda externa mucho mayor (entre 132 y 141 miles de millones de d�lares), lo cual potencialmente podr�a convertirse en el caso m�s grande de incumplimiento de pagos en la historia moderna.
El gobierno del presidente Bill Clinton arm� un paquete de rescate con una l�nea de cr�dito de casi 50 mil millones para el caso de M�xico a principios de 1995, y continu� con este tipo de pol�tica en los casos de las crisis de Tailandia y Rusia, con el argumento de que era la �nica forma de controlar y enfrentar el posible "contagio econ�mico" de estas situaciones para un mundo cada d�a m�s "globalizado".
Pero ahora el gobierno del presidente George W. Bush ha expresado que no repetir� este esfuerzo para el caso de Argentina.
Algunos interpretan esto como un cambio explicito en la pol�tica econ�mica del gobierno estadounidense, otros dicen que el inter�s nacional de Washington es diferente en ambos casos, y los dem�s consideran que tal vez simplemente nadie se dio cuenta de las dimensiones de la crisis de Argentina hasta que fue demasiado tarde.

Disciplinando a Buenos Aires


Despu�s de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) rehus� otorgar un pr�stamo de mil 230 millones el mes pasado -lo cual fue el �ltimo golpe contra el gobierno argentino-, la administraci�n estadounidense nada dijo, salvo que estaba esperando ver qu� propon�a Argentina para resolver su crisis.

Este silencio por fin se rompi� este mi�rcoles cuando el secretario del Tesoro, Paul O'Neill, coment� que las medidas adoptadas hasta ahora por el nuevo gobierno argentino, incluyendo la devaluaci�n de su moneda, a�n no son suficientemente duras para ameritar el apoyo internacional.
De hecho, fue una declaraci�n de una estrategia dise�ada para "disciplinar" a Argentina y obligarla a adoptar m�s sacrificios econ�micos.
"El gobierno de Bush es filos�ficamente menos afecto a los rescates y m�s inclinado a permitir que funcionen las fuerzas del mercado" en estas situaciones, explic� Bernard Aronson, presidente de Acon Investments y alto funcionario del gobierno de George Bush padre.
Aronson, entrevistado por La Jornada, argument� que no ser�a lo m�s sabio rescatar a Argentina antes de la implementaci�n de una reforma econ�mica viable y significativa por Buenos Aires.
Se�al� que antes del rescate financiero de M�xico el gobierno de Ernesto Zedillo ya hab�a acordado implementar reformas econ�micas dif�ciles, mientras que el argentino en este momento a�n se muestra renuente a hacer algo parecido.
Funcionarios de la administraci�n Bush argumentan que la "l�nea dura" sobre Argentina adoptada por Washington fue dise�ada para establecer la nueva postura de que esta administraci�n es m�s renuente en funcionar como "apagafuegos financieros" y que los gobiernos y los mercados no deber�an apostar sobre rescates financieros, reporta el diario The New York Times.
"S� es un manejo diferente, pero necesit�bamos un manejo diferente. Deseamos promover una pol�tica que no rescata a los acreedores y que mejora en general al mercado", declar� John B. Taylor, subsecretario del Tesoro para asuntos internacionales, al peri�dico neoyorquino en referencia a la pol�tica hacia Argentina.
Pero tambi�n hay otra diferencia clave entre los casos de M�xico en 1995 y Argentina en el 2002, coment� Aronson: "Para ser directo, Argentina no tiene una frontera de 2 mil millas con Estados Unidos y lo que ocurre all� no afecta a este pa�s de manera tangible como la inmigraci�n. Tampoco son nuestro segundo socio comercial".
No obstante, los bancos estadounidenses tienen aproximadamente 10 mil millones en activos en Argentina y varias grandes empresas estadounidenses, como Phillip Morris, Verizon y Ford, tienen inversiones directas sustantivas en ese pa�s.
Pero para la gran mayor�a de estas corporaciones trasnacionales estas inversiones representan un porcentaje peque��simo de sus activos totales.
Por ejemplo el Wall Street Journal reporta que los ingresos totales de Citibank en Am�rica Latina, excluyendo a M�xico, alcanzaron mil 200 millones el a�o pasado, mientras que sus ingresos totales a nivel mundial fueron de 61 mil 700 millones.
Ventas en Argentina representaron s�lo 2 por ciento de los ingresos totales de Coca-Cola en 2001 y 3 por ciento de los ingresos de FleetBoston Financial Corporation.
Otro ex alto funcionario del gobierno de Clinton, quien pidi� no ser identificado, cuestion� si la forma de manejar la relaci�n con Argentina en verdad es parte de una nueva estrategia de pol�tica exterior por el gobierno de Bush o si los encargados de la pol�tica simplemente estaban distra�dos por otros eventos mundiales e ignoraron lo que podr�a convertirse en el incumplimiento de obligaciones financieras m�s grande de la historia por un pa�s soberano. La frase de "amor duro" ha sido empleada por algunos funcionarios.
Pero aun si no deseaban rescatar la econom�a, "s� podr�an haber hecho algo para ayudar a rescatar al gobierno de Fernando de la R�a", coment�. Se�al� que este fracaso podr�a nutrir fuertemente un movimiento latinoamericano contra el libre comercio y la globalizaci�n del libre mercado.
"El peligro real no es de contagio econ�mico, sino de contagio pol�tico", afirm� Aronson, quien tambi�n es cr�tico de la falta de acci�n del gobierno de Bush ante la crisis de la tercera econom�a m�s grande de Am�rica Latina y de un pa�s "aliado".
"Esa es una raz�n por la cual la desatenci�n benigna no es la postura correcta. Esta cosa puede deteriorarse y ciertamente puede ser utilizada por quienes est�n intentando crear un nuevo movimiento pol�tico, por aquellos que son hostiles a los mercados y el libre comercio".
Por lo tanto, Aronson, otros analistas y algunos funcionarios del gobierno est�n presionando por una participaci�n m�s activa de Washington en las negociaciones para un nuevo acuerdo econ�mico, que podr�a obtener el apoyo internacional.
La pregunta es: �a qu� tendr� que comprometerse Argentina a cambio de un nuevo paquete de apoyo financiero de entre 15 mil millones y 20 mil millones de d�lares?
Pero otros analistas argumentan que no hay nada que la comunidad internacional pueda hacer hasta que el gobierno argentino enfrente las decisiones econ�micas.
"No tienen la voluntad de enfrentar la situaci�n tal como es; a�n est�n intentando vivir en una fantas�a", opin� Michael Mussa, el ex jefe de economistas del FMI, quien ahora trabaja en el Institute for International Economics en Washington.
El pasado mi�rcoles el FMI envi� una carta confidencial a Argentina, report� hoy el peri�dico The Washington Post, en la que demanda que el gobierno elabore un plan que incluya una reforma tributaria, controles sobre el gasto gubernamental y permitir que el valor del peso flote libremente.
Pero el vocero del nuevo gobierno en Buenos Aires, Eduardo Amadeo, coment� al Post que demandar a�n m�s sacrificios al pueblo argentino s�lo arriesgar�a m�s inestabilidad y violencia. "Hay algunas decisiones que ser�an socialmente intolerables", dijo en la entrevista publicada hoy.
Al parecer mayores sacrificios es la �nica receta aceptable por las c�pulas internacionales, por lo tanto el New York Times advirti� -en un editorial la semana pasada- que "ser�a un error tr�gico nutrir el sentir de los argentinos, que es una naci�n rica forzada a la pobreza por fuerzas externas. Culpar al libre mercado o a la globalizaci�n por los males del pa�s, y adoptar un curso demasiado proteccionista para la segunda econom�a sudamericana, s�lo empeorar� el asunto".

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