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Argentina: La lucha continúa

22 de agosto del 2002

Clase pública del 19 de julio de 2002, Cátedra Ernesto Che Guevara,
Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo
Los guevaristas argentinos: Mario Roberto Santucho

Claudia Korol:
B
uenas noches y bienvenidos. En esta clase invitamos a Daniel De Santis, que además de haber compartido la militancia con Robi [Mario Roberto Santucho], investigó después, recopiló documentación, e hizo un libro: "A vencer o morir" [A vencer o morir. PRT-ERP Documentos. Selección e Introducción de Daniel de Santis. Buenos Aires, Editorial Universitaria de Buenos Aires-EUDEBA, 1998 (Tomo I) y 2000 (Tomo II)].
Es una recopilación muy minuciosa de la documentación sobre la experiencia del PRT, que consta de dos tomos. Obviamente, ese trabajo también implica una reflexión sobre la experiencia de la cual participó en su momento con Robi, y sigue participando como militante revolucionario en la actualidad en cada una de nuestras luchas.
Daniel fue miembro del Comité Central del PRT-ERP, compañero de Santucho y fue un dirigente obrero de masas, en importantes luchas, sobre todo en la ciudad de La Plata. Así que nos parecía importante poder tener también en la Cátedra este momento para compartir y reflexionar juntos sobre esto.


Néstor Kohan:
Buenos Noches. La idea de la clase de hoy, que es también un modo de expresar nuestro homenaje cuando se cumplen 26 años de su asesinato, contribuyendo a los muchos homenajes y recordatorios que se van a realizar, consiste en tratar de discutir los núcleos centrales del pensamiento teórico y político, y la práctica también, de Mario Roberto Santucho [1936-1976]. Para no quedarnos en un mito. Porque así como la derecha intenta convertir a nuestros mejores compañeros en mitos - ya lo habíamos conversado y discutido en el caso del Che - también con Santucho pasa algo análogo, aunque seguramente no al mismo modo del Che porque nadie usaría remeras con la cara de Robi...ya que Santucho sigue siendo un personaje endemoniado, digamos, para la sociedad oficial argentina. Pero un poco, la derecha ha construido el mito de Santucho..., el "tira-bombas", el "tira-tiros"..., y entonces a veces los sectores populares, para contrarrestar y responder a esa visión derechista, terminan levantando esa misma imagen de Santucho, aunque invertida, sin atender al conjunto de su obra y de su personalidad.
Nosotros pensamos que en la tradición marxista, la lucha político-militar en la que Santucho entregó su vida es siempre - o debería serlo - prolongación de una lucha política y de un pensamiento político, y no al revés.
Entonces, hoy nos interesa discutir las categorías políticas que estructuraban la visión del mundo de Robi y cómo fueron cambiando también... porque nadie nace ni marxista, ni socialista, ni comunista, ni revolucionario, sino que se va construyendo como tal.
Por eso nos interesaba discutir el pensamiento real de Santucho y en ese sentido son tan útiles estos libros de documentos reunidos por Daniel De Santis - realmente los recomendamos - porque si no existieran, sería prácticamente imposible conseguir esos documentos de la historia del PRT.
Y una aclaración más, antes de ir directamente al tema: la relación de Santucho con el guevarismo en general, y con el Che en particular, no es una relación directa, en el sentido que Santucho nunca conoció personalmente al Che.
Nosotros ponemos el énfasis en una relación política y en la continuidad de una línea ideológica, no en la cuestión biográfica de si conversó o tomó café con el Che. Porque en el mismo sentido, a Marx, Lenin no lo vio nunca, jamás se sentó a tomar cerveza con Marx, ni con Engels. Sin embargo, pocos pondrían en discusión que entre ellos existe una continuidad. En el caso de la relación de Santucho con el Che pasa lo mismo, a nivel biográfico quizás nunca se cruzaron pero hay una trayectoria político-ideológica...
Una de las hipótesis de trabajo que se podría plantear es que Santucho forma parte del marxismo latinoamericano, es parte de su historia, de una historia que - como venimos discutiendo en la Cátedra - no nace en los años '60 sino que es muy anterior y se nota en la primera formación ideológica de Robi.
Entre los muchos hermanos de la familia Santucho, uno de ellos, Amílcar, era del Partido Comunista. Otro de ellos que tuvo mucha más influencia sobre Roberto, Francisco René, era indigenista, "aprista", seguidor del APRA [Alianza Popular Revolucionaria Americana, organización política peruana surgida en la década de 1920 que sigue existiendo en la actualidad]. ¿Se acuerdan que habíamos visto entre los antecedentes del pensamiento del Che, las polémicas de los años '20 entre José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl Haya de La Torre?
Bueno, Francisco René, dirigía una librería en Santiago del Estero y publicaba una revista llamada "Dimensión". Este hermano de Robi estaba muy influido por la ideología de Haya de La Torre, en sus comienzos. Por ejemplo, en uno de sus textos iniciales [Francisco René Santucho: Integración de América Latina. Santiago del Estero, Cuadernos Dimensión, 1959] él hablaba de nuestro continente llamándolo "Indoamérica" y no Latinoamérica.
En una nota al pie de ese trabajo, Francisco René explica porqué le llamaba Indoamérica, del siguiente modo: "Preferimos indoamericano a latinoamericano o hispanoamericano, por las mismas razones aducidas por los apristas peruanos generalizadores del término. Creemos como ellos que así se define mejor una peculiaridad que hoy se da en el hemisferio".
De este modo, el primer guía intelectual de Mario Roberto Santucho sigue casi al pie de la letra a los discípulos de Haya de La Torre. Su razonamiento es el siguiente: el componente fundamental de este continente es indígena, por lo tanto vamos a hablar siempre de Indoamérica. De ahí que la primera organización política en la que participan estos hermanos (Francisco René y Mario Roberto) se llama Frente Revolucionario Indoamericanista Popular (FRIP). Francisco René es el hermano - me parece a mí - que más influencia tiene sobre Roberto.
Esta tradición de pensamiento indoamericanista también está presente en otros revolucionarios latinoamericanos de aquella época. El indoamericanismo se planteó principalmente a nivel historiográfico, es decir, a la hora de explicarse la propia historia de América Latina. Porque dejemos bien en claro que esta generación, la generación de Robi Santucho y sus compañeros y compañeras, no se lanzó a la pelea y a la lucha armada ni arriesgó la vida porque le surgió repentinamente un "delirio mesiánico" - como nos dice toda la derecha -, o porque era "foquista" –como nos dice alguna parte de la izquierda - , sino porque había hecho un meditado análisis previo de la historia del continente y de sus condiciones políticas.
Entonces, tratando de ver qué herramientas utilizaban a nivel historiográfico para explicarse la historia de Indoamérica, uno encuentra que, además de los textos de Haya de La Torre, también utilizaban los libros de Juan José Hernández Arregui, que era un escritor del interior de nuestro país, un hombre muy erudito, especialista en la cultura griega.
Hernández Arregui tenía una hipótesis muy fuerte, era muy crítico de la ciudad de Buenos Aires. Sostenía que Buenos Aires era una "ciudad-puerto de espaldas al país y de cara a Europa", en cambio el interior era explotado, el interior... era Indoamérica. Buenos Aires pertenece a Europa. Aunque, a diferencia de Haya de la Torre, Hernández Arregui era muy hispanista, él defendía mucho la herencia española (esa era una diferencia importante con los indoamericanistas). Muy bien, en los orígenes del FRIP encontramos esta idea de que Buenos Aires está de espaldas al país. No se dice que es "una ciudad burguesa" pero más o menos..., y también nos encontramos con la idea que la vanguardia revolucionaria se encuentra en el noroeste Argentino.
En esos primeros documentos del FRIP de inicios de los '60 y en esa primera formación ideológica también se utilizaban categorías de Silvio Frondizi, un sociólogo e historiador que al igual que el anterior era crítico del tipo de desarrollo del capitalismo argentino. Pero a diferencia de Hernández Arregui, Silvio Frondizi no era peronista. Cuestionaba muy duramente la supuesta "progresividad" de la burguesía nacional y en consecuencia del peronismo.
El FRIP se unifica alrededor del año 1965 con un grupo político trotskista que se llama "Palabra Obrera", encabezado por Hugo Miguel Bressano, que es el seudónimo de Nahuel Moreno. Esta agrupación pertenecía a la Cuarta Internacional.
Ahí nace el PRT como organización, y a partir de ese momento -al menos eso me parece a mí - en los escritos de Santucho y en su ideología hay un cambio, se produce una transformación. La Cuarta Internacional tenía en aquella época como principal dirigente al belga Ernest Mandel, el célebre economista. En aquellos momentos Moreno estaba unido con Mandel, después rompen entre sí en una dura polémica.
Entonces, a la hora de explicarse cómo fue y es nuestro continente, cómo es la Argentina, también se produce un cambio en los escritos y en la ideología de Santucho. Aparece la presencia de otro historiador, que era un militante orgánico de Palabra Obrera vinculado a Moreno: Milcíades Peña.
Peña era un joven, muy joven - porque se suicidó a los 32 años -, pero dejó una obra muy interesante, muy distinta de la historiografía tradicional, tanto de la historiografía liberal burguesa como también de la historiografía oficial del Partido Comunista en los escritos de Leonardo Paso, por ejemplo, o de la izquierda peronista como Rodolfo Puiggrós. Entonces el joven Santucho adoptaba de la obra historiográfica de Milcíades Peña y de la sociología de Silvio Frondizi una idea central. Esa idea giraba en torno a la incapacidad de la burguesía "nacional" argentina para emancipar nuestro país.
La burguesía nacional argentina no podía encabezar la independencia. Que nosotros somos todavía hoy un país dependiente creo que está fuera de discusión. ¡Hoy en día más que nunca!. Nosotros seguimos pensando que la dependencia constituye una de las principales características de la formación social capitalista argentina, a pesar de que el término "dependencia" ya no está de moda en la literatura universitaria local (como sí lo estaba en los '60, los años de Santucho).
El problema central de la discusión política de aquella época, que también surge - con otro ropaje y con otros personajes - en nuestra época, que vuelve hoy en día, es si la burguesía local puede o no puede encabezar los cambios pendientes y necesarios para resolver la crisis del país. A partir de la explicación que demos de ese problema y de la respuesta que proporcionemos a esa pregunta política se derivan un conjunto de posiciones políticas.
Entonces Robi Santucho, a partir de las tesis de Milcíades Peña, a partir de los escritos de Silvio Frondizi, empieza a plantear que la burguesía nacional no podía encabezar los cambios. No se podía entonces seguir pensando ingenuamente en términos de un gran "frente nacional" con la burguesía a la cabeza...(fíjense que aunque este debate está marcado a inicios de los '70 por el regreso de Perón de su exilio en España y por la formación de un gran frente peronista que le entrega el ministerio de economía a un sector "nacional" de la burguesía local como es el caso de Gelbard –previo pacto social y freno a toda la movilización de los trabajadores clasistas – ese mismo tipo de planteo reaparece ahora, en el año 2002, con otros personajes, con otros políticos, con otros militares, pero con la misma liturgia populista y con los mismos planteos...).
¿Qué diferencia había entre los escritos de Roberto Santucho y los de Milcíades Peña? Principalmente que este último – Peña – mantenía un planteo totalmente impregnado por el antiperonismo, ya que proponía la tesis que "Perón era un agente inglés".
El PRT adopta cierto tipo de explicaciones de Peña, pero no acepta completamente esa visión ya que en un escrito del PRT - "El peronismo, ayer y hoy" [Ediciones El Combatiente, agosto de 1971]- se plantea que se adopta la tesis de Peña, pero sin caer... en el "gorilismo de izquierda".
En los escritos del PRT emerge también la presencia de otra historiografía. Y esto sí llama poderosamente la atención. Es la historiografía de Bartolomé Mitre. ¿Por qué llama la atención? Pues porque como sabemos, la versión de Mitre constituye la versión oficial de la historia argentina, la que se enseña todavía hoy en las escuelas. Pero ¿qué adoptaban los militantes del PRT de esta historiografía tradicional?
Algo que, paradójicamente, resulta muy interesante: cómo estos historiadores burgueses reaccionarios (principalmente Mitre, aunque también deberíamos agregar a Vicente Fidel López, en el siglo XIX y Ricardo Levene en la primera mitad del siglo XX) describen la campaña del ejército de San Martín, cómo describen... la guerra de guerrillas. Realmente, si alguna vez lo pueden leer vale la pena, es hasta muy entusiasmante. Cuando ellos hablan del Ejército de los Andes, cuando San Martín envía a organizar una guerra de guerrillas en la retaguardia española, digamos que era muy "atractivo" para esta izquierda revolucionaria que se planteaba continuar la lucha inicial de San Martín y Bolívar..., y sobre todo el papel jugado en la lucha guerrillera contra los colonialistas españoles por Martín Miguel de Güemes, Juana Azurduy, y otros revolucionarios nuestros de principios del siglo XIX. Seguramente estos historiadores burgueses, de tradición liberal, todavía en el siglo XIX se podían dar el lujo de alabar aquellas campañas militares independientistas porque la tarea por delante que esta burguesía tenía entonces – segunda mitad del siglo XIX - era legitimar la construcción de un Estado-nación y construir los relatos fundantes de un origen heroico. Luego, en el siglo XX, sobre todo en su segunda mitad, ante le emergencia de una izquierda revolucionaria que se planteaba en primera instancia la lucha por el poder, ya no podían darse ese lujo...
Pero los compañeros del PRT supieron leer bien, leer entre líneas, en esa historiografía burguesa, en esa historiografía tradicional y reaccionaria y encontrar los relatos de aquel primer ejército continental de San Martín y sus compañeros.
Dicho como nota al pie: según recuerda Pombo [Harry Villegas Tamayo, sobreviviente de la guerrilla del Che en Bolivia, hoy general de brigada de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba], que luchó junto al Che Guevara en Cuba, en el Congo y en Bolivia, Guevara – al igual que el PRT - también le daba para leer a sus compañeros, a sus combatientes internacionalistas de Bolivia, los relatos de las guerras independientistas sobre Juana Azurduy y sus guerrilleros. También en esto Santucho fue un guevarista consecuente...
Otra fuente ideológica de la que se nutrió Santucho fue Lenin. Como era obvio, ya habiendo cortado amarras definitivamente con Haya de La Torre, Santucho empieza a tener una lectura mucho más leninista, más "clásica", si se quiere, sobre el papel de América Latina. La crítica explícita contra Haya de la Torre ya la formula Francisco René Santucho en su trabajo "Lucha de los pueblos indoamericanos" [publicado en 1963 en el periódico Norte Argentino]. Allí se plantea que los aciertos iniciales del APRA: "se ven traicionados ahora por la debilidad de su propio líder que ha entrado en compromisos con regímenes reformistas cómplices del imperialismo". A partir de esa ruptura con el populismo aprista se abre en el horizonte ideológico de Robi la posibilidad de apropiarse de la tradición teórico-política de Lenin.
Como ustedes saben, Lenin escribió en 1916 "El imperialismo fase superior del capitalismo" y ahí habla de nosotros, de la Argentina. Dice textualmente: "No sólo existen los dos grupos fundamentales de países – los que poseen colonias y las colonias --, sino también, es característico de la época, las formas variadas de países dependientes que, desde un punto de vista formal, son políticamente independientes, pero que en realidad se hallan envueltos en las redes de la dependencia financiera y diplomática. A una de estas formas de dependencia, la semicolonia, ya nos hemos referido. Un ejemplo de otra forma lo proporciona la Argentina [...] No es difícil imaginar qué sólidos vínculos establece el capital financiero – y su fiel «amiga», la diplomacia – de Inglaterra con la burguesía argentina, con los círculos que controlan toda la vida económica y política de ese país".
¿En qué se basaba Lenin para proporcionar semejante descripción y explicación de la Argentina? Pues una de sus tesis principales sostenía que el desarrollo del capitalismo mundial nunca es chato, ni plano, ni liso ni homogéneo. Los países y sociedades capitalistas no están en el mismo rango ni son equiparables entre sí, como hoy sostiene erróneamente, por ejemplo, Toni Negri en su Imperio cuando plantea que entre Estados Unidos y Brasil, la India e Inglaterra... "sólo hay diferencias de grado". Por el contrario, Lenin tenía la hipótesis de que el capitalismo a nivel mundial se expandía en forma asimétrica, según un desarrollo desigual que generaba países y sociedades metropolitanas y dependientes, cuyas diferencias no son sólo de grado – es decir: cuantitativas, mayor o menor cantidad de capitalismo y desarrollo -- sino que son diferencias cualitativas.
El PRT adopta esta tesis de Lenin, y plantea que el desarrollo interno del capitalismo argentino también es notoriamente desigual y origina zonas metropolitanas y zonas periféricas y/o dependientes. O sea que no es lo mismo el desarrollo del capitalismo en la Mesopotamia que en el Noroeste. Así, por ejemplo, en el folleto "El proletariado rural detonante de la revolución argentina" [Tesis políticas del FRIP, editado en 1964 en el periódico Norte Argentino] se sostiene que: "El imperialismo, al introducirse como factor estructural en el desarrollo de la economía argentina promoviendo la seudoindustrialización, ha acentuado los desniveles regionales, al desarrollar unilateralmente la zona portuaria en detrimento del Interior".
Obviamente, este tipo de caracterización se basaba en la teoría del desarrollo desigual de Lenin. Pero le agregaba un matiz específico cuando hacía referencia a la "seudoindustrialización". ¿De dónde tomaban esa visión tan crítica de la industria argentina? Pues de las tesis historiográficas de Milcíades Peña. No casualmente la primera de estas tesis políticas del FRIP, combinando la teoría del imperialismo de Lenin con la visión de Peña, sostenía que "La República Argentina es un país semicolonial seudoindustrializado". A continuación, la segunda tesis agregaba: "La burguesía nacional en su conjunto es incapaz de luchar por la liquidación de la dependencia de nuestra patria".
Así como Lenin defendía la tesis de que la explosión iba a surgir en "el eslabón más débil de la cadena imperialista", Santucho planteaba por analogía que en la revolución argentina el factor detonante era el proletariado azucarero, ya que el capitalismo del noroeste era de alguna manera "el eslabón más débil" dentro del capitalismo argentino.
Y también, junto a las categorías clásicas de Lenin, en el PRT se adoptaron en determinado momento categorías de León Trotsky quien, como ya habíamos planteado en las clases anteriores cuando analizábamos su influencia en la visión del Che sobre el capitalismo latinoamericano, en su Historia de la Revolución Rusa, plantea una hipótesis que denomina "ley del desarrollo desigual y combinado". ¿En qué consiste? Pues en que nunca existen países y sociedades capitalistas absolutamente homogéneos, compactos, con un solo modo de producción, sino que en realidad hay relaciones sociales de distintos modos de producción que están combinadas entre sí. Algunas predominan sobre otras, pero están combinadas. Puntualmente Trotsky sostiene que: "Azotados por el látigo de las necesidades materiales, los países atrasados vense obligados a avanzar a saltos. De esta ley universal del desarrollo desigual de la cultura se deriva otra que, a falta de nombre más adecuado, calificaremos de ley del desarrollo desigual y combinado, aludiendo a la aproximación de las distintas etapas del camino y a la confusión de distintas fases, a la amalgama de formas arcaicas y modernas". Trotsky la denomina "ley" pero en realidad – pensamos nosotros – habría que denominarla teoría del desarrollo desigual y combinado, ya que conjuga diversas hipótesis sobre el desarrollo histórico.
Entonces,– una vez superada la influencia del APRA y el indigenismo, a los que habría que agregar la influencia inicial de la Reforma Universitaria y de varios intelectuales que realizan conferencias en la librería de Santiago del Estero, dirigida por Francisco René -- en el pensamiento político de la dirección del PRT en general y de Mario Roberto Santucho en particular, se conjugan las categorías sociológicas de Silvio Frondizi, las historiográficas de Milcíades Peña, la teoría del marxismo revolucionario clásico de Lenin y Trotsky y, por supuesto, la enorme influencia de la revolución cubana y de la revolución vietnamita.
Sería muy largo de desarrollar y no tenemos tiempo, pero obviamente a todas estas influencias las moldeó y las amalgamó en el caso del PRT el guevarismo y el castrismo y también el pensamiento político de Ho Chi Minh y Giap.
Para adelantar y acortar –cronológicamente hablando- en nuestra exposición, agregamos que luego viene la ruptura con Nahuel Moreno y la fundación del ERP [Ejército Revolucionario del Pueblo], en el V Congreso en 1970, donde el PRT se divide en el "PRT - La Verdad" (encabezado por Moreno) y el "PRT - El Combatiente" (encabezado por Santucho),. Ambos grupos toman el nombre de acuerdo al periódico de cada uno.
Aunque tenemos que ser breves, me parece interesante prestarle atención al documento de la fundación del ERP. Las posiciones políticas de este documento se nutren de toda la tradición clásica del marxismo, que a su vez provienen de Clausewitz y de Maquiavelo.
Porque, a principios del siglo XVI, el teórico florentino Nicolás Maquiavelo sostenía en El príncipe y en los Discursos sobre la primera década de Tito Livio que para unificar Italia como una nación moderna, había que derrotar el predominio de Roma – El Vaticano – y también había que terminar con la proliferación de bandas armadas locales, los célebres condottieri [combatientes mercenarios]. Maquiavelo propone la formación de una fuerza militar republicana completamente subordinada al príncipe, es decir, al poder político. ¡Es la política, según Maquiavelo, la que manda sobre lo militar y no al revés!. Más tarde, a inicios del siglo XIX, el teórico prusiano Karl von Clausewitz vuelve a prolongar aquel pensamiento defendiendo que "la guerra es la continuación de la política por otros medios" [en su libro De la guerra]. A inicios del siglo XX, más precisamente en su exilio suizo durante la primera guerra mundial [entre 1915 y 1916] Lenin, mientras estudia la Ciencia de la Lógica de Hegel, lee y anota detenidamente De la guerra de K.v.Clausewitz. Lenin no es el único marxista en este sentido. Antonio Gramsci, en sus Cuadernos de la cárcel, más precisamente a inicios de la década de 1930, redacta "Análisis de situación y relaciones de fuerza", un pasaje de los Cuadernos de la cárcel donde sostiene que la lucha político-militar y la guerra constituyen un momento superior de las relaciones de fuerzas políticas, que enfrentan en una situación a las clases y fuerzas sociales.
Por lo tanto, en toda esta tradición de pensamiento político, que se remonta a la herencia republicana de Maquiavelo y, a través de la reflexión de Clausewitz, es adoptada por los clásicos del marxismo, LA LUCHA POLÍTICO-MILITAR ES LA PROLONGACIÓN DE LA POLÍTICA, NO AL REVÉS.
En los documentos de la fundación del ERP también aparece en primer plano UN ANÁLISIS POLÍTICO de donde se deduce la necesidad de LA LUCHA POLÍTICO-MILITAR y no al revés.
Creo que luego de años de propaganda burguesa que intentó demonizar a los revolucionarios argentinos y latinoamericanos, remarcar ese tipo de pensamiento específicamente POLÍTICO resulta hoy impostergable. Porque la generación de Santucho y sus compañeros y compañeras no se lanzaron a la lucha político-militar de manera "irracional", "demencial" o "mesiánica"...como acostumbran a escribir en los grandes medios de comunicación de masas. No estaban deseosos de adrenalina. No eran "jóvenes loquitos y aventureros" deseosos de vivir peripecias extrañas. Existía en ellos un tipo de análisis específicamente POLÍTICO, asentado como vimos muy sumariamente en un tipo de reflexión sociológica e historiográfica sobre las contradicciones del capitalismo argentino y la impotencia histórica de sus clases sociales dirigentes y dominantes. Creo que para poder desmontar la estrategia de descalificación de esa generación (a la que se le puso un cartelito que decía más o menos así: "Demonios subversivos" o también "Demonios terroristas"), tenemos que volver a pensar despacito, bien detenidamente, estas cuestiones.
Me parece entonces muy interesante focalizar la atención en una parte de esos documentos de fundación del ERP. Porque los que no vivimos aquella época nos sorprendemos cuando encontramos allí algo completamente inesperado... En esos documentos políticos aparece una crítica muy fuerte contra el foquismo y contra Regis Debray.
¿Quién es Regis Debray? Debray era un joven estudiante francés, discípulo del filósofo Louis Althusser, que vino a Latinoamérica y después escribió un artículo muy largo, en la famosa revista "Les Temps Modernes" de Jean Paul Sartre: "El Castrismo: la larga marcha de América Latina" . Entonces, este artículo les gustó mucho a los cubanos. Lo invitaron a Cuba, y ahí, en Cuba, escribe después un texto que pretende ser, digamos, la "síntesis teórica" de la revolución cubana. Un texto que hoy en día se utiliza para criticar a la revolución cubana y para denostar al Che Guevara. El texto de Debray se titula: "¿Revolución en la Revolución?". Allí Debray realiza una versión realmente caricaturesca de la revolución cubana. Sostiene, entre otras cosas, que en Cuba no hubo casi lucha urbana, que solamente hubo lucha rural, que la ciudad era burguesa mientras que la montaña era proletaria y que, por lo tanto, la revolución surge de un foco, de un pequeño núcleo aislado. Así, de este modo, Debray hace la canonización y la codificación de la revolución cubana en una receta muy esquemática que se conoce como "la teoría del foco". Esta versión de Debray de la revolución cubana es muy utilizada hoy en día para ridiculizar la teoría política del guevarismo...aún cuando el mismo Debray ya no tiene nada que ver con esta tradición, pues pasó a las filas de la socialdemocracia – en el mejor de los casos y siendo indulgentes con él... -.
Es cierto que la temática del "foco" está presente en los escritos del Che pero de una manera muy diferente a la receta simplificada que construye Debray. Nosotros creemos que en el Che los términos "foco" y "catalizador" –con los que el Che hace referencia a la lucha político-militar de la guerrilla, tienen un origen metafórico proveniente de la medicina (la profesión original del Che). El "foco" remite al...foco infeccioso que se expande en un cuerpo humano.
Pero, más allá de su origen metafórico, está muy claro que en el pensamiento político de Guevara la concepción de la guerrilla está siempre vinculada a la lucha de masas. Concretamente el Che sostiene que: "Es importante destacar que la lucha guerrillera es una lucha de masas, es una lucha del pueblo [...] Su gran fuerza radica en la masa de la población" [Ernesto Che Guevara: La guerra de guerrillas (1960)]. Más tarde, el Che vuelve a insistir con este planteo cuando reitera: "La guerra de guerrillas es una guerra del pueblo, es una lucha de masas" [Ernesto Che Guevara: "La guerra de guerrillas: un método", artículo publicado en Cuba Socialista, septiembre de 1963]. Pero para Debray esos planteos del Che eran sólo ...detalles insignificantes. No les dio ninguna importancia. Por eso construyó una visión caricaturesca de la lucha armada que, lamentable y trágicamente, fue posteriormente atribuida –post mortem- al Che...
Según recuerda el ya mencionado Pombo [Harry Villegas Tamayo] al Che Guevara no le gustó ¿Revolución en la Revolución? de Debray. Lo leyó cuando estaba en Bolivia (pues se publicó en 1967) y le hizo anotaciones críticas, reunidas en una libreta que se apropió el ejército boliviano junto con su mochila, luego de capturar al Che.
Pero, aún en el hipotético caso de que jamás puedan leerse o reconstruirse las notas críticas del Che hacia Debray, ya en aquella época dos militantes cubanos salieron públicamente a criticar la caricatura "foquista" de Debray [Simón Torres y Julio Aronde (posiblemente dos seudónimos de colaboradores del comandante Manuel Piñeiro Losada, alias "Barbarroja"): "Debray y la experiencia cubana". En Monthly Review N° 55, año V, octubre/1968.p.1-21]. Estos dos compañeros cubanos le critican abiertamente a Debray - ¡no ahora, en el año 2002, sino en 1968! - el haber simplificado la revolución cubana, el haberla convertido en una simple teoría del "foco" y el no haber visto en ella que junto a la guerrilla, en las ciudades luchaba el movimiento obrero, el movimiento estudiantil, etc. En suma, le cuestionaban - en particular - el total desconocimiento de la lucha urbana y - en general - la total subestimación de la lucha política, base de sustentación de toda lucha político militar. Esta es la principal crítica a la teoría del "foco" realizada en aquella época por los propios cubanos.
Por supuesto que, en la derecha, nadie se toma el trabajo de reconstruir todas esas críticas. Simplemente, se "entierra" rápidamente a los revolucionarios por ser "foquistas"...
Muy bien, entonces, en los documentos de nacimiento del ERP en la Argentina, encontramos una crítica muy inteligente y muy sugerente a Regis Debray y al "foquismo", a la errónea subordinación de la lucha política a la lucha militar. Me parece que esta crítica del PRT y de Santucho pasó desapercibida y, todavía hoy, se le atribuyen "foquismo" y/o "militarismo" como si la decisión de desarrollar en Argentina una lucha político-militar hubiese sido en la mente de Santucho y sus compañeros un delirio irracional y mesiánico y una subestimación del análisis específicamente político.
Piensen ustedes, que toda la tradición de Santucho siempre recibió esos ataques... "foquistas" y "militaristas" - se les dijo -..., cada vez que se habla de Santucho, se trata del... "foquismo". Lo mismo con el Che... "un gran revolucionario..., pero...foquista".
Sin embargo, en la propia fundación del ERP se hace una crítica muy dura al foquismo y se genera una crítica inteligente al militarismo. Porque una de las tesis centrales de Regis Debray consiste en que no hace falta formar un partido revolucionario. Solamente - plantea Debray -, hay que instalar un foco guerrillero...No hace falta la lucha política ni la lucha ideológica, sino tan sólo la lucha militar...Eso es el foquismo, eso es el militarismo.
Y, justamente, en estas tesis del PRT de 1970 y en estos documentos de fundación del ERP ["Resoluciones del V Congreso del PRT. Fundación del ERP" (29 y 30 de julio de 1970)] se plantea que no, que el eje prioritario siempre debe ser construir una organización política y de ahí, en todo caso, plantearse la lucha político-militar. Pero el eje debe ser la política. No puede haber confrontación político-militar ni lucha político- militar si no es a partir de un análisis específicamente POLÍTICO. Esta es la tradición de los clásicos del marxismo que se remonta a Clausewitz y, más atrás, a los escritos de Nicolás Maquiavelo.
Otra tesis que Santucho y el PRT le critican a Debray en este documento de la fundación del ERP es la supuesta primacía que Debray atribuye al "factor geográfico". Pensar que de la geografía se deduce una estrategia política...constituye un enorme error. En realidad no es así..., ni fue así la revolución cubana ni ninguna revolución latinoamericana. La geografía no determina la lucha política, es un error gravísimo. Cuando uno lo encuentra escrito no pasa nada, pero en política ese tipo de errores cuesta la vida de mucha gente, de muchos compañeros valiosos, de muchos revolucionarios.
Después, siempre en términos de extrema síntesis, nos encontramos con otros dos documentos. Uno se titula "Poder burgués, poder revolucionario" [Ediciones El Combatiente, 23 de agosto de 1974], redactado por Santucho, y el otro es "A los pueblos de América Latina" [publicado en Che Guevara N°1, Revista de la Junta de Coordinación Revolucionaria, noviembre de 1974], un documento colectivo firmado por el PRT-ERP en la Argentina, los Tupamaros en Uruguay, el MIR chileno y el ELN boliviano. ¿Que encontramos en estos documentos a nivel teórico y político? Nuevamente, aún a riesgo de repetir..., nos encontramos con un ANÁLISIS POLÍTICO. A partir de ahí se plantea la lucha revolucionaria continental..., ¡no eran "tira-tiros" irracionales ni "locos aventureros"!. Se plantea una visión de cómo funciona el sistema de dominación política de las clases opresoras en América Latina y se plantea también qué sucede en el seno del campo popular y sobre todo, en LA CONCIENCIA política de las clases subalternas y explotadas.
Entonces, avanzando un poco más en detalle: el análisis político condensado en "Poder burgués y poder revolucionario" se estructura a partir de una metáfora espacial que dibujaría qué pasa "arriba" y qué sucede mientras tanto "abajo". La reflexión de Santucho gira alrededor de un análisis político del arriba y del abajo o, en otros términos, de las clases dominantes y de las clases subalternas.
Para analizar las clases dominantes aparece en los escritos de Santucho la categoría de "bonapartismo". Esta es una tesis muy fuerte de Santucho, que - me parece - en algún sentido está bastante vigente todavía hoy en día: La historia argentina se mueve con un movimiento pendular entre dos formas políticas de dominación burguesa: o la república parlamentaria o el bonapartismo militar.
Nuestra historia fue, lamentablemente, así. No casualmente el Che Guevara reclamaba en uno de sus escritos "maduros" - dentro de su corta vida política - que: "Hoy por hoy, se ve en América un estado de equilibrio inestable entre la dictadura oligárquica y la presión popular. La denominamos con la palabra oligárquica pretendiendo definir la alianza reaccionaria entre las burguesías de cada país y sus clases de terratenientes [...] Hay que violentar el equilibrio dictadura oligárquica- presión popular" [Ernesto Che Guevara: Guerra de guerrillas: un método, septiembre de 1963]. Tengamos presente que cuando el Che emplea la expresión "dictadura oligárquica", como él mismo aclara, no está pensando en una dictadura de los terratenientes y propietarios agrarios a la que habría que oponer una lucha "democrática" o un "frente nacional" incluyendo dentro de ellos no sólo a los obreros, campesinos y capas medias empobrecidas sino también a la denominada "burguesía nacional". No, por el contrario, el Che es bien claro. Lo que existe en América Latina es una alianza entre los terratenientes "tradicionales" y las burguesías "modernizadoras". La oposición no pasa entonces por oponer artificialmente tradición versus modernidad, terratenientes versus burguesía industrial, oligarquía versus frente nacional. Su planteo es muy claro - se puede compartir o no, pero es muy claro -: "No hay más cambios que hacer; o revolución socialista o caricatura de revolución" [Ernesto Che Guevara: "Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental", en Suplemento especial de Tricontinental, 16 de abril de 1967].
Pensemos detenidamente en la importancia de estas palabras del Che sobre el equilibrio inestable entre ambos polos pendulares (la dictadura oligárquica, basada en la alianza de terratenientes y burgueses "nacionales", por un lado, y la presión popular, por el otro). Reflexionemos sobre la importancia de estas categorías de Santucho acerca de las dos formas políticas alternativas de dominación de la burguesía argentina.
Ninguno de los dos - Guevara y Santucho - dice "democracia o dictadura", como rezaba la consigna de Raúl Alfonsín en 1983 [cuando se termina la dictadura militar en la Argentina]. No. La alternativa es continuar bajo dominación burguesa en sus diferentes formas o la revolución socialista. Pues para el Che: "No debemos admitir que la palabra democracia, utilizada en forma apologética para representar la dictadura de las clases explotadoras, pierda su profundidad de concepto y adquiera el de ciertas libertades más o menos óptimas dadas al ciudadano. Luchar solamente por conseguir la restauración de cierta legalidad burguesa sin plantearse, en cambio, el problema del poder revolucionario, es luchar por retornar a cierto orden dictatorial preestablecido por las clases sociales dominantes: es, en todo caso, luchar por el establecimiento de unos grilletes que tengan en su punta una bola menos pesada para el presidiario" [Ernesto Che Guevara: Guerra de guerrillas: un método, septiembre de 1963].
Cuando Santucho quiere explicar las DIVERSAS FORMAS POLÍTICAS DE DOMINACIÓN que emplea la clase dominante argentina, su planteo específico es: o república parlamentaria (que no es lo mismo que democracia...) o bonapartismo militar.
¿De dónde extrajo Santucho esta hipótesis? Obviamente su inspiración inmediata es el Che Guevara, pero en su formulación más general, la extrae de un libro de Carlos Marx. Por eso habíamos dicho la otra vez que para entender a fondo al Che, además hay que estudiar al mismo tiempo a Marx. Nosotros creemos que para entender a fondo a Santucho y sus planteos políticos, también hay que estudiar a Marx.
Marx escribió entre diciembre de 1851 y marzo de 1852 un pequeño librito (brillante, realmente vale la pena leerlo...) titulado "El 18 Brumario de Luis Bonaparte". Allí Marx propone una hipótesis política: en Francia, luego de la derrota de la revolución de 1848, un dictador da un golpe de Estado y se queda dos décadas al frente del gobierno francés. Este dictador era un personaje secundario rodeado de lúmpenes que gracias al liderazgo del ejército se convierte en determinado momento de Francia en una especie de "árbitro" de los conflictos sociales. Una especie de "juez equidistante", que viene a solucionar y a moderar los conflictos. Entonces, como este personaje - que Marx detestaba - se llamaba Luis Bonaparte (sobrino de Napoleón) la tradición marxista, empezando por Marx y de ahí en adelante, convirtió en categoría teórica ese análisis político y lo transformó en el concepto de "bonapartismo".
Este concepto teórico es muy útil. Porque muchos de los problemas que intenta resolver y explicar vuelven a suceder hoy en día. Pensemos en la figura pretendidamente "mítica" del coronel Seineldín [militar genocida carapintada, instructor en las escuelas de contrainsurgencia en Centroamérica, reivindicado actualmente por algunos grupos nacionalistas en Argentina], que está, supuestamente, "más allá de los conflictos" y que vendría a resolver esta necesidad de la "figura fuerte y con carisma"... Otra vez nos encontramos con el reclamo de un papel que debería - supuestamente - cumplir el ejército... que vendría a "poner orden", a "mediar entre las partes en pugna"...
Esta situación está presente en la situación argentina de hoy. Ese tipo de reclamos vuelve a resurgir en importantes sectores del movimiento popular también, fuertemente trabajados por el populismo nacionalista.
En su análisis de Luis Bonaparte y de la situación francesa de aquel período, Marx plantea elementos fundamentales de su teoría política. Entre muchas otras cosas allí sugiere que la lucha de clases nunca se da entre clases homogéneas, como por momentos sugiere "El Manifiesto del Partido Comunista" [1848]. En realidad, en una formación social concreta, las clases se fraccionan en la lucha, se realizan alianzas entre ellas y se establecen formas de representación política cambiantes según la coyuntura.
Por otra parte, en "El 18 Brumario" Marx plantea que la mejor forma de dominación política de la burguesía es "la república parlamentaria". Para Marx república parlamentaria no es sinónimo de democracia, como nos quiere hacer creer el liberalismo. La república parlamentaria no garantiza "la libertad" sino que constituye una FORMA DE DOMINACIÓN. A diferencia de la monarquía o de la dictadura militar (donde un solo sector de la burguesía domina) en la república parlamentaria es el conjunto de la burguesía el que domina a través del Estado. Digamos que, según Marx, la república parlamentaria licúa los intereses particulares de las distintas fracciones de la burguesía, alcanzando una especie de "promedio" de todos los intereses de la clase dominante en su conjunto y, de este modo, logra una DOMINACIÓN POLÍTICA GENERAL, esto es: anónima, impersonal y burocrática.
En "El 18 Brumario de Luis Bonaparte" Marx también agrega que cuando la situación política "se desborda" por la indisciplina y la rebelión popular, la vieja maquinaria republicana (con sus partidos, su Parlamento, sus jueces, su prensa "independiente", etc.) ya no alcanza para mantener la dominación. En esos momentos de crisis aguda, los viejos partidos políticos de la burguesía ya no representan a esa clase social. Quedan como "flotando en el aire" y girando en el vacío. Entonces emerge otro tipo de liderazgo político para representar a la clase dominante: la burguesía deja de estar representada por los liberales, los constitucionalistas o los republicanos y pasa a estar representada por el Ejército y las Fuerzas Armadas que, de este modo, se constituyen en "El Partido del Orden". El Ejército entonces aparece en la arena política como si...fuera a equilibrar la situación catastrófica, pero en realidad...viene a garantizar la reproducción de la DOMINACIÓN POLÍTICA de la burguesía.
Mario Roberto Santucho se apropia de este análisis político de Marx y trata de utilizarlo para comprender la compleja historia política de nuestro país y también la situación argentina de los años '70.
Podemos empezar destacando el modo cómo Santucho analiza a ese gran protagonista de nuestra historia política: las Fuerzas Armadas. ¿Que dice Robi de las Fuerzas Armadas?
Pues que son un Partido Militar. Esto es muy, pero muy, importante. En ningún momento Santucho sostiene que son simplemente un grupo de "tira-tiros". ¡NO!, las Fuerzas Armadas son... un partido político. Un partido que viene a reemplazar al clásico partido político burgués, por definición. Esta hipótesis sociológica e historiográfica ya está presente en los escritos de Silvio Frondizi, en los de Abelardo Ramos, etc. (aunque en Frondizi y en Ramos esa misma hipótesis juega un papel explicativo diametralmente opuesto entre sí).
Roberto Santucho se hace cargo de esa hipótesis y plantea que en la Argentina las Fuerzas Armadas vienen a reemplazar ese partido burgués ausente..., porque el partido burgués en Argentina no puede dar cuenta de la situación política..., y entonces Robi analiza al peronismo como... "bonapartismo".
Pensemos bien la diferencia: sostener que el peronismo es bonapartismo (el peronismo histórico de 1945 en adelante..., no el de Menem), es algo muy diferente a lo que planteaba, por ejemplo, Victorio Codovilla [líder histórico del Partido Comunista Argentino desde 1928 hasta su muerte en 1970]. Codovilla decía: "el peronismo es fascismo", en un folleto del año 1946 titulado "Batir al Nazi-Peronismo".
Robi Santucho tiene una visión un poco distinta, mucho más matizada, por eso decía que no cae en ese "gorilismo de izquierda", pero... tampoco acepta las posiciones de Rodolfo Puiggrós [historiador comunista que se hace peronista en la segunda mitad de los años '40 y que luego se convertirá en uno de los principales intelectuales de la izquierda peronista durante los '60 y '70] , o de Abelardo Ramos [uno de los principales intelectuales - de origen trotskista - que adhieren al peronismo constituyendo la corriente política e historiográfica autobautizada como "izquierda nacional"], y otros. ¿Qué decían Puiggrós, Ramos, Hernández Arregui y otros ensayistas peronistas? Pues que "el peronismo es «LA Revolución» en la Argentina".
Entonces, según el análisis de Santucho...el peronismo no es ni revolución, ni nazismo, sino... bonapartismo. Es decir: una figura militar fuerte, que aparece como "árbitro" entre las clases sociales y que viene a "poner orden"...aunque, siempre en última instancia, termina poniendo orden...para el mismo lado. Para la derecha, para la burguesía.
Antonio Gramsci, que - según me parece - no aparece explícitamente en estos análisis de Santucho, para explicar los mismos fenómenos de crisis económica y política, pensando en situaciones donde las clases sociales se separan de sus viejos partidos políticos y a la burguesía comienza a representarla el Partido Militar, utilizaba una categoría emparentada con la de "bonapartismo". Gramsci empleaba el concepto de "cesarismo".
Aunque en Marx la categoría de "bonapartismo" siempre tiene un contenido negativo. Mientras que para Gramsci puede haber un "cesarismo" progresivo o regresivo, según contribuya a hacer avanzar o no a los sectores populares en las relaciones de fuerzas. A diferencia de Marx, León Trotsky, en su exilio mexicano, utiliza en el mismo horizonte de Gramsci esta visión donde puede haber un "bonapartismo progresivo" o "regresivo", según contribuya o no a la lucha de clases. Explícitamente Trotsky utiliza la categoría de "bonapartismo progresivo" para referirse al gobierno populista de Lázaro Cárdenas [presidente de México a fines de los años '30], ya que a pesar de ser un gobierno burgués, para enfrentar al imperialismo y nacionalizar el petróleo mexicano, Cárdenas se apoya en los sectores populares y en la clase obrera mexicana. Abelardo Ramos apela a este análisis de Trotsky para caracterizar como "bonapartismo" al peronismo en un sentido positivo y apologético, mientras que Silvio Frondizi - mucho más afín al análisis de Marx -emplea el término en su significado negativo, para cuestionar el carácter supuestamente "progresista" de la burguesía nacional argentina y del peronismo.
Mario Roberto Santucho utiliza la categoría de "bonapartismo" en la misma perspectiva de Silvio Frondizi, con un fuerte contenido crítico, y recurriendo a un tipo de análisis político que bebe directamente en "El 18 Brumario de Luis Bonaparte". Pero no sólo lo emplea para explicar la aparición del peronismo histórico - el del primer peronismo de la década del '40 - sino también para describir la emergencia recurrente de los militares argentinos a lo largo de toda nuestra historia como el "Partido del Orden", en tanto Partido Militar, es decir, en tanto auténtico partido político de la burguesía argentina.
Todo esto vale para el análisis de Santucho sobre qué sucede con el bloque político y social de "los de arriba"...
Ahora bien, ¿qué pasa con "los de abajo"?
Al mirar el capitalismo "desde abajo", desde su clases explotadas, Robi recorre la historia del movimiento obrero argentino y plantea los orígenes del movimiento obrero clasista en nuestro país, identificando tres corrientes: el anarquismo, que fue la más importante, el socialismo y el comunismo. Santucho y el PRT se hacen cargo de la tradición comunista. Es decir que Robi reivindica al comunismo hasta un determinado período de la historia, a partir de ahí el comunismo pierde la hegemonía sobre el movimiento obrero local, desdibuja su política revolucionaria, diluye su clasismo y aparece en el seno de las clases subalternas este fenómeno político que todavía nos marca hoy en día, que es el peronismo.
Entonces, a partir de ahí, Santucho sostiene cuáles son los dos desafíos del movimiento popular - a mí, personalmente, me parece que este desafío sigue pendiente hoy, en 2002, aunque presente en nuestra época nuevos ropajes, nuevos personajes y nuevos escenarios -:
a) Por un lado, el populismo (Santucho también lo denomina "nacionalismo burgués", que consiste en confundir a toda la Nación como si fuera parte del pueblo, meter a la burguesía nacional como parte del pueblo, y pensar que el enemigo está solo fuera del país),
b) Por otro lado, el reformismo (Robi lo encuentra y lo identifica principalmente en el partido comunista, así como el principal exponente del populismo, dentro del campo popular, eran en su opinión de aquel momento, los Montoneros).
Aquí se torna importante pensar y reflexionar en qué medida este movimiento pendular de diversas formas políticas con que se ejerce la dominación política en nuestro país (república parlamentaria o bonapartismo militar), para explicar el comportamiento de las clases dominantes; y este desafío (el de las variadas y renovadas formas del populismo y/o el reformismo) para la experiencia y la conciencia política de las clases populares, explotadas y subalternas, sigue o no vigente en la actualidad. Eso hay que discutirlo a fondo.
Para nosotros, esta situación no se ha cancelado en el pasado. Adquiriendo nuevas modalidades y ritmos diferentes, insertas ambas en el ciclo de la actual mundialización del capital, sigue existiendo en nuestra sociedad la posibilidad latente de que a la agonizante república parlamentaria -¡qué se vayan todos!, mediante- la suceda una nueva forma de bonapartismo militar. Esa posibilidad no está sepultada, depende de la relación de fuerzas y de la iniciativa de los piqueteros, de los obreros que ocupan fábricas, de los asambleístas y de diversos sectores movilizados. Por otra parte, dentro del campo popular, vuelven a aparecer los intentos reformistas y/o populistas para encauzar la rebelión popular dentro de los moldes del sistema.
Por eso, como conclusión, pensamos que el mejor homenaje que hoy le podemos hacer a Robi Santucho es intentar continuar ese tipo de mirada sobre nuestro país, ese tipo de análisis y de intervención política para que su figura no se convierta en nuevo mito inoperante, vacío, hueco, fantasmal.
Al rescatar para nuestro presente la figura de Santucho, no podemos volver a cometer los errores en los que cayó Regis Debray cuando torpemente pretendió esquematizar la revolución cubana subestimando la política. De la misma manera, no podemos caer en la tentación de esquematizar la vida y la praxis de Robi Santucho convirtiéndolo en una caricatura de lo que realmente fue, en un "tira-bombas" irracional, demente, foquista y tristemente aventurero, como sostiene la derecha.
Si bien la historia nunca se repite, creemos que muchos de sus análisis siguen siendo útiles para ubicarnos y para actuar en la movediza y cambiante situación política actual. Para nosotros Robi no es un "cadáver prestigioso". No, por el contrario, es alguien cuyo pensamiento y cuyo ejemplo están vivos y nos son muy, pero muy útiles, en el presente.
Quedaría para otra oportunidad analizar la política cultural de Santucho y del PRT, que la tuvieron, con tensiones, pero la tuvieron... aun cuando muchas veces se desconoce. Aunque lo hemos hecho en algún trabajo ["Mario Roberto Santucho: Del intelectual orgánico al cuadro combatiente". En De Ingenieros al Che. Bs.As., Biblos, 2000. p.275-288], hoy ya no queda tiempo.
Pero no quería terminar sin dejar de remarcar el eje que - desde nuestra humilde opinión - vertebra toda la vida, todo el pensamiento y toda la praxis del Che Guevara, de Robi Santucho y de los y las guevaristas de Argentina que dieron su vida por la revolución socialista latinoamericana y mundial.
Esto es: que la lucha político-militar y el enfrentamiento material con el enemigo – inevitables en algún momento del proceso revolucionario, si es que no somos ingenuos y creemos que la burguesía nos va a ceder graciosamente el poder - están siempre mediados, es más, están siempre precedidos, por un ANÁLISIS POLÍTICO y por un estudio riguroso de nuestro país y de nuestro continente. Esta es la principal conclusión que las nuevas generaciones no debemos nunca olvidar ni perder de vista. ¡La política es lo que define el pensamiento revolucionario de Santucho y el pensamiento del Che!.
Muchas gracias. Le damos entonces la palabra al compañero Daniel De Santis.




Daniel De Santis:
Cuando los compañeros Claudia y Néstor me invitaron a participar de esta clase, me entusiasmó mucho el carácter de la invitación, ya que era a reflexionar, a debatir acerca del pensamiento de Mario Roberto Santucho y de la experiencia del PRT, de esta expresión del guevarismo, acá, en la Argentina. Esto me puso muy contento, y lo que voy a decir ahora es un elogio, pero por favor no lo tomen como una cuestión de compromiso.
Cuando, con motivo de la preparación de esta clase, estaba repasando algunos trabajos hechos por compañeros de militancia del Partido, algunos muy famosos como "Todo o Nada" [María Seoane: Todo o Nada. La historia secreta y la historia pública del jefe guerrillero Mario Roberto Santucho. Buenos Aires, Planeta, 1993], u "Hombres y mujeres del PRT-ERP" [Luis Mattini: Hombres y mujeres del PRT-ERP. Buenos Aires, Contrapunto,1990. Segunda edición ampliada y publicada con subtítulo: De Tucumán a La Tablada. Buenos Aires, Campana de Palo, 1995], me sorprendí ante la falta de fidelidad con los hechos históricos, la falta de fidelidad con las ideas, con los principios del PRT... realmente es sorprendente que compañeros que hayan militado en la misma organización que militamos nosotros, estén dispuestos a rendir un tributo tan grande al enemigo de clase, para poder encontrar un lugar a la sombra del sistema capitalista.
El elogio es el siguiente: la intervención que hizo Néstor es, desde mi punto de vista, exacta, brillante, correcta, y esto me pone doblemente contento porque hasta ahora, ¿uno con qué se encontraba?
Se encontraba con que tenía que salir a desmentir a los mentirosos o desmemoriados, a los tergiversadores, a rescatar la verdadera realidad histórica, tanto práctica como teórica, lo que dejaba poco margen para una serena reflexión. Un poco el origen de este trabajo [A vencer o morir. PRT-ERP Documentos. Selección e Introducción de Daniel de Santis. Buenos Aires, Editorial Universitaria de Buenos Aires- EUDEBA, 1998 (Tomo I) y 2000 (Tomo II)] fue el salir al cruce de esto. Porque antes de que volvieran a salir estos documentos, uno conocía cinco o seis trabajos acerca de nuestra historia, ninguno de los cuales, para mí, reflejaban la realidad. Entonces se me presentó la disyuntiva de escribir un libro (no soy escritor ni historiador) lo que iba a ser un trabajo muy grande, y en el mejor de los casos que me saliera bien iba a ser una versión más, la sexta o séptima. Entonces en lugar de escribir una historia sobre el PRT, preferí que hablaran los documentos directamente.
Luego aparecieron los trabajos de Pablo Pozzi [Pablo Pozzi y Alejandro Schneider: Los "setentistas". Izquierda y clase obrera (1969-1976). Bs.As., EUDEBA, 2000 y Pablo Pozzi: "Por las sendas argentinas..." El PRT-ERP. La guerrilla marxista. Buenos Aires, EUDEBA, 2001] que están en concordancia con la realidad.
Bueno, al principio no fue fácil hacerlo, porque hubo que conseguir los documentos. Llevó tiempo hacerlo. Después ya fue más fácil, porque para un compañero que fue militante del partido no era tan difícil hilvanar histórica y lógicamente estos documentos que había leído "en caliente", en la práctica; que había estudiado, que había sido protagonista de esto. Entonces esto no fue muy difícil para mí, pero creo que para un historiador hubiese sido un trabajo muy difícil, y algunas cosas, quizás, no las podría haber hecho.
Porque para recopilar los documentos no me basé solamente en la cuestión de análisis histórico o cuestiones lógicas sino que además de eso me basé en vivencias personales, en anécdotas, entonces un hecho que era contado en la vida interna del partido, aunque yo no lo hubiese vivido, sabía que había hecho historia.
Por ejemplo los diputados obreros al parlamento capitalista del año '65, era una historia que se contaba en los '70, entonces esto para mí era importante. O el celo que puse en encontrar las Cuatro tesis sobre el norte argentino, mítico documento que nunca habíamos visto pero al que se lo mencionaba. O la actuación de la Coordinadora de las Comisiones de Resistencia de Villas y Barrios en la huelga petrolera del '66, o el artículo donde se informa del asesinato de un compañero con el que había militado en una agrupación estudiantil ligada al Partido, el revolucionario internacionalista Gerardo Alter, caído en Uruguay integrando la organización hermana Tupamaros y otras cosas que a uno le vienen producto de la práctica.
Por ejemplo, hay un artículo de El Combatiente [periódico del Partido Revolucionario de los Trabajadores] que, tal vez, hubiese pasado desapercibido para un historiador, que es cuando se constituye el Cuerpo de Delegados de todos los trabajadores mecánicos de Córdoba. Es un artículo cortito, sindical podría ser. Pero esta organización, el cuerpo de delegados de un sector de la industria es una organización terriblemente poderosa, tan poderosa era que fue el eje de las movilizaciones de la clase obrera cordobesa a partir del año '73 que fue cuando se constituyó este cuerpo de delegados.
En Tucumán, el Congreso de Delegados Seccionales de la FOTIA (Federación Obrera Tucumana de la Industria Azucarera) tenía la misma característica y había sido el eje organizativo de las luchas, durante años, del proletariado azucarero.
Entonces, para volver a lo que decía al principio, la invitación a esta Cátedra nos pone en un compromiso nuevo: que además de rescatar le verdad histórica ahora tenemos que elevar el análisis político.
Y esto es lo que yo me he propuesto. ¿Por qué? Porque creo que la historia y práctica del PRT, (y de Santucho como su principal dirigente y teórico) fue la expresión más alta del desarrollo del marxismo revolucionario (Marxismo-Leninismo) y lo que es su sinónimo, el guevarismo en la Argentina. Creo que las luchas que se desarrollen en la actualidad y en adelante, tienen que establecer un vínculo, una continuidad. Los militantes que participen en ellas tienen que conocer, estudiar y nutrirse de esta historia.
Pero para hacerlo, el primer paso es conocer la verdad de esta historia. Acá hemos dado un paso importantísimo, estamos planteando la verdadera historia, entonces ahora podemos reflexionar, hasta me animaría a reflexionar autocríticamente en este marco. Porque hasta ahora, uno ha tenido que jugar el papel antipático, soberbio y pedante de decir "yo no me autocritico de nada".
Pero hay que rescatar a la autocrítica como una herramienta revolucionaria para corregir los errores, y luego volver a la práctica con mayor acierto para transformar revolucionariamente la sociedad.
Esta herramienta de la autocrítica, ha sido desnaturalizada, la han transformado en otra cosa que ni siquiera es, porque en una época se decía que era el golpearse el pecho del "yo, pecador" cristiano.
Esto es peor todavía, esto se ha transformado en la rendición, en el levantamiento cotidiano de la bandera blanca de rendición ante el enemigo de clase.
Entonces hay que dejar de lado esta forma culposa de autocrítica, y no encontrar elementos de soberbia en esta desesperada búsqueda para recuperar las herramientas revolucionarias que nos ha arrebatado el enemigo de clase.
Entonces, el punto de partida que tomaba es "no nos arrepentimos de haber luchado". Vuelvo a repetir, en esta clase de hoy me permitiría empezar a ser autocrítico, porque estamos planteando el tema en otro nivel, en un nuevo nivel en el que hasta ahora no había tenido la suerte de participar.
Cuando se unifican el Frente Revolucionario Indamericanista Popular (FRIP) y Palabra Obrera a principios de 1965 (el 31 de enero queda constituido el Partido Unificado de la Revolución), se le pone el nombre de Partido Revolucionario de los Trabajadores y se realiza el primer Congreso el 25 de Mayo, fecha patria que tenía que ver con la concepción política, el FRIP se había fundado... el 9 de Julio de 1961 [El 25 de mayo de 1810 se produce en Buenos Aires la revolución de mayo y la constitución de la Primera Junta, el primero gobierno patrio; el 9 de julio de 1816 el Congreso de Tucumán declara la independencia frente a España].
Se funda el PRT con la idea de formar un partido revolucionario que asuma las tareas pendientes de la revolución en nuestro país. Una de ellas, muy importante, era la cuestión de la lucha armada, que se planteaba ya en ese momento por el influjo del castrismo, como se lo denominaba en aquel momento. Ahora decimos guevarismo ya que cae más simpático, la burguesía nos permite hablar más de guevarismo que de castrismo, pero bueno, nosotros siempre sostuvimos que son sinónimos, que nunca hubo diferencias, que siempre fue la misma concepción revolucionaria surgida a raíz de la Revolución Cubana.
Hasta que llegamos al año '68 donde comienza a plantearse ya con profundidad una diferencia dentro del PRT, acerca del comienzo de la preparación de la lucha armada. En el año '66 se había producido un golpe militar, el del general Onganía y la cuestión del enfrentamiento a la dictadura estaba a la orden del día.
Los obreros azucareros habían desarrollado importantes luchas, en las cuales el PRT había tenido destacada participación. Luchas de características parecidas a las que estamos viviendo en estos días, con la diferencia que en vez de ser sectores de trabajadores desocupados eran obreros de los ingenios. Huelgas con cortes de ruta, con enfrentamientos con la represión. Los militantes del PRT comenzaban a utilizar clavos "miguelito" (de tres puntas, para que quede una siempre para arriba), bombas "Molotov", y dentro de las filas del PRT, fueron los obreros azucareros de Tucumán los que llegaron a la dirección de la Regional Tucumán del Partido planteando que era necesario darse nuevas formas de organización, porque veían que se había producido el cierre de los ingenios y que eran superados por las fuerzas represivas que tenían mayor capacidad técnica y organizativa.
Por lo tanto cuando se realizó el Cuarto Congreso del PRT, este tema fue más importante, al punto que las resoluciones del Congreso, desde el primer renglón, comienzan el prólogo diciendo que:
"Nada estuvo más alejado de las preocupaciones de los «marxistas» argentinos –hasta el presente- que el problema del poder y la lucha armada. . .".
Este es el punto fundamental que va a diferenciar, desde su nacimiento y durante toda su trayectoria, al PRT y a Santucho del resto de la izquierda, tanto tradicional como de la nueva izquierda.
Porque si bien el PRT siempre fue un partido de izquierda, a la palabra "izquierda" no la sentíamos que fuera la que más nos representara. Nosotros preferíamos llamarnos revolucionarios, marxistas-leninistas, socialistas, comunistas, guevaristas, pero izquierda no nos gustaba mucho, porque no nos sentíamos identificados con las concepciones reformistas del resto de la izquierda a la cual obviamente sí pertenecíamos.
Entonces, ¿cómo plantea el PRT la cuestión del poder y de la lucha armada? Plantea la necesidad de construir cuatro herramientas estratégicas.
1) Un partido revolucionario definido ideológicamente como marxista-leninista, construido fundamentalmente en la clase obrera industrial. Ésta es una cuestión también que habría que hacer alguna matización, porque en el afán de criticar al PRT se ha dicho que, y se lo ha criticado tanto porque, no le daba suficiente importancia al proletariado industrial; o se lo ha criticado también porque rescataba la importancia que tenía el proletariado rural y el campesinado. Es cierto que hubo una evolución en la concepción de Santucho alrededor del papel de los distintos sectores que componían el proletariado argentino y esto ha quedado registrado en los documentos partidarios. A principios de 1964 se editó un documento escrito a fines del 63', que aparece en el primer tomo del libro [A vencer o morir. PRT-ERP Documentos. Obra citada] que se llama "El proletariado rural detonante de la Revolución Argentina". Este es un documento del FRIP, escrito por Mario Roberto.
A principios del '63 el FRIP había publicado otro documento escrito por Francisco René Santucho, acerca de la Lucha de los Pueblos Indoamericanos subtitulado Antiimperialismo e Integración y un año después, como ya dijimos, aparece el documento escrito por Mario Roberto. Lo que nos han contado los compañeros es que, como bien dijo Néstor, Mario Roberto fue influido y formado fundamentalmente por Francisco René, un hermano algunos años mayor, que tenía su formación más en el nacionalismo. Que había evolucionado hacia posiciones más avanzadas, bajo la influencia del APRA de Haya de la Torre y no le era indiferente la influencia de la Revolución Cubana.
Pero cuando Santucho se casa y viaja por América Latina, va hasta EE.UU y finalmente tiene la oportunidad de asistir en Cuba a la Segunda Declaración de la Habana, cuando es proclamado el carácter socialista de la Revolución. Esta experiencia lo impactó y cuando volvió a la Argentina en el año '62, comenzó un debate teórico con su hermano mayor y mentor Francisco René. Por características personales y convicción, lo que cuentan es que en este debate familiar se impuso la concepción de Mario Roberto, y el FRIP va evolucionando desde una visión indoamericanista hacia una visión marxista-leninista.
Y la expresión de este viraje inicial hacia el marxismo-leninismo es este documento que hace mención al proletariado rural como factor detonante de la revolución en la Argentina. Ahí, en ese documento, se plantea con absoluta claridad el carácter de Argentina como un país semicolonial, seudo-industrializado. Esta es una caracterización que se diferenciaba bastante de otras que realizaban algunos sectores de la izquierda.
Uds. habrán sentido hablar de los procesos de "sustitución de importaciones" [tesis de historiografía económica que postula que la Argentina cambia su modelo económico a partir de 1930 y comienza a sustituir importaciones a partir de una elaboración industrial propia]. Esto, algunos sectores de la izquierda, lo veían como un desarrollo económico, a partir de la burguesía industrial argentina, con contradicciones con el imperialismo.
En cambio aquí Santucho, plantea que en la Argentina hay una seudo- industrialización, que es una industrialización impulsada por el mismo imperialismo en mucho de los países atrasados de América Latina y el Tercer Mundo. En esto hay una coincidencia total con el planteo surgido a partir de la Revolución Cubana y que lo expresa claramente el Che en el documento "Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental", cuando dice que: "... las burguesías nacionales autóctonas han perdido toda su capacidad de oposición al imperialismo" y aclara "si alguna vez lo tuvieron y sólo forman su furgón de cola", y finaliza en forma contundente "no hay más cambios que hacer: o Revolución Socialista o caricatura de Revolución".
Bueno, este planteo es asumido por Santucho ya a principios de 1964. Plantea también, claramente, el carácter no revolucionario de la burguesía nacional. Yo creo que en este primer documento es donde con más claridad está definido el concepto de burguesía nacional.
Al concepto de burguesía nacional lo plantea como la burguesía de un país, de la burguesía nacional argentina. Esa burguesía nacional está integrada por distintos sectores, los sectores más concentrados de la economía o sea la burguesía monopolista y, otros sectores medios. Plantea que la burguesía nacional es un aliado estratégico del imperialismo y que realiza su ganancia capitalista, como clase burguesa, en esa alianza con el imperialismo. Y dice Santucho que en determinados momentos de la lucha los sectores pequeños, y aún medianos, de la burguesía pueden llegar a ser acaudillados por la clase obrera y otros sectores populares en el desarrollo de la lucha revolucionaria. Pero en ningún momento habla de una burguesía nacional antiimperialista.
Este es un concepto fundamental para aclarar, porque acá hay un contrabando ideológico del populismo, del reformismo, de las distintas corrientes no revolucionarias, tanto del peronismo como de la izquierda. Se ha inventado un concepto de "burguesía nacional antiimperialista" con la cual la clase obrera debería hacer una alianza estratégica en la lucha contra el imperialismo.
Esta concepción planteada por el PRT, por Santucho, por Silvio Frondizi, Milcíades Peña, era una concepción minoritaria dentro de la izquierda argentina, pero que empieza a tomar cuerpo político a través del desarrollo del PRT como organización.
Volviendo al tema de los distintos sectores de la clase obrera, que no terminé de aclarar. Santucho, al principio sí, plantea al proletariado rural como detonante de la revolución argentina, pero ya en 1968 y todavía más claramente a partir de 1970 plantea teóricamente e impulsa prácticamente, lo que es mucho más importante, que el proletariado industrial es la vanguardia de la clase obrera y el pueblo argentino. Yo he leído en estos días -30 años después- que se le atribuye a Santucho que tenía una visión ruralista y que despreciaba a la clase obrera industrial...
Esto es absolutamente falso, una mentira total, acá no hay equivocación, no hay confusión, esto está dicho deliberadamente para opacar la figura de Santucho. Los que hemos sido militantes del PRT sabemos que no es así, nos hemos formado en otra cosa y hemos practicado otra cosa. Lo que ocurre que Santucho era santiagueño; estudió en Tucumán, la clase obrera azucarera, era el sector más explosivo, más combativo de la clase obrera argentina en el primer lustro de la década del '60, producto de la crisis de la industria azucarera.
Y obviamente que Santucho se basaba en la práctica, en la experiencia, veía esto, y en realidad estaba en lo cierto ya que el proletariado rural y el proletariado industrial azucarero fueron el detonante que llevó a que el PRT, como destacamento de vanguardia de la clase obrera, se transformara en partido revolucionario marxista- leninista. O sea que en esto tampoco se equivocó.
Posteriormente se va a vivir a Córdoba, conoce la clase obrera industrial de esta provincia y va cambiando (ya desde antes) y esto está registrado claramente, tanto en el Cuarto Congreso del año 68 como en el Quinto Congreso del año '70. Estamos hablando de su visión acerca del papel dirigente del proletariado industrial por su concentración, por su número, por su nivel cultural, por su dinamismo, por su elevado nivel de politización y de tradición de lucha.
Otro aporte importante que hace Santucho y el PRT es la caracterización de la situación en la Argentina a partir del año '66 cuando afirma que en nuestro país existía una situación pre-revolucionaria a partir del análisis de las condiciones objetivas:
La crisis estructural del capitalismo argentino, la existencia de una clase revolucionaria, la clase obrera industrial, que tenía la fuerza como para jugar un papel dirigente en un proceso revolucionario, y que la burguesía no daba salida a las clases intermedias dentro del modelo de acumulación capitalista en ese período.
Hay un elemento en el terreno subjetivo que a mí me gustaría ponerlo en la cuestión del debate. Yo veo que, en la actualidad, por un lado existe un auge de las luchas populares y que la crisis del capitalismo argentino es mucho más aguda ahora que en aquel momento, pero que aún no se dan todas las condiciones como para caracterizar la situación de pre-revolucionaria basándonos solamente en las condiciones objetivas. Pienso que estamos asistiendo a un auge de la lucha democrática en contra de la democracia burguesa, pero que no se ha producido un cambio en la conciencia como para que florezcan organizaciones que se planteen el cambio revolucionario.
Hay un elemento subjetivo (en el plano de la conciencia) que analiza este documento del Cuarto Congreso del año '68. Allí se afirma que hay un retroceso después del golpe de Onganía. Las derrotas de las huelgas que enfrentaron a la dictadura como las azucareras, la de los portuarios, y el levantamiento del Plan de Acción de la CGT, liderada por [Augusto Timoteo] Vandor, el 9 de marzo de 1967, son hechos importantes que van a marcar un retroceso. Y el Cuarto Congreso se pregunta qué sentido tiene el actual retroceso de nuestra clase obrera, y se responde que ese retroceso es transitorio y que cuando se salga de esa situación de retroceso, se va a salir con un nuevo auge, pero con características distintas a los vividos en los últimos 25 años. Porque dentro de los sectores más activos de la clase obrera comenzaban a desarrollarse elementos de la ideología socialista. Yo creo que esta cuestión, que no aparece en los análisis de los estudiosos del PRT, fue uno de los grandes aciertos del Partido y de Santucho.
A mí me parece que este análisis, sumado al de las condiciones objetivas y que al retroceso le seguiría un auge de características revolucionarias, en el que se incluía la revolución ideológica en la vanguardia obrera, son todas cosas que van a quedar en evidencia después del año '69. Ese análisis es el que va a armar políticamente al PRT para poder capitalizar orgánicamente las luchas que se sucedieron a partir del Cordobazo. Si bien el Cordobazo y el Rosariazo [rebeliones populares que se producen en Argentina en 1969, bajo la dictadura militar del general Ongañía] son movimientos con características insureccionales, y en esa época hay partidos que tienen una concepción insurreccionalista mientras el PRT tiene una concepción de guerra popular y prolongada, aparentemente... los planteos insurreccionalistas estarían mejor ubicados. Pero no fue así y no lo fue porque el PRT se preparaba para un esfuerzo prolongado de lucha revolucionaria en el que tenían cabida la posibilidad de las insurrecciones parciales.
¿Por qué logra el PRT hacer esto? Porque es el que se preparó orgánica e ideológicamente, para ese esfuerzo revolucionario y, además, porque la concepción del PRT no era unilateral como se la quiere presentar. Porque si bien era una concepción de guerra popular y prolongada no desechaba, ni mucho menos, sino que integraba en ella a todas las formas de lucha, desde la guerrilla como vehículo de la constitución de fuerzas militares regulares, pasando por la movilización de masas y la participación electoral, integraba, como dijimos, a las insurreciones parciales hasta desembocar en la insurrección general de todo el pueblo encabezado por el proletariado industrial y su vanguardia, el partido revolucionario de la clase obrera.
2) El otro elemento estratégico que plantea Santucho y el PRT es la construcción de un ejército del pueblo, con un carácter más amplio que el partido, para poder incorporar a la lucha revolucionaria no solamente a los elementos de vanguardia con definición ideológica marxista-leninista, sino a todos aquellos compañeros dispuestos a la lucha en contra del imperialismo, en contra de la explotación, independientemente de su filiación ideológica y aún de su filiación política, que en el proceso de la lucha se fueran radicalizando.
Este ejército del pueblo tenía como función poder librar combates de aniquilamiento de las fuerzas militares enemigas. Tanto del ejército argentino, como de las tropas del imperialismo norteamericano, cuya intervención se preveía en momentos avanzados de la lucha. También sería la fuerza material necesaria para sostener el desarrollo del poder local y de las insurrecciones parciales.
3) Un tercer instrumento necesario para el triunfo de la revolución era la construcción de un frente de liberación nacional y social, que tenía como base los aliados estratégicos de la revolución, que el PRT caracterizaba que eran, obviamente la clase obrera, aliada con la pequeña burguesía urbana en las ciudades y con el campesinado pobre en el nordeste y noroeste del país. Se planteaba que en determinado momento de la lucha esta alianza básica se podía unir a otros sectores de la pequeña burguesía y de la burguesía media, teniendo en cuenta las características de la lucha en cada momento, del enemigo que había que enfrentar y de cómo se presentaba el enemigo. Así el PRT impulsó primero el Frente Antiimperialista y por el Socialismo (FAS) y a partir de mediados de 1974 un frente antiimperialista democrático y patriótico, y luego del golpe del 24 de marzo de 1976 un frente antifascista pero sin perder, ninguno de estos frentes, las características de los anteriores y planteando claramente, en ellos, la hegemonía del proletariado.
4) Y la cuarta herramienta estratégica era el internacionalismo proletario. En esto también el PRT fue consecuente con sus planteos. Nació como miembro oficial de la Cuarta Internacional trotskysta, progresivamente con su desarrollo en el movimiento de masas y también con el desarrollo de la lucha armada revolucionaria, comenzaron a surgir diferencias con la corriente hegemónica de la Cuarta Internacional que tenía su sede en Francia. A finales de 1972 y principios de 1973 rompió con la Cuarta Internacional. Consecuente con el internacionalismo, desde 1969, en que un miembro de la dirección del PRT se reunió en Bolivia con Inti Peredo, venía teniendo contactos con los compañeros del MIR chileno, los Tupamaros de Uruguay y con los del ELN de Bolivia. Estas cuatro organizaciones inspiradas en el Mensaje a los Pueblos de Guevara dieron nacimientos a mediados de 1974 a la Junta de Coordinación Revolucionaria.
Bueno, este era apenas el primer punto que pensaba desarrollar, pero dado lo avanzado de la hora me parece que con este primer punto y con el panorama general que previamente desarrolló Néstor, podemos dar como terminada la presentación del tema.
Muchas gracias.
Ver Apéndice
"Poder burgués y poder revolucionario", de Mario Roberto Santucho.