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Mempo
Giardinelli
Ciberoamerica
El
nuevo presidente elegido por la Asamblea Legislativa, Eduardo Duhalde, es un
político del establishment peronista que no sólo fue vicepresidente con Carlos
Menem sino que proviene de las entrañas menemistas y es irrelevante que ahora
ambos estén "peleados". El Dr. Duhalde es un cabal representante del conservadurismo
de derecha, y su discurso populista y sus reiteradas menciones a la Iglesia
me hacen pensar que apenas impulsará medidas y formas gatopardistas, diciendo
que va a cambiar lo que de ninguna manera va a cambiar. Es posible que esto
alcance para que cesen por un tiempo los cacerolazos en las calles. Pero mientras
no se cambie de raíz la política económica que nos llevó al desastre, nada estará
resuelto en la Argentina y la crisis reaparecerá.
Y es que la Asamblea Legislativa no ha resuelto la emergencia, ni mucho menos.
Por eso también es irrelevante, ahora, seguir discutiendo su legitimidad o si
debe haber o no elecciones. Acá lo gravitacional es que el retorno del peronismo
es sólo el indicador externo del fracaso fenomenal de una clase dirigente que
nos llevó al desastre. Y no me refiero sólo a la dirigencia política sino también
a la sindical y empresarial, comerciantes, industriales, profesionales, exportadores
e importadores, ni se diga de los militares e incluso de la eclesial que fue
tan amiga de bendecir impresentables. Todos ellos fueron genuflexos, de un modo
o de otro, frente al banco-terrorismo dominante y a las corporaciones extranjeras
que han hecho tanto lobby (o sea, influyentismo y corrupción) desgarrando los
débiles tejidos morales de los funcionarios.
Verdaderos bárbaros de este tiempo, civilizados sólo porque usan trajes de Armani,
los dirigentes argentinos cuando están en el poder son más astutos que inteligentes,
especialistas en artimañas y en legislar contra la ley. Y cuando están en la
oposición son feroces. Acabamos de verlo una vez más.
Por lo tanto, sospecho que el actual contubernio peronista-radical-frepasista
sólo procurará mantener sus privilegios. Para eso nombraron al Dr. Duhalde,
que es uno de los más genuinos representantes de ese régimen y esa dirigencia.
Que insiste en jugar con fuego, porque la sociedad, harta de mentiras y corrupción,
está prácticamente desbocada. Lo que es peligrosísimo porque siempre que nuestra
sociedad fue llevada a esos extremos, aquí se impuso el fascismo y la Argentina
fue una carnicería.
*Mempo Giardinelli es escritor y periodista.
www.mempogiardinelli.org