Fuimos al local ubicado en Pavón al 1600; una vieja casona de 4 plantas que perteneció por muchos años al Partido Comunista, y luego quedó en posesión de Refundación Comunista. Nos invitaron unos compañeros que están trabajando ahí hace casi un mes remodelando, pintando y arreglando el lugar.
- Se inaugura un nuevo Centro Cultural - me dice un amigo- pero uno de verdad, un local para que lo use el pueblo, para que se adueñe del lugar y lo construyamos entre todos. Entre todos le vamos a poner un nombre...
Necesitamos un espacio para poder debatir, aprender a organizarnos. Un lugar donde podamos canalizar energía para construir bases fuertes, de resistencia desde la cultura. Queremos que sea un espacio abierto, que la idea de pluralidad y el vínculo con los barrios más pobres, fomenten y generen la educación popular, que tanto necesitamos. Reivindicar el arte, escapando de los controles institucionales, comerciales y, por supuesto, de los límites de la cultura que defiende esta sociedad.
Son varios los grupos que ayudaron a reconstruir este espacio, el grupo de trabajo del novoto (de las elecciones de octubre pasadas) miembros de la CNT, de Resumen Latinoamericano, de los MTD, de la Coordinadora Aníbal Verón, estudiantes de la escuela de Música de Avellaneda, vecinos...
Uno de los oradores nos comenta en la inauguración:
"Este lugar se hizo hace ya muchos años con el aporte de miles de trabajadores y explotados, que no solo pusieron su dinero para la lucha, sino también todo su esfuerzo y hasta su vida". "... más allá de errores y desaciertos de ese Partido aquí se reunieron siempre miles de compañeros que aspiraban a derrotar al imperialismo y a los explotadores y cambiar el país para resolver la angustiosa situación de los pobres y humillados del país".
Pocas semanas pasaron desde los hechos ocurridos el miércoles 26 de junio, donde asesinaron a dos compañeros piqueteros en la estación de tren - a tan pocas cuadras del Centro Cultural. Son hechos que aún flotan en el ambiente, con pesadez, seguramente por eso resultaron ser el eje de la inauguración.
Después de proyectar la película "Bolivia", llegaron familiares y amigos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, traían los dibujos hechos por Maxi para exponerlos.
La noche se iba impregnando del olor a choripan, las paredes se cubrían de denuncias de injusticia dibujadas. El local, reafirmado en su condición de ser.
Estaba anunciado el director de cine Carlos Oves - director de Gallito Ciego, Asesinato a Distancia y El Verso, además de ser profesor de Cine -, para hacer unos comentarios sobre "Bolivia". Estuvo ahí, charlando, pero lamentablemente no hubo tiempo después de la proyección para los comentarios. Una pena por un lado, pero un indicio también de que había mucho por hacer, con lo cual, una sola noche no alcanzaba a tanta presentación. Más días vendrán, para seguir con las propuestas.
A los oradores siguieron las bandas, Santa Revuelta, grupos de la escuela de música, folklore, percusión... peñas como las de antes, y de las buenas. Los distintos grupos fueron confraternizando como se escuchó decir por ahí. Y así hasta terminar todos en un "bailongo" de esos que nos unen en la alegría, más allá de las miserias.
Y pese a todas las miserias estamos felices, los ojos, a veces tristes, pero la sonrisa que se va dibujando cuando vemos proyectos de este tipo que surgen y avanzan.
- Este lugar, no es sólo para pasar el rato - comenta mi amigo- sino para juntarse y conformar un colectivo que lleve a cabo actividades artísticas, teatrales, musicales, cine, etc.
Recuerdo a uno de los oradores, el hermano de Dario Santillan, pide luchar, ya no por nosotros, sino por las generaciones que vienen.
Qué difícil explicar lo que se siente al escuchar esto - que ha sido tantas veces repetido y "usado" por lo políticos, huécamente- pero desde la voz de los nuestros, con una lucidez y convicción que cualquiera envidiaría.
Ana de Estrada.