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Argentina: La lucha continúa

ARGENTINA
Diccionario para locución sobre actualidad
La revancha de la palabra


Por Gervasio Espinosa, Redacción Surmedia en Argentina


La actualidad argentina estuvo signada ayer, lo puso en imágenes y sonido la televisión, por la aparición un día antes del cadáver de Diego Peralta y el consecuente asalto e incendio de una comisaría en el conurbano bonaerense sur, el hallazgo sana y salva de la cautiva María del Carmen López en la Provincia de San Juan, el descubrimiento de una macabra carga -tres hombres asesinados a metralla, uno de ellos decapitado- en un automóvil cerca de la capital, y el asesinato en una localidad algo más alejada de otro que estaba acompañado por su pequeño hijo que resultó ileso.
¿Venganza o revancha?

En la actualidad la televisión es el principal medio audiovisual de masas para la formación de opinión pública, y los especialistas en comunicación dicen que el manejo que de él se hace, especialmente en la cobertura noticiosa, produce la "fragmentación" del proceso de reflexión en el receptor. El fenómeno, no accidental, se asienta en la cantidad y velocidad de presentación de la información, en su aparente desarticulación y en la fraseología empleada. Entre pesares y alegrías ayer también se mechó la muy probable confirmación, por parte de la Asociación del Fútbol Argentino, la AFA, de resolverse a favor de Marcelo Bielsa un nuevo período en el liderazgo técnico de la Selección. Un informativista dijo que haría bien Bielsa en volver por la "venganza", mientras las imágenes no mostraban al técnico caminando cabizbajo sino con rostro duro y alzando los puños. Inmediatamente el mismo canal mostró a un reportero que a la salida del saqueo de una zapatillería que se había producido en El Jagüel, donde viven la familia y los amigos de Diego Peralta, luego de la quema de la comisaría y la represión policial, preguntaba algo así como si la muerte de Diego justificaba robar. Sobre "venganza" el diccionario dice que es la "satisfacción que se toma del agravio o daño recibidos, especialmente causando daño"; de "revancha", un galicismo por "desquite", dice que es la restauración de la pérdida sufrida, "reintegrarse de lo perdido". ¿Bielsa volverá a dirigir para la venganza o para perseguir la revancha? ¿Los muchachos de El Jagüel querían vengarse causando daño o reintegrarse de lo perdido? Luego, después de la pausa, se vio y escuchó a María del Carmen López, en San Juan, expresar pesadumbre por la angustia de uno de sus custodios del cautiverio -"síndrome de Estocolmo", explicó serio el presentador- que tiene cinco hijos y a uno es necesario transplantarle un riñón. "Lo voy a ayudar" dijo la mujer que horas antes había manifestado que presentía su muerte. Pero antes de la pausa, en primer plano, se había visto el rostro y escuchado la voz de Emilio Alí, diciendo que -en las condiciones dadas- estaba justificada la violencia popular contra la sede policial. Alí es el joven militante de la Federación de Tierra y Vivienda de la Central de los Trabajadores Argentinos que estuvo procesado, condenado y preso, por solamente solicitar la donación de alimentos al gerente de Casa Tía de la Ciudad de Mar del Plata, en nombre de los pobladores de un barrio pobrísimo.
¿Concierto o desconcierto?

Refiere el diccionario que "concierto" alude al "buen orden y disposición de las cosas" y al "convenio sobre un bien común". Desconcertar -o "fragmentar" el proceso de reflexión en el receptor-, entonces, no preserva el bien(estar) común. Pero la fraseología en uso no es contradictoria con los hechos que signan la actualidad y siembran el desconcierto. Se produce una retroalimentación perniciosa entre la fraseología verbal y la composición audiovisual. La fraseología de los relatores detrás de cámara da un contenido a las imágenes. Habrá, para mejorar la comprensión de los hechos, que ejercitar la audición crítica. Descubrir cuando mal se troca "venganza" por "revancha". Descubrirlo en las imágenes. Los hechos que signaron la actualidad son la aparición del cadáver de Diego Peralta, el reclamo perentorio de justicia de las madres de El Jagüel, la estampida (¿en busca de desquite?) de los hijos que incendian la comisaría, el confuso episodio del que fue protagonista la mujer sanjuanina que se acongoja por sus raptores (estaba cautiva a tres kilómetros de su casa y pedían rescate desde Buenos Aires, a mil kilómetros), el descubrimiento de los tres hombres ametrallados y uno de ellos decapitado (la cabeza no fue encontrada todavía), el asesinato de otro en presencia de su hijo de tres años ("mi papá se durmió y le robaron la música" dijo) para -presuntamente- robarle nada más que el pasacasetes del auto, no la billetera. Para mayor desconcierto un funcionario de primer nivel del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, el viceministro de Justicia y Seguridad, segundo de Juan Pablo Cafiero, el abogado Marcelo Sain, "admitió la posibilidad de que la trágica muerte del adolescente Diego Peralta forme parte de un complot, pero no del sector policial, sino del ‘político’, y dijo que su origen habría que buscarlo en ‘la interna del justicialismo bonaerense’. Además, consideró que habría que ‘pedir explicaciones’ al juez federal que intervino en la investigación, Carlos Ferreira Pelle, por la ‘ineficiencia’ en la investigación". Los dichos fueron en un reportaje en la radio La Red, y los recoge el diario Clarín de hoy, que así los publicó ayer en su edición digital; "Sain sostuvo que el supuesto complot al que también aludió el ministro Juan Pablo Cafiero tiene motivos. ‘Molestamos por dos razones: no pertenecemos al aparato del peronismo de la Provincia y no estamos dispuestos a poner al Ministerio o a avalar ningún tipo de financiamiento de la política’ utilizando a ‘algún sector de la Policía que, desprofesionalizadamente, actúe en el marco de la política’." La cosa sería que como a Eduardo Duhalde cuando el asesinato de Cabezas, les andan tirando cadáveres, mezclados; algunos son cuerpos que vivos eran amados. Para Sain, concluye la nota de Clarín "el secuestro y asesinato de Peralta podría tener relación con ‘el financiamiento policial de la política’, que -considera- se desarrolla a través de actividades ilegales como ‘el narcotráfico’, que ‘no hay posibilidades de que funcione sin el amparo de la política’". Para salir de este mal concertado desconcierto hay que ejercer la revancha de la palabra: pensar, decir y poner, por la vida, las cosas en su lugar.