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Argentina: La lucha continúa

El que se vayan Todos de Carrio, Zamora y De Gennaro

Nana Bevillaqua

1. Hoy la continuidad de la historia depende exclusivamente de la lucha de los pueblos frente a la linealidad antidemocrática y excluyente del sistema. El dominio mas absoluto que ha producido la centralización económica exige la construcción de poder orgánico de las masas. En este sentido la formación de todo tipo de unidad de las fuerzas representativas es valiosa en sí misma, siempre y cuando sea capaz de contribuir al proceso de acumulación de poder popular y no de entorpecerlo debido a una falsa dialéctica en la construcción.

2. La construcción está condicionada por el estado de la relación de fuerzas y las tendencias estructurales del sistema, en relación con lo cual podemos decir lo siguiente. a) El sistema tiende a la apropiación autoritaria de la riqueza, la exclusión generalizada de los hombres y el ejercicio autoritario del poder [la etapa es materialmente antagónica con la del estado de bienestar: el estado no garantiza equilibrios generales; los equilibrios generales dependen de la acción de los pueblos contra el modelo]. b) La debilidad del sujeto histórico está dada por la fractura de la clase y la pérdida de práctica laboral y social; tiene a su favor la crisis de hegemonía de las clases dominantes expresada en la pérdida de capacidad de los sectores dominantes para generar consensos generales, lo que estimula la formación de la conciencia popular a la vez que los sectores concentrados tienden a la estratificación fascista del orden social como única vía de conservar el poder [Gramsci, Habermas]. La contradicción en esta etapa es antagónica y la realidad esencialmente un escenario de tiempos confrontados; toda acción que favorezca la imposición de las reglas y el tiempo de la derecha es condenatoria del pueblo porque posibilita la clausura del ciclo institucional y la exclusión represiva.

3. El sistema reproduce formas de enajenación social pero en la actualidad esencialmente el condicionamiento proviene del hambre y la desocupación. La democracia formal se encuentra reducida a su mínima expresión mediante la violación sistemática de los códigos jurídicos y la desposesión de las funciones clásicas del Estado. La democracia real es el desafío de los pueblos; la clausura de la democracia formal y su sustitución por un aparato autoritario y represivo es la necesidad actual de la derecha [por eso sus proyectos de regionalización de las autonomías provinciales, la reducción del número de legisladores, la reducción del gasto de la política que se corresponde con la reducción del gasto público].

4. El acto electoral que se corresponde con la acefalía provocada por la expulsión de De la Rúa, expresa un resto de democracia formal, que en la actual etapa de debilidad del poder orgánico de las masas y de falta de liderazgo de masas, es parte del tiempo de la construcción popular de largo plazo y no de la derecha que intenta fracturar ese tiempo. El pueblo necesita tiempo para construir su propia representación y es preferible el tiempo de la democracia formal al tiempo de la dictadura. Si Carrió tiene el 15% de la intención de votos significa que no es líder electoral ni líder político: no le da significado ni al acto electoral ni a la abstención. Si Zamora tiene el 10% significa que no es líder electoral ni político: tampoco define el significado del acto electoral ni el de la abstención. Además Zamora ni siquiera se ha postulado, por lo tanto sólo estamos hablando de una representación electoral de Carrió del 15% en baja y de un peronismo corporativo que tendría mayoría tanto si se renueva la totalidad de los mandatos como si solo existiese renovación parcial.

5. Por lo tanto, la representación política de Carrió o de Zamora [si se presentase o se presentasen juntos] depende más de la acción de gobierno si ganasen que del porcentaje de representación que obtendrían aún si se renovaran todos los cargos. A ello debe agregarse que si ganaran las elecciones solo tendrían que gobernar con la actual composición del congreso durante 7 meses; que la constitución nacional prevé los decretos de necesidad y urgencia que tienen valor legisferante y la realidad ha acumulado tanta necesidad y urgencia que los requisitos constitucionales de procedencia están mas que reunidos; que si acertasen en las 5 medidas principales para enfrentar la emergencia [plan de emergencia alimentaria y de salud; aumento del trabajo productivo: obra pública; reorientación del crédito para la formación de capital de trabajo; las universidades produciendo genéricos; plan de viviendas con cooperación social; suspensión del pago de la deuda] en las elecciones de octubre de 2002 [a cinco meses de la asunción] pueden obtener la mayoría electoral. Que en última instancia el poder no está en el actual Congreso ni en el futuro, por lo tanto no es difícil construir contrapoder social desde la acción de gobierno siempre y cuando no fuese corporativa ni corrupta y pusiera al Estado en función del pueblo, aún con minoría parlamentaria.

6. ¿Cómo se llega entonces a pensar que el acto electoral de marzo es una trampa para el pueblo, si no es proscriptivo ni fraudulento, si solo tiene la limitación de gobernar durante 7 meses con un congreso deslegitimado, y puede por el contrario transformarse en la posibilidad de poner el Estado al servicio del pueblo, construir legitimación popular, modificar la relación de fuerzas, empezar a construir un nuevo sistema de poder que desafíe al modelo con las posibilidades de recursos e instrumentos que da el mas perfecto aparato para reproducir la política? ¿O de lo que en realidad se trata es que la crisis de legitimación partidaria es tan profunda que no existe fuerza política capaz de encarnar el nuevo proyecto popular, porque en realidad la crisis de representación ha dejado sin representantes legítimos al pueblo, y entonces hay que justificar la propia debilidad y culpar al acto electoral para que no quede en evidencia la propia irrepresentatividad, sin que importen las consecuencias de la deslegitimación? ¿Cómo se puede promover la deslegitimación del último resto de democracia formal cuando no se está en condiciones de ser líder electoral y por lo tanto mucho menos de conducir la resistencia que exige garantizar la representación de la lucha política en condiciones de confrontación abierta? ¿Porqué el hecho formal de las elecciones pasa a ser el hecho central de la construcción política cuando no estamos en condiciones ni de ganarlo sin fraude ni de desobedecerlo desde una política de masas?

7. La caducidad de todos los mandatos sólo puede declararla una asamblea constituyente, pedírsela a Duhalde es desconocer la constitución; la asamblea constituyente requiere el voto de los 2/3 de los legisladores; la cuestión es entonces cómo llegar a la asamblea constituyente que garantice la caducidad, la reforma política, la democracia participativa, la remoción de los jueces, etc.: a) o por las vías institucionales del sistema para lo cual el acto electoral es imprescindible por las razones explicitadas sobre las posibilidades que otorga el gobierno del aparato del Estado que contiene el monopolio legítimo para imponer las políticas a favor del pueblo [en relación con lo cual 7 meses de mayoría deslegitimada no es relevante frente a la potencialidad del poder ejecutivo y los decretos de necesidad y urgencia] o b) por las vías de la acción directa de la resistencia y la toma del poder revolucionario que desplace por la fuerza a quienes condenan al pueblo e implante el gobierno del pueblo, para lo cual se necesita mucho mas que una conducción política con una representación electoral del 15% y sobre todo tiempo para organizar la resistencia, legitimar y democratizar la conducción y formar la fuerza suficiente para desafiar el poder mas concentrado de la historia del capitalismo. A menos que se piense que la representación popular inorgánica que suman Carrió, Zamora, la izquierda, la CTA y el Frenapo es suficiente para deslegitimar el acto electoral que significa deslegitimar las instituciones existentes y pasar a sostener la acción directa contra el sistema, aún cuando la deslegitimación institucional producida cree el campo propicio que necesita la derecha para clausurar la vida institucional. La realidad se transformaría en un escenario de confrontación política directa entre la derecha en el gobierno a través de un acto de fuerza o de las elecciones que le dejarían libre los representantes populares y el pueblo desde la resistencia; el significado de esta decisión es el siguiente: "las instituciones están de mas abiertas o cerradas, el gobierno que sea para la derecha, el pueblo elige las calles". Porque si el pueblo deslegitima las instituciones voluntariamente, simplemente porque el representante popular [Carrió o Zamora] tendría que gobernar 7 meses con mayoría contraria, las instituciones se quedan sin sustento y la derecha puede hacer con ellas lo que quiere porque el pueblo eligió otro escenario para construir y disputar poder. Y si lo que la derecha está buscando es la vía de imponer su tiempo autoritario sólo tendrá que decirle a los legisladores mas corruptos de la historia [los que votaron en contra del pueblo, los que le bajaron en democracia el salario nominal, los que trajeron a Cavallo, los menemistas y los miserables radicales] que utilicen las reglas de las mayorías y no convoquen a asamblea constituyente ya que esta decisión basta para que las fuerzas populares no participen del acto electoral. Todo es suma para la derecha, mientras el pueblo estará obligado a resistir en las condiciones mas penosas de hambre, miseria, exclusión ¿cómo será combatir contra la represión y el fascismo en el aparato del estado y el pueblo con hambre y frío, sin zapatos ni energías, sin conducción ni líder?

8. ¿No será más sencillo que se intente un frente político que asuma la instancia electoral, como instancia contingente a favor del pueblo mientras se acepta el desafió de gobernar sobre la base de la movilización popular en la hora mas dramática de la historia argentina? Con la representación político-electoral que actualmente existe no es suficiente para sostener el proceso de construcción de poder popular alternativo [este proceso significa llevar adelante la contradicción con la hegemonía de la derecha; significa que el tiempo del pueblo no transcurre libremente sino incidido por un poder más orgánico que el propio]. No sirve tratar de sumarle a una fuerza política irrepresentativa en términos de masas, representatividad por afuera de una estructura política e impulsar consultas populares que no sean la expresión auténtica del propio poder que se está construyendo como poder político, en especial en épocas electorales. El pueblo advierte que ese modo no es democrático ni orgánico porque no incluye la construcción de poder político representativo de masas que contemple la instancia electoral como etapa contingente de la propia construcción. Por el contrario, el esfuerzo popular se esteriliza a través de una acción que se limita a transferir poder electoral a una representación política debilitada, que no lo contiene ni representa masivamente o que desemboca en una abstención electoral que lo obliga a asumir la estrategia de la confrontación directa anticipadamente, habiendo cedido el aparato de gobierno a la partidocracia corporativa. ¿Cuál es la razón de vincular el mas profundo grito de la modernidad tardía "que se vayan todos" con la caducidad de todos los mandatos si en el acto electoral en que se renovarían todos los cargos el pueblo no está representado masivamente, por el contrario en las actuales condiciones la mayoría la conserva el peronismo y la derecha, mientras que la lógica discursiva lleva a la abstención electoral: el peor de los males, el repliegue voluntario de las fuerzas progresistas del aparato del estado, el pasaje a la resistencia en momentos en que la unidad orgánica del pueblo no existe, como sí existió durante las dos décadas de resistencia peronista que le permitieron afrontar las elecciones de 1973, a pesar de estar proscripto el líder. Las consecuencias de una deslegitimación anticipada de las instituciones burguesas pueden perdurar por décadas oscuras en contra del pueblo, a menos que en definitiva se esté convencido que Rodríguez Saá es populista pero no fascista y que garantizará un tiempo de transición que terminará siendo útil a la construcción popular y al proceso de definición de la nueva representación política. Para que tal especulación sea válida hay que desvincular el "que se vayan todos" de la cuestión electoral y ponerlo en función del enfrentamiento con el binomio poder político-poder económico en un tiempo de largo plazo, cuyo correlato en el presente sea la movilización contra reivindicaciones concretas: aumento de tarifas, estatización de los servicios cuyos contratos están en condiciones de ser rescindidos, efectivización de la devolución del 13%, producción de genéricos por parte de las universidades, etc. E incluir todas estar cuestiones como parte de la construcción de un frente político.

9. Vincular el "que se vayan todos" a la caducidad de los mandatos para terminar bloqueando un acto electoral que bajo ningún concepto en las actuales condiciones perjudica al tiempo estratégico que necesita el pueblo para construir su nueva representación, mientras que repudiarlo sirve directamente a la derecha, significa no entender muchas cosas. La disolución nacional es mas riesgosa para un pueblo desunido que está forjando su unidad que para la derecha orgánica y su proyecto de clausura del ciclo institucional; separar la base de la democracia del aparato burocrático del Estado [separación expresada en el "que se vayan todos"] tiene un significado mas complejo que la caducidad de los mandatos en un acto electoral y demuestro principalmente que esa democracia que volvió al pueblo de manera inorgánica necesita tiempo estratégico de recomposición para que el pueblo vuelva a tener poder, mientras tanto hay que preservar las condiciones de ese tiempo en relación con el cual la democracia formal es una garantía y toda clausura anticipada una fatalidad. El poder real no pasa por un acto electoral de las instituciones burguesas, pero no advertir que la falta de proposición del "que se vayan todos" está indicando que el nuevo sujeto histórico está en formación y que no puede hacerse cargo por anticipado de una confrontación directa con el sistema en condiciones inorgánicas de lucha y sin conducción, es desconocer el valor que las elecciones burguesas pueden tener para garantizar la construcción futura a menos que se piense que con marchar será suficiente para conseguir el trabajo, la dignidad y el futuro.

10. Si no se esclarece la estrategia de poder, en especial en relación con la existencia de un tiempo electoral, la acción de base cuya estrategia sea una sucesión de movilizaciones tendiente a lograr una participación de mas de doscientas mil personas, no modificará las reglas de poder en la Argentina porque no tiene contexto político; falta la definición política de semejante acumulación de masas para enfrentar la acción política de la derecha que no se mantendrá pasiva frente a esa construcción. Sin estructura política de masas no es posible sostener la dialéctica del enfrentamiento con la derecha y en este proceso las elecciones no son contrarias a los intereses del pueblo. No es indiferente que Lula gane o pierda en Brasil para la configuración del poder de las masas en la región y en esta construcción de una nueva relación de fuerzas populares no es indiferente que en Argentina sobreviva la democracia formal o que imponga sus reglas el autoritarismo conservador.