16 de agosto del 2002
La necesidad de una urgente Asamblea Constituyente en Argentina
Hugo Alberto de Pedro
"...con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia,
consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar
general, y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros..."
del Preámbulo de la Constitución Nacional Argentina
Cuando se pretende no cambiar todo, estamos frente a mantener los mismos
esquemas que han sido implementados y diseñados –desde adentro y afuera-
para que la Argentina llegue al estado actual de decadencia generalizada, y
ahí radica lo deleznable de cualquier opción política que
convierte en despreciable cualquier intento democrático por mantener
el status quo.
Una rápida mirada al espectro político proselitista con vistas
a las próximas elecciones presidenciales que se producirán dentro
ocho meses, nos llevan a contemplar que las propuestas son gatopardistas desde
el momento que no contemplan las medidas necesarias realizar un verdadero y
real cambio en las políticas nacionales. Obviamente que no esperamos
que desde los partidos y dirigentes que han sido artífices de éste
dislate genocida aparezcan propuestas superadoras.
Hay temas que necesariamente deben ser considerados a la hora de pensar en una
nueva Nación, para que se vuelva a tener el dominio total de la economía,
definir sus pautas de crecimiento y progreso, acabar con el desempleo para siempre,
asegurar las condiciones de educación, salud, seguridad y justicia que
una República necesita para ser considerada como tal. Acá detallo
sólo algunos de ellos:
Nacionalización del comercio exterior: poner los resortes de la
riqueza en manos nacionales y como herramientas de una política nacional
de crecimiento. Se deberá poner al servicio diplomático exterior
en condiciones de atender y fomentar la política de exportaciones e importaciones
en forma eficiente y controlada evitando políticas de sobre o subfacturación,
junto con el control sobre relaciones internacionales bancarias y financieras.
Nacionalización de la banca: garantizar la nacionalización
de los depósitos por el Estado sobre toda la banca pública nacional
y la provincial por convenios que aseguren su control. La actividad financiera
y bancaria -privada y extranjera- no gozará de garantía estatal
de ningún tipo debiendo convertirse en una actividad de riesgo empresarial
como cualquier otra.
Nuevo régimen impositivo: terminar con la actual estructuración
fiscal, para dar lugar a una que quite los impuestos al consumo y reemplazarlos
por verdaderas imposiciones a la renta, al capital y el patrimonio.
Distribución del ingreso nacional: volver a la distribución
que regía a mediados de la década del setenta, donde la participación
de los sectores asalariados y empresario nacional - pequeño y mediano-
en el mismo era determinante para las políticas económicas, el
empleo y el desarrollo.
Integración regional económica, financiera y política:
establecer una verdadera integración de toda Latinoamérica para
desarrollar mercados y políticas que compitan con otros grandes polos
de poder mundial y así establecer pautas de crecimiento y progreso regional.
Deuda externa y compromisos financieros externos: investigación
seria sobre el origen del endeudamiento externo, los pagos realizados, los convenios
firmados con organismos de crédito, las condiciones de plazos, comisiones
y tasas a partir de 1976; por una comisión integrada por legisladores
(que no hayan ocupado cargos públicos o electivos por su nivel de compromiso
y responsabilidad anterior), la universidad, sindicatos y organizaciones no
gubernamentales. Luego de lo cual se reconocerá únicamente el
valor de cotización internacional y un plazo de pago a veinticinco años.
Todo nuevo endeudamiento externo deberá necesariamente contar con la
aprobación del Congreso Nacional.
Recuperación de empresas privatizadas: la pérdida por parte
del Estado del manejo, control y renta de las empresas maliciosamente privatizadas
debe ser dejada sin efecto para que las riquezas y estrategias del suelo, energía,
ferrocarriles, aerolíneas, rutas, comunicaciones, industrias de base,
etc. vuelvan a estar disponibles para el desarrollo nacional, también
volver a tener una empresa nacional marítima comercial y necesariamente
pesquera.
Sistema de nacional de jubilaciones y pensiones: debe volverse a la obligatoriedad
del sistema de reparto con una legislación que garantice su independencia
económica bajo control los aportantes y beneficiarios. Dejando el sistema
privado como complemento de riesgo personal y empresario por sobre el sistema
nacional.
Autogestión solidaria de empresas en quiebra: establecer la obligatoriedad
de salvar a las empresas que entren en situación de quiebra o concurso
insalvable que garantice las fuentes de trabajo, mediante un sistema solidario
de participación de los trabajadores bajo supervisión estatal
permanente y asistencia de organismos nacionales técnicos y de financiación
estatal, como así también facilitar su inserción en mercados
internacionales.
Seguro de desempleo y formación laboral: hasta superar la actual
crisis de desempleo se deberá elaborar un sistema de asistencia a los
millones de desocupados que brinde no solo la subsistencia del grupo familiar
sino que permita su inserción en el mercado laboral y profesional tanto
público como privado. Una política de obras públicas deberá
ofrecer las posibilidades de trabajo a los desempleados o subocupados.
Sueldo Mínimo garantizado: todo trabajador de la actividad pública
o privada debe gozar de un ingreso igual al que establezca el organismo nacional
de estadísticas para la canasta familiar y conforme a las cargas de familia
que posea.
Control y participación del trabajador en las empresas privadas y
públicas: los trabajadores tendrán derechos en el control
de la marcha de las empresas y una efectiva participación anual en sus
resultados.
Educación y salud pública: el estado nacional debe tomar
a su cargo garantizar en todo el país la educación a todos sus
niveles como la asistencia médica y hospitalaria que llegue a todos con
idéntica calidad y exigencias.
Tierras para la producción: el Estado garantizará la efectiva
explotación donde existan unidades improductivas, se establecerán
cooperativas de trabajo bajo control de los trabajadores y Estado junto a una
fuerte presión impositiva sobre sus propietarios.
Plan nacional de alimentación y educación básica:
establecer la obligatoriedad legal a los poderes ejecutivos nacionales y provinciales
de brindar a todos los niños y adolescente el acceso asegurado a la correcta
alimentación y educación hasta la mayoría de edad. Su incumplimiento
deberá ser sancionado penalmente.
Vivienda para todos: establecer un plan nacional de viviendas para que
desde el Estado se resuelva el problema habitacional de todos los que no poseen
una vivienda propia y que será pagada a veinticinco años de plazo.
Desprocesamiento de todos los luchadores sociales: será imprescindible
para alcanzar la paz social terminar con todos los procesos sobre personas que
se han opuesto al sistema de poder imperante.
Reestructuraciones de las fuerzas policiales y militares: se deberá
establecer un régimen de seguridad nacional que de por terminado a las
policías provinciales, así como también asignar a las fuerzas
militares la única función de atender la seguridad nacional externa.
Caducidad de todos los mandatos sindicales: proceder a la remoción
y elección de totalidad de los cargos gremiales y sindicales por cada
centro de trabajo, previa libre elección de afiliación y sin la
necesidad de un sindicato único por rama de actividad. Establecer un
plazo mínimo para la convocatoria a la renovación total de los
convenios colectivos de trabajo.
Relaciones internacionales comerciales y políticas: en todos los
casos deberá contar con la autorización del Congreso Nacional.
Revocación de los mandatos y plebiscitos: implementar las normativas
legales necesarias que posibiliten la revocación de los mandatos, ante
el incumplimiento de las plataformas electorales -una vez elegidas- tendrán
fuerza de ley y su incumplimiento se condenará penalmente, así
como posibilitar la participación popular en plebiscitos vinculantes.
Presupuestos Participativos: se establecerá la obligatoriedad
municipal y provincial de establecer un mecanismo que defina, elabore y controle
las políticas presupuestarias sobre gastos, inversión, financiación
y recursos con amplia participación ciudadana.
Sistema Judicial: proceder a poner en comisión a la totalidad
de la Justicia Federal y los tribunales superiores -cortes supremas provinciales
y nacional- para la nueva elección de sus miembros por los consejos de
magistraturas.
Seguramente serán muchos más los temas que se deberán considerar
y de allí lo imprescindible de que insistamos en el llamado a una Asamblea
Constituyente, que de inmediato y con la más flexible posibilidad de
participación ciudadana en la elección de los constituyentes,
tome a su cargo la definición del país que deseamos para nuestros
millones de postergados y para nuestras próximas generaciones.
Pasaremos así del poder de unos pocos al poder popular y nacional, será
entonces una revolución en serio, profunda y con los consensos necesarios
para lograr una Nación justa, libre, solidaria y soberana.
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