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¿COMO LUCHAR POR TRABAJO ? La ministra Graciela Camaño se propone apoyar y reclamar subsidios
a los capitalistas para lograr empleo.
Osvaldo González
Aumento salarial de acuerdo al costo de la vida y 8 hs. de trabajo, serán
los reclamos para la unidad de ocupados y desocupados en su objetivo de trabajo
y finalización del hambre.
A los trabajadores desocupados, los que han construido sus propias organizaciones
para llevar adelante un fenómeno nuevo en las luchas sociales del país,
nadie les puede enseñar como se debe luchar por "trabajo y cambio
social", como ellos mismos dicen en sus consignas. Pero la burocracia sindical,
que rechazó sistemáticamente incluir dentro de las organizaciones
sindicales a los desocupados argentinos, excluyéndolos más que
el propio desempleo, intentan una y otra vez poner a los desocupados en la ilusión
que ayudando a la "industria nacional" a los "empresarios argentinos"
está la solución para el desempleo. Con discursos inflados de
falso nacionalismo o inversamente de rodillas al imperio, demuestran por "izquierda"
o por derecha que no hay solución si el FMI no permite un lugar a los
capitalistas argentinos en la producción mundial y se "ayuda",
con inversiones a la industria que tenga base en el país.
Nada más falso, este argumento expuesto por la misma ministra de Trabajo
Graciela Camaño, esposa Luis Barrionuevo, "dirigente" del numeroso
gremio de los astronómicos y defensor de los 10 años de Menem.
En declaraciones a Pagina 12, del domigo último, defendió sin
límites a los dirigentes sindicales. Negando su responsabilidad en la
crisis Graciela Camaño dice. " la sociedad vio un espejismo de la
década pasada y el sindicalismo no es ajeno a eso". No son culpables"
afirma, nada menos, los que dieron lugar primero ilegalmente y legalmente después,
a que se bajara el salario durante 10 años, se aumentaran las horas de
trabajo y se impusieran condiciones de trabajo inhumanas llamadas eufemísticamente
"flexibilización laboral", o sea, aumento de la plusvalía
(ganancia capitalista sobre el obrero) absoluta y relativa sobre la clase trabajadora.
Muchos, en extrema confusión o con ganas que a los trabajadores los salve
la vieja teoría de la conciliación de clases, dicen que en este
país "no hay ni burguesía ni proletariado".
Pero olvidan que los principales sostenedores de la liquidación de hecho
y de derecho de las viejas conquistas obreras, no son solo las imposiciones
del FMI, sino el conjunto de los patrones locales. Tan claro tiene esto la Ministra
de Trabajo, que afirma que lo que llevaría a mejorar la situación
argentina es "negociar mejor con el Fondo" y "apoyar a los industriales
argentinos".Hechos que demuestran que la burocracia sindical se ha convertido
en una impulsora, con las medidas de "compre argentino" y de "apoyo
a los reclamos empresarios" de subsidios, en movilizaciones recientes de los
capitalistas metalúrgicos o de la construcción.
Por este camino no se podrá lograr ninguna recuperación del trabajo
en Argentina, porque está lejos de las patronales extranjeras y de las
nativas aumentar el salario y bajar las horas de trabajo, dos temas centrales
para aumentar el empleo en Argentina. Es desde el mismo reclamo obrero antipatronal
que se puede resolver el problema de trabajo en el país. Los yanquis
y europeos imponen el lugar que tiene argentina en el mercado mundial y establecen
las reglas que quieren para sus propias empresas, pero los empresarios en su
conjunto, se adaptan a las medidas contra los trabajadores, que terminan en
cifras escalofriantes de desempleo: 22 % dice la Ministra criticando las encuestas
de la mayoría de los sociólogos que dan más del 25%.Promete
como algo secundario lo que los trabajadores ven a diario. Lo que va llevando
a más y nuevas acumulaciones de desocupación con eje en la famosa
flexibilización laboral. Pero reconociendo el problema también
menciona, aunque como algo secundario, que "tenemos que avanzar también
sobre las empresas que hacen trabajar de más a los empleados, sin pagarles
horas extras y restando otros empleos".
Que los trabajadores tengan una política independiente es rechazar a
los partidos tradicionales, los que el pueblo reclama "que se vayan todos".
Pero además, unir a los ocupados y desocupados en un solo reclamo: por
salario y reparto de las horas de trabajo bajando las horarios de 14 0 12 horas
y las horas extras, e imponiendo las 8 hs. como lo establecen la mayoría
de los viejos convenios colectivos. Es cierto que estas consignas unificadoras
de la clase trabajadora son solo posibles de ser tomadas para la lucha con un
cambio en la correlación de fuerzas, que introduzca confianza en sus
propias fuerzas a la población laboriosa, pero es necesario que estudiemos
y avancemos en la elaboración de esta salida a la desocupación
y al hambre, del imperialismo y los que se quieren ubicar como socios menores
de sus planes.