VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Argentina: La lucha continúa

Un ex seminarista presenció una escena sexual de monseñor Storni

Pablo Ordano, de 37 años, vive en Chile. Relató que una vez entró a un cuarto donde el prelado yacía acostado con un jovencito.
Monseñor Storni se ofreció a declarar voluntariamente.
La renuncia del arzobispo Edgardo Storni provocó ayer reacciones variadas dentro de la Iglesia. La más llamativa fue la aparición de más arrepentidos, como el ex seminarista Pablo Ordano, quien recordó haber presenciado una escena amorosa entre Storni y otro alumno del seminario. "Esta situación fue como un calvario pero hoy sentimos cierto alivio y una descompresión", dijo, por su parte, el sacerdote Severino Salvestri, uno de los seis religiosos pertenecientes al Arzobispado de Santa Fe que pidieron perdón públicamente a través de una carta. Mientras, los miembros del Episcopado que continuaron reunidos ayer un plenario en Pilar prefirieron guardar silencio y dedicarse a discutir sobre el país.
Ordano, que hoy tiene 37 años y vive en Chile, recordó que cuando tenía 14 años y estudiaba en el seminario de Santa Fe fue testigo de un encuentro amoroso. "Un día entro a un dormitorio de Storni y encuentro que estaba acostado en la cama con un seminarista. Estaban vestidos, estaban abrazados y tenían gestos de afecto, se besaban en la mejilla delante mío", sostuvo. El ex seminarista relató que ni Storni ni su acompañante se preocuparon por ocultar lo que estaban haciendo y que siguieron en la misma posición "sin ningún pudor, con mucha naturalidad, incluso yo me quedé dos minutos porque cruzamos algunas palabras". El testigo contó que recién comprendió lo que había visto un tiempo después, cuando maduró y fue escuchando testimonios similares de parte de otros seminaristas.
Sin más espacio por culpa de las revelaciones sobre su vida privada, Storni anunció el miércoles a través de un mensaje que repartió su abogado que renunciaba al Arzobispado de Santa Fe, sede que presidió durante 18 años. Pero no se librará de las acusaciones tan fácil. La semana que viene debe presentarse ante el juez de instrucción Eduardo Giovanini para responder a las varias denuncias en su contra (ver aparte). Storni definió su dimisión como "un servicio pastoral más a la Iglesia que amo".
"Pedimos perdón si hemos pecado por omisión al no purificar a la Iglesia por dentro, lo que hubiera evitado llegar a esta situación tan dolorosa y escandalosa", sostuvieron seis sacerdotes santafesinos a través de una carta que hicieron pública para expresar un acto de contrición que Storni hasta ahora no realizó. "Para bien de su persona y para mayor tranquilidad en el pueblo de Dios es mejor que no vuelva (Storni se encuentra en Roma), pero está de por medio la Justicia que actuará de acuerdo a sus dictámenes", continuó el mensaje.
Por su parte, el sacerdote José Guntern, de 82 años, quien hace una década denunció la conducta de Storni en una carta, confesó sentirse sorprendido y en paz por el desenlace. "Me enteré por los medios, pero no esperaba que se produjera tan de repente, sin preaviso", respondió sobre la renuncia del arzobispo. "Al saberlo sentí serenidad, paz", agregó.
Una postura similar mostró Mario Silvestri, un sacerdote que en 1994 envió un mensaje personal a Storni pidiéndole que reflexione sobre sus actitudes, por lo que luego fue trasladado a una pequeña parroquia del interior de la provincia. Silvestri consideró que la renuncia permitirá "una purificación" de la Iglesia santafesina pero que también deberían renunciar el resto de los integrantes de la cúpula del arzobispado, cuyos miembros son investigados por amenazas.
En tanto, un ex seminarista, Martín Lascurain, quien ya declaró ante la Justicia, consideró que todavía existe un pacto de silencio que debe romperse para llevar nuevos aires a la Iglesia. "No se dice realmente lo que se tiene que decir para que haya luz, para que esto realmente sea un capítulo que purifique a la Iglesia", sostuvo.
Tantas reacciones contrastaron con el mutismo de la cúpula del Episcopado, reunido desde ayer en un plenario extraordinario en Pilar. Los obispos evitaron el contacto con la prensa y, según trascendió, se dedicaron a escuchar el informe de los laicos que participaron de las mesas de concertación por sector que auspicia el Diálogo Argentino. Aparentemente, hasta el sábado, día de cierre del encuentro, la Conferencia Episcopal evitará cualquier referencia al caso Storni.