Elecciones y la izquierda
En la Argentina hay un debate planteado sobre las elecciones y la izquierda
que tiene dos aristas. La primera es si las elecciones sirven para algo, la
segunda es si tiene sentido una formula presidencial que unifique las fuerzas
de izquierda.
Quien escribe estas líneas ha participado en algunas experiencias electorales:
Frente del Pueblo, Frente Popular, Frente del Sur, y en los comienzos del Frente
Grande. Desde hace años no participo en estas convocatorias y no estoy
dispuesto a invertir esfuerzos en ellas. Digo esto para dejar aclarado que no
estoy opinando desde la virginidad política, y de que me arriesgo a opinar sobre
temas en los que no voy a invertir esfuerzos. Aclarado lo anterior, me incorporo
al debate, tratando de incorporar la lógica de una persona que en los últimos
años votó en blanco ( y ni por asomo pretende representar a todos los que así
lo hicieron).
Revolución o elecciones?
La verdad es que no comparto la idea de que la participación electoral
es opuesta a la Revolución. Muchos ejemplos históricos ( la revolución rusa,
la revolución vietnamita) que frecuentemente se usan para fundamentar otros
temas no indican que la participación electoral sea incompatible con los objetivos
revolucionarios. Creo que lo que es opuesto a la Revolución es el electoralismo,
que significa centrar todas las esfuerzos militantes en las disputas electorales.
Y que también que hay una tradición de izquierda electoralista que se expresó
también en el plano sindical, donde todos los esfuerzos se centraban en formar
listas para desalojar a la burocracia.
Tampoco me parece que sea obligatorio participar en las elecciones. En el caso
de las organizaciones populares autónomas que hoy estamos articulando nacionalmente,
me parece correcta la decisión de no involucrarnos en esas batallas.
Hay tareas urgentes que consideramos mas productivas como son mantener la presencia
en el conflicto social, seguir desarrollando esas verdaderas usinas politicas
que son las organizaciones y las asambleas de base, seguir aportando a la formación
de miles de compañeros utilizando la herramienta de la educación popular, mejorar
los emprendimientos productivos donde tratamos de asentar la autogestión, etc.
Involucrarnos en una participación electoral, nos representaría distraer esfuerzos,
que quitaríamos a esas tareas que mas nos interesan y preocupan actualmente.
Definir que no es nuestra prioridad invertir esfuerzos en las disputas electorales,
no alcanza como argumento para descalificar esa instancia. Sería algo así como
convertir la necesidad en virtud.
Mejor o peor gobierno?
El hecho de no poner esfuerzos en las disputas electorales no invalida
a que tengamos una opinión sobre como nos afectarían distintos escenarios generados
en esa instancia.
¿Que es lo que mas nos convendría, para el desarrollo de nuestras construcciones
de mediano y largo plazo?
Nos convendría que la izquierda haga un buen papel. Que desde las instituciones
elegidas por el voto ( apenas una parte del poder político) se pusieran la mayor
cantidad de trabas posibles al proyecto neoliberal. Que se le quite poder de
fuego y capacidad de maniobra a politicas que tienen como objetivo desarticular
cualquier tipo de expresión autónoma, organización popular, o manifestación
de resistencia al modelo.
Y en ese sentido que la izquierda concurra unida a las elecciones sería una
noticia alentadora. Y me anima a sugerir que si el frente electoral fuera mucho
mas amplio, sería mucho mas conveniente.
La idea de que a peor gobierno, mayores posibilidades revolucionarias me parece
que se emparenta con la idea de que la lucha por los planes trabajar iba a domesticar
a los desocupados.
Las elecciones: un desafío coyuntural o estratégico ?
Desde las organizaciones autónomas distinguimos dos tipos de tareas
y dos dos tipos de enlace.
-Tareas de construcción estratégicas que solo compartimos con quienes tenemos
una misma concepción de construcción de poder popular, cuya base es la autonomía
y sus pilares son la democracia directa, la horizontalidad, la formación, la
lucha y la autogestión) . Decimos que con aquellos compañeros con quienes compartimos
principios organizativos fundamentales articulamos prácticas.
- Tareas que hacen a la respuesta coyuntural unificando reivindicaciones puntuales,
posturas programaticas o defendiendonos de agresiones contra las fuerzas populares.
Con quienes compartimos esas respuestas, coordinamos tareas o esfuerzos..
Lo pongo en un ejemplo: Nunca compartiríamos un programa de formación con Izquierda
Unida o el Polo Obrero, pero nos parece absolutamente lógico que compartamos
una marcha contra el Fondo, o una movilización contra la represión
Si algún día nos decidieramos a invertir esfuerzos en la instancia electoral,
no me queda ninguna duda que calificaríamos a la instancia como " de respuesta
coyuntural" y el tipo de enlace que propondríamos sería el de
"coordinación".
Esto viene a cuenta de fundamentar la sospecha de que el discurso de la mayoría
de las fuerzas de izquierda de considerar a las elecciones como una batalla
mas, esta desmentido por prácticas que la consideran como una batalla estrategica.
En realidad, sobrevaloran la importancia de las convocatorias electorales y
por eso les cuesta ponerse de acuerdo en una candidatura unitaria o aún se rechazan
alianzas.
Un espejo
Los movimientos de desocupados como Barrios de Pie, el MIJP,
el Bloque Piquetero y la CTD Anibal Verón, estan dando un fuerte lección de
madurez política demostrando que son capaces de unirse frente a demandas importantes.
No tienen los mismos ritmos ( algunos son mas marchistas que otros), se organizan
en forma diferente, pero esta claro es que cuando aprieta la represión o se
traban las reivindicaciones actúan juntos.
Este ejemplo que dan movimientos sociales ( algunos fuertemete ligados a partidos
) va a contrastar fuertemente con una presentación electoral fragmentada de
la izquierda. Una elección donde no va a ver ganadores por nuestro lado, y si
una gran dosis de frustración por el desaprovechamiento de una magnífica oportunidad.
Cuando en los días previos a las últimas elecciones publiqué el artículo " El
fantasma del voto en blanco ", algunos compañeros que figuraban en listas de
partidos de izquierda se enojaron mucho conmigo.
11 millones de personas (sobre un padrón de 25 millones) que no fueron a votar,
votaron en blanco o anularon su voto ( y que, por supuesto, no habían leído
mi artículo), me hicieron sentir bastante acompañado en mi decisión de votar
a nadie, mientra las ofertas de la izquierda no levantaran la puntería.
Después de hechos fundantes como los del 19 y 20 de diciembre del 2001, después
de tanta lucha y tantas muertos, seria bueno que, al menos, el conjunto de la
izquierda pudiera ofrecer una opción electoral única. Insisto, si fuera una
alianza mas amplia sería mucho mejor.
Si para una batalla menor, exclusivamente coyuntural, como es una elección,
no hay capacidad para juntarse, creo que el "fantasma del voto en blanco" volverá
a pasearse por la Argentina.
Lo que no significará la comprobación de que estamos en las vísperas de la Revolución.
Sino la comprobación que lo dificil no es es ganar. Lo dificil es ganar con
este equipo.
Guillermo Cieza
Retruco