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LA CARRERA, LAS IDEAS, LOS CONTACTOS
CON EL PODER DEL EMPRESARIO HADAD
El irresistible ascenso de Daniel H. Esta semana su nombre llegó a las
primeras planas por su desembarco del canal Azul TV. Con ello culmina un largo
camino en los medios que, contra su prédica habitual, construyó
de la mano del Estado y empresarios como Yabrán.
Por Miguel Bonasso
Mañana lunes, Daniel Hadad se hará cargo de Azul TV, concentrando
en sus manos un poder mediático que supera con creces al que tuvo en
su apogeo Bernardo Neustadt, al que admiró como modelo y con quien se
inició como productor de TV. Para algunos observadores, detrás
de Hadad está el ex presidente Carlos Saúl Menem y su anunciada
intención de regresar a la Casa Rosada, como candidato del "orden"
y el establishment. Hadad compró el viejo Canal 9 junto con dos socios:
Benjamín Vijnovsky y Fernando Sokolowicz. La noticia sacudió a
los medios periodísticos y políticos y causó malestar entre
los que hacen este diario, porque el señor Sokolowicz es accionista mayoritario
de Página/12. En cambio fue comentada con regocijo el jueves por la noche,
por algunos de los asistentes a la fiesta del "Independance Day" en
la embajada norteamericana. Una fuente oficiosa vinculada a una de las privatizadas
en poder del capital español, aseguró a este cronista que Telefónica
y Repsol "darán un claro apoyo publicitario" a los nuevos titulares
de Azul. Telefónica tuvo que desprenderse del viejo Canal 9 porque es
dueña de Telefé y la ley impide poseer dos canales de aire a la
vez. La apelación a la ley es usual en Hadad y volvió a esgrimirla
antes y después de la masacre de Avellaneda para denunciar supuestas
conspiraciones sediciosas de los piqueteros. Pero hay quienes lo acusan a él
de haberla violado varias veces para lograr atajos en su irresistible ascenso.
Si Pino Solanas hiciera una versión criolla de "El Ciudadano"
lo mostraría en la secuencia inicial enfundado en un kimono de seda,
descendiendo por la escalera de mármol negro Portoro, con adornos áureos,
que une los dos pisos (42 y 43) de su dúplex de 800 metros cuadrados
en la torre de Libertador 4444. Un lujoso colmenar donde también habitan
Eduardo Eurnekian, un empresario que suele olvidarse de pagar el canon de los
aeropuertos; el otrora influyente cuñado de Menem, Emir Yoma, algunos
miembros de la acaudalada familia Werthein y otras celebridades de la fiesta
menemista. Un colmenar ubicado en un terreno donde el metrocuadrado estaba a
tres mil pesos anteriores a la devaluación, contra los 500 del promedio
capitalino.
Pero esa escalera de mármol negro que Hadad hizo construir a un costo
que alguna fuente estima cercano al millón de dólares, constituye
el símbolo mayor de su irresistible ascenso: la heráldica del
arribista.
La segunda secuencia del film de Solanas sería probablemente el flashback
a una de esas calles de barrio que Borges se empeñaba en evocar, "entorpecidas
de sombra". La cámara se deslizaría en moroso travelling
por el pasillo ajedrezado de una casa-chorizo hasta llegar a una puerta de hojalata,
oxidada, señalada por el número 4. El modesto departamento donde
el cineasta registraría la dura iniciación del Ciudadano, a complementar
con una escena barrial muy significativa: un Gerardo Daniel Hadad de ocho años
acompañando a su madre al almacén a pedir fiado para recibir,
como un escupitajo, el "no se fía, señora" del almacenero.
Hábil, muy astuto, el pibe de labios fruncidos y mirada simiesca utilizaría
el resentimiento como motor de arranque y así llegaría con un
préstamo de honor a la Universidad Católica Argentina (UCA) para
estudiar abogacía. Años después cursaría el posgrado
en la universidad de Navarra y entonces, sostienen algunas fuentes, se vincularía
al Opus Dei.
En reportajes realizados cuando ya era célebre, Hadad ha dado versiones
contradictorias acerca de su pasado estudiantil. Por TV dijo hace poco que él
era simplemente "liberal", que nunca fue fascista. A la colega Susana
Viau de Página/12 le aseguró que había sido un estudiante
rebelde, contestatario. Se lo dijo en tono de reproche lacrimógeno, a
raíz de una entrevista que Viau le había hecho a Marcelo Longobardi,
donde el conductor –que siempre tuvo una relación ciclotímica
con Hadad y en ese momento estaba peleado– insinuó que su antiguo socio
tenía relaciones "con los servicios". "¿Marcelo te dijo
eso de mí?" preguntó hasta el hartazgo.
Si fue informante, si tuvo carnet o no, si cobró o cobra, es imposible
de saber y probar porque no suele haber recibos en estos menesteres, pero no
hay dudas acerca de sus intervenciones públicas para darle aire en sus
programas a genocidas como el ex almirante Emilio Eduardo Massera y el ex general
Carlos Guillermo Suárez Mason. Además, el viejo proverbio: "Dime
con quién andas y te diré quién eres", se cumple rigurosamente
en el caso de Hadad que se hizo periodista en el programa "La trama y el
revés" que coconducía con el oficial de inteligencia (In2)
Guillermo Cherasny.
Igual que su amigo, el fallecido Rodolfo Galimberti, que pasó de montonero
a empleado de la CIA, Daniel H. mantuvo excelentes relaciones con el represor
Jorge Radice (actualmente preso por ladrón de caballos de carrera) y
otros hombres de la ESMA. Casualmente vinculados a la organización peronista
Guardia de Hierro y a un sector de los carapintadas. Según la conocida
biografía de Marcelo Larraquy y Roberto Caballero, Galimberti había
formado una "mesa de análisis" con Hadad "y otros periodistas",
"para cambiar fichas y morfar". Quedan rastros laborales de aquella
relación: Claudia Peiró, que militó en el grupo de Galimberti
en los setenta pasó de la revista Jotapé a integrar la nómina
de Radio 10 y la revista "La Primera". El nexo Guardia de Hierrocarapintadas-Galimberti-Massera-menemismo-CIA
es un ducto aún no suficientemente explorado por el que circularon operaciones
y negocios sucios. Que tal vez podrían ser aclarados ahora que Miguel
Angel Toma, otro amigo del finado Galimberti, reemplaza a Carlos Soria.
El periodista Martín Sivak, en una documentada nota para el semanario
Veintitrés, recordó la amistad de Daniel H. con Aldo Rico y una
frase lapidaria que el intendente de San Miguel soltó ante una cámara
oculta del programa "Caiga quien caiga": "Yo aprendí con
un gran periodista de la televisión argentina cuyo primer nombre es Daniel
y su apellido empiezacon H., que nunca hay que pagarle a ningún periodista
porque siempre hay alguien que le paga más".
Muchos se han preguntado cómo hizo el joven productor-alumno de Neustadt,
el redactor cualunque de la revista Somos que en 1985 cobraba menos de 500 dólares
mensuales, para convertirse apenas once años después en un zar
de los medios.
La explicación es relativamente simple: usó ciertos contactos
políticos para servirse prebendariamente de ese Estado que, como buen
"liberal", quiere ver reducido a su mínima expresión.
Exactamente igual que Alvaro Alsogaray o su hija, la multiprocesada María
Julia.
A lo que cabría añadir que tuvo un padrino de oro, ese Alfredo
Enrique Nallib Yabrán que el duhaldismo suele resucitar cuando la coyuntura
lo amerita.
Según Sivak, en la nota citada: "Amigos, conocidos y enemigos coinciden
en que el punto de inflexión en su ascenso económico fueron las
subvenciones de Yabrán. Marcelo Longobardi, quien en los últimos
años tuvo una relación pendular con Hadad, confesó a varios
colegas cuál era el monto de esa ayuda económica: 80 mil dólares
por mes". A este cronista, Longobardi le dijo que el subsidio alcanzaba
los cien mil dólares mensuales y que el Cartero intentó coptarlo
con un guarismo idéntico a lo cual –asegura– se negó. Es probable
que el periodista, que ahora se reconcilió con Daniel H. y conduce en
América el programa "Antes de Hora" para la productora de Hadad,
niegue esa confidencia. Recordaré que me lo dijo en 1999, antes de entrevistarme
en su programa de televisión, con motivo del lanzamiento de mi libro
Don Alfredo. Longobardi no me pidió reserva y lo soltó alegremente
delante de mi esposa que me acompañaba.
Unos meses antes, Patricia Bullrich, a quien Daniel H. levanta ahora como una
de las alternativas serias para retornar a la pureza "liberal", me
había suministrado abundante "data" acerca de la relación
entre Hadad y el Cartero. En 1998 la inquieta Bullrich estaba aún cerca
de Domingo Cavallo y afirmaba –con fichas en la mano– que Hadad y Neustadt llevaban
a cabo verdaderas campañas contra la lentitud del correo estatal, en
curiosa coincidencia con los ex represores de "Bridees" ("Brigadas
de la ESMA", la agencia de seguridad e inteligencia de Yabrán) que
secuestraban y demoraban las sacas del correo público para que las cartas
llegaran tarde a destino.
El vínculo con Yabrán está más que probado. Y dejó
también vestigios laborales: una de sus más estrechas colaboradoras
fue Lorena Colella, que se mató en Pinamar, en un accidente automovilístico
en 1994. Lorena era hermana de Héctor Colella, el misterioso HC a quien
el Cartero designó heredero de sus negocios horas antes de suicidarse
en Entre Ríos.
Pero no fue el único benefactor. Luis Majul denunció en su libro
Los dueños de la Argentina II, que el empresario Benito Roggio le pasaba
tres mil dólares mensuales a Hadad y Longobardi, sin ningún aviso
publicitario como contrapartida. Más tarde Longobardi admitió
que se le habían facturado tres meses a Roggio en las condiciones reveladas
por Majul.
Pero el salto cualitativo fue la apropiación de la poderosa onda de radio
Municipal, hoy convertida en Radio 10. Una sociedad conducida por Hadad "ganó"
la polémica licitación en 1995. El grupo estaba constituido además
por la esposa de DH, Viviana Zocco; el ex juez Oscar Salvi (actual abogado defensor
de Carlos Menem) y Marcelo Tinelli, pero este último se abrió,
para no ser salpicado por las escandalosas suspicacias que despertó la
concesión. En agosto de 1996, cuando resultó electo jefe de gobierno
de la Ciudad de Buenos Aires, Fernando de la Rúa calificó la adjudicación
al grupo Hadad como "despojo y robo del patrimonio cultural de la ciudad".
Y se comprometió a recuperar la radio metropolitana. No cumplió
su promesa. En diciembre de 1996, en su programa "El primero de la semana",
Daniel H. anunció que se proponía difundir una cámara oculta
mostrando ñoquis en laflamante administración de Fernando de la
Rúa. Pero no lo hizo. Nunca lo pasó. Unos meses más tarde,
en marzo de 1997, De la Rúa aceptó que le entregaran la 710 a
Daniel H. El abogado Juan Carlos Iglesias lo denunció entonces por extorsión,
pero la Justicia sobreseyó al acusado.
Del episodio quedó un pequeño rescoldo oculto. En un extenso documento
de inteligencia acerca de "los tres círculos" que rodeaban
a Yabrán, que algunas fuentes atribuyen al servicio de informaciones
de Gendarmería, figuran referencias a una llamada "Operación
Chupete", una presunta extorsión donde figurarían entre otros
"Hadad" y "Donda". Es decir el jefe de inteligencia de Yabrán
y antiguo represor de la ESMA, Adolfo Donda Tigel.
Hace pocos días, una fuente reservada refirió a este cronista
la pintoresca historia de la FM 98.3, La Mega, otro de los baluartes del Grupo
Hadad, que nació como "News". La prehistoria de la emisora
se remontaría a fines de los ‘80, cuando Menem peleaba las internas y
un grupo esforzado de proselitistas, entre los que se contaba Andrés
"Barril" Estévez, le había montado una suerte de radio
móvil para los reportajes de campaña. Cuando Menem ascendió
a la presidencia, el mismo grupo estableció una sala de radio en la Rosada,
a la que se le asignó una frecuencia de radio Nacional, la 98.3. La torre
de trasmisión se erigió en la terraza del Banco Hipotecario. Y
funcionó un tiempo, hasta que un buen día les dijeron: "Bajen
la palanca". Y 24 horas más tarde empezó a salir la News.
Una operación quirúrgica que, según la fuente, se hizo
"de un día para el otro, sin licitación ni nada".
"Para la empresa informativa ganar dinero es un deber ético",
le declaró Hadad al diario La Prensa, el 20 de diciembre de 1992. Y cumplió
ese apotegma a rajatabla. Primero se compró un dúplex en Villa
Devoto, luego un departamento en Palermo valuado en 350 mil dólares y
–antes de llegar a la escalera de mármol negro– se hizo de una de las
casas más grandes del country Mailing, con cine de butacas de business
class, gimnasio y estudio de radio entre otras curiosidades.
En 1995 sus propiedades sumaban casi dos millones de dólares y tanta
opulencia atrajo a los sabuesos de la DGI, que comenzaron a estudiar su patrimonio.
Indignado por el acoso fiscal, Daniel H. se dirigió al entonces ministro
del Interior Carlos Vladimiro Corach y logró que los inspectores se alejaran.
El tema se ventiló en el Congreso, durante la maratónica sesión
en la que Domingo Cavallo habló de "las mafias enquistadas en el
poder". Como réplica, en ese mismo mes de agosto, Menem le otorgó
a Daniel H. la frecuencia de Municipal.
Y cuatro años más tarde le dio otro premio. No muy apegado a esa
ley que Hadad suele enarbolar sobre la cabeza de los piqueteros. En octubre
de 1998 mediante uno de sus característicos decretos de necesidad y urgencia
(el 1062) el Poder Ejecutivo dejó sin efecto el inciso f del artículo
46 de la ley de radiodifusión que prohíbe transferir acciones
del titular de una licencia radial sin autorización del Comfer e impide
expresamente venderlas antes de que se cumplan cinco años de emisiones
con el mismo licenciatario a cargo. Hadad, que había sacado al aire la
AM 710 en enero de 1998, le vendió el 75 por ciento de sus acciones a
la empresa norteamericana Emmis ese mismo año, gracias a otro oportuno
decreto de necesidad y urgencia. La venta –manifiestamente ilegal– le reportó
la bonita suma de 15 millones de dólares. Como diría Hadad en
"DH" para castigar "a la política": "¿Le pagamos
el sueldo a un presidente de la República para que haga estas cosas?"
El hombre que defiende el orden, la ley y la policía, ha tenido varios
juicios en su contra. En 1998, los hermanos Carlos y Remo Fioroni, ex licenciatarios
de radio Argentina lo denunciaron por "tentativa de extorsión".
Sivak consigna: "Según los denunciantes, Hadad los amenazó
y les ofreció dinero para que abandonaran anticipadamente la frecuencia
AM 1110". Algo similar ocurre con su segundo Laje, a quien puso como director
del diario Buenos Aires Económico (BAE) y dejó a cargo del programa
"Después de hora", para concentrarse en sus nuevas tareas en
Azul televisión. El juez federal Abel Cornejo denunció a Laje
por extorsión.
En el imperio de Daniel H. no se pone el sol. Retiene el 25 por ciento de radio
10 y de Mega 98.3. Y su conducción. Que es astuta, es preciso admitirlo.
Ambas radios lideran el rating en sus respectivas franjas. El contenido de los
mensajes ya es otra cosa. La agrupación Hijos lo denunció judicialmente
por vincularlos maliciosamente con un atentado contra cajeros automáticos.
La Comunidad Homosexual Argentina destacó su homofobia. Asociaciones
de inmigrantes lo denunciaron ante el Inadi por las invectivas xenófobas
contra inmigrantes bolivianos.
Además de las radios, Daniel H. posee el 75 por ciento del diario económico
BAE.
Su grupo Kein produce diversos programas de televisión como "Cancheritos",
"El megáfono", "Impacto a las doce", "Después
de hora", "Antes de hora" y "El angel de la medianoche".
Una poderosa multimedia, que viene a coronarse con la adquisición de
Azul TV. Una red para propiciar la reducción de los espacios democráticos,
el gatillo fácil disfrazado de mano dura, la creación de un supuesto
enemigo subversivo que justifique el control militar del conflicto social. Las
ideas que comparte ese buen amigo que es Carlos Ruckauf.
En sintonía con la estrategia continental de Otto Reich, el Subsecretario
para Asuntos Hemisféricos que expresa los intereses de los grupos anticastristas
de Miami y que el próximo miércoles visitará la Argentina.
En comunión y armonía con el consejero político de la embajada
Michael Matera, un "halcón" de la línea Reich, que está
casado con la economista argentina Silvina Vatnik, asesora del ex presidente
del Banco Central, Mario Blejer.
Con todos ellos Hadad comparte el temor de que Argentina esté por "caer
en las garras del marxismo", si llegaran a imponerse candidatos como Luis
Zamora o Elisa Carrió. Y la idea subyacente de que hay que establecer
una democracia blindada. Sin garantistas. Sin el odiado Eugenio Zaffaroni, blanco
habitual de sus diatribas televisivas.
He aquí una compleja armada mediática, construida desde el favor
oficial de los gobiernos de la democracia (Menem y De la Rúa) para reducir
los espacios democráticos. En función de una nueva estrategia
que ya no es el golpe de estado de 1976, sino el blindaje del sistema actual,
para cerrarle todos los caminos a la protesta sin alterar las formalidades de
la democracia.
Una armada para proponer el caos como única visión de la realidad,
hasta que el miedo opere sobre la baja conciencia de los sectores medios y los
lleve a exigir el regreso del demiurgo que dolarizará y firmará
el ALCA. Aunque la desocupación traspase el 30 por ciento y la "ley"
obligue a los excluidos a morirse de hambre en silencio, sin perturbar la digestión
de los que reclaman, como Daniel H., un Estado mínimo.
Tan mínimo y exclusivo como la escalera que bajará mañana,
perfumado, hiperactivo, con un celular en la mano, para dirigirse a su nuevo
reino. Convencido de que los elegidos como él estarán siempre
habilitados para cualquier maniobra. Incluso las de distracción.
Como sería, por ejemplo, combinar el discurso primario de sus secuaces
más burdos, con la sorpresiva contratación de algún periodista
que navegue con bandera de progre.
Hay muchas cosas para ver, todavía