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Articular la labor pedagógica con
la lucha popular La Otra Aldea Experiencias y propuestas de una educadora que participó en el Encuentro
de la Red de Educación Popular, realizado en Salta, Argentina, en junio
pasado.
Por Eugenia Ego (*)
Ø La educación pública debe ejercer un papel determinante
en la construcción de una efectiva soberanía popular.
Ø Hay que articular, dentro de cada escuela, la lucha pedagógica
con la lucha popular.
Ø Debemos lograr que la Educación Popular no sea un proyecto que
quede pegado sólo a experiencias alterativas de educación.
Ø Los talleres de apoyo escolar que se organizan desde muchos de los
movimientos populares en lucha son insuficientes y no cumplen con las metas
últimas de una verdadera Educación Popular.
Ø La experiencia de Educación Popular debe convertirse en experiencia
alternativa.
Ø Ello se logrará, en primera instancia, si convertimos lo público
en popular.
Ø Debemos utilizar lo ámbitos de la educación formal con
fines superadores.
Ø Ello será posible si hacemos que el Estado mantenga a la escuela,
a la vez que la tarea educacional quede a cargo de equipos de docentes-educadores
populares.
Ø Tendremos éxito si los docentes-educadores populares intervienen
en el proceso enseñanaza-aprendizaje como coordinadores de los contenidos
que hacen a la formación de las estructuras cognoscitivas de los alumnos.
Ø Pero es imprescindible que también intervengan en los procesos
de concienciación de cada individuo, de reflexión que lo convierta
en agente protagonista de la historia, subjetivándose y autoconstruyendo
conciencias críticas La Red de Educación Popular tuvo su primer
encuentro en 1998. En el había participado varias organizaciones interesadas
en el tema, como la Asamblea de Maestros y Profesores de La Rioja, la revista
"América Libre" e integrantes de la Cooperativa Integral de Carlos Paz,
entre otras.
En aquella oportunidad se debatió un tema puntual -Educación Popular-
y fue entonces cuando constituyéndose la idea de integrar un Red con
sucesivos encuentros para tratar asuntos como integración entre poder
popular y educación popular, relaciones entre esta y la educación
formal. el proyecto político y la comunicación popular.
En este séptimo encuentro en el que acabo de participar volvió
a tratarse el tema "educación popular y poder popular" y se partió
de las experiencias concretas de las diferentes organizaciones y movimientos
sociales que se hicieron presentes en las jornadas de Salta.
De esos debates surgió que la Red es concebida como un espacio fluctuante
a cuya dinámica van incorporándose nuevos colaboradores y participantes.
Además, la idea no consistió en tratar el tema en forma teórica,
sino en ir construyendo los marcos teóricos en forma colectiva y a partir
de las experiencias de las distintas organizaciones y movimientos. El camino
fue entonces, ir reflexionando sobre como entendemos al poder popular desde
nuestra experiencia histórica y como se va construyendo el mismo desde
la experiencia histórica concreta. Más tarde reflexionamos sobre
qué aportes nos brindan estas experiencias y que se puede aportar específicamente
desde la práctica de la educación popular.
La dinámica del Encuentro de Salta Comenzamos con la presentación
en plenario de todos los movimientos y compañeros que participamos. Entre
ellos se destacaron el Movimiento de Desocupados de Mosconi; el Movimiento de
Campesinos Poriajhú de Chaco; la Universidad de Mar del Plata; alumnos
y docentes de la Universidad de Madres de Plaza de Mayo; el MTD de Solano (Aníbal
Verón); compañeros de las carreras de ciencias sociales y letras
de la UBA; la Asociación de Maestros Primarios de la Rioja (escuelita
"Seremos como el Che"; el Movimiento Sin Tierra, de Brasil, y compañeros
de las provincias argentinas de Tucumán, Catamarca y Río Negro,
de Bolivia y de la Universidad Popular de Perú.
Luego se expusieron las experiencias de los distintos participantes y se decidió
trabajar a través de ejes temáticos, de forma tal que se buscó
la articulación entre Educación Popular y Comunicación,
Producción, Organización y Formación.
En este sentido se manejaron los siguientes conceptos: Ø Comunicación
como forma de construcción de poder popular, que hace a las luchas del
pueblo.
Ø Producción como reconocimiento de las realizaciones concretas
en materia de producción llevadas cabo por los movimientos y organizaciones
sociales.
Ø Organización como interrogante acerca de cuáles son los
aportes de la Educación popular en la organización de los movimientos
y de las luchas populares. "La Eduación Popular nos ayuda a organizarnos
para construir el poder popular".
Ø Formación como debate acerca de las relaciones entre educación
formal y Educación Popular.
En el marco de este último tema quedaron planteados los siguientes interrogantes:
¿la lucha se da dentro del sistema? ¿hay que crear escuelas populares? ¿Cuáles
son las trabas que la educación formal le pone a la Educación
Popular? ¿Quiénes somos los educadores populares? ¿Hay que aprender a
leer y a escribir para ser educador popular? Algunas conclusiones Sin duda quedaron
muchas preguntas y debates pendientes, lo que demanda la realización
de un próximo encuentro.
A través de las distintas experiencias que allí se volcaron se
reflexionó sobre la imperiosa necesidad de una recomposición del
proceso productivo, del cual la inmensa mayoría de la población
argentina quedó excluida.
Se acordó entonces que para la concreción de los distintos proyectos
es necesario una estructura ideológica y política, cuya construcción
fue uno de los denominadores comunes del encuentro. Así, los conceptos
de Educación Popular y poder popular conceptualizan el soporte teórico
de la lucha.
También se concluyó que: Educación Popular es la forma
alternativa y-o alterativa a la educación formal, que produce subjetividad
y productividad en términos de la conciencia a la que luden los trabajos
de Paulo Freire.
Algunas ideas para un proyecto de Eduación Popular Objetivo: formar lo
que en "Una sola escuela para todos", Moacir Gadotti denomina Escuela Pública
Popular. Este concepto piensa a la escuela pública estatal pero con control
social, tendiendo a la autogestión escolar. En ese sentido, la escuela
debería de libre acceso para todos, en todos los niveles, obligatoria
en su fase inicial, laica y creada y mantenida por el Estado.
Su administración debería ser autónoma, esto es, con hegemonía
de la población.
"Este tipo de escuela pública, popular y democrática, sólo
puede ser una conquista de la población organizada, y jamás será
una donación del Estado capitalista". No nos olvidamos de esta afirmación
tan certera de Gadotti pero mientras sigamos en el proceso de lucha contra el
Estado autoritario debemos procurar con firmeza el objetivo de lograr la creación
y el mantenimiento de las escuelas por parte del Estado, pero los contendidos
educacionales a trabajar en esas escuelas deben ser determinados por las necesidades
de la comunidad.
Esto significa que la educación pública debe ejercer un papel
determinante en la construcción de una efectiva soberanía popular,
articulando, dentro de cada escuela, la lucha pedagógica con la lucha
popular.
Lograr que la Educación Popular no sea un proyecto que quede pegado sólo
a experiencias alterativas de educación, como es el caso de los talleres
de apoyo escolar que se organizan desde muchos de los movimientos populares
en lucha, sino que la experiencia de educación popular debe convertirse
en experiencia alternativa. Y ello se logra, en primera instancia, si convertimos
lo público en popular. Debemos utilizar lo ámbitos de la educación
formal con otros fines y esto se logrará si hacemos que el Estado mantenga
a la escuela a la vez que la tarea educacional quede a cargo de equipos de docentes-educadores
populares. Esto se logrará si los docentes-educadores populares intervienen
en el proceso enseñanaza-aprendizaje como coordinadores de los contenidos
que hacen a la formación de las estructuras cognoscitivas de los alumnos
y en los procesos de concienciación de cada individuo, de reflexión
que lo convierta en agente protagonista de la historia, subjetivándose
y autoconstruyendo conciencias críticas.
(*) La autora de esta nota es docente y colabora con La Otra Aldea.