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Cambiar todo para que se vayan todos
"Cambia lo superficial, cambia también lo profundo;
Cambia el modo de pensar, cambia todo en este mundo;
Cambia el clima con los años, cambia el pastor su rebaño;
Y así como todo cambia, que yo cambie no es extraño"
Todo Cambia de Julio Numhauser
Por Hugo Alberto de Pedro
Si intentamos analizar qué es lo que está deseando el pueblo argentino
en estos momentos, nada más alejado de la realidad es leer los diarios
y revistas, escuchar las radios y ver la televisión. Los medios de comunicación,
que deberían darnos información veraz y objetiva, nos siguen engañando
sobre lo que realmente está pensando el ciudadano común que los
ve como intentan dejar posicionados a los mismos de siempre. Honrosas excepciones
siempre las hay y bienvenidas sean.
Veamos entonces que está pasando con los "dirigentes mejor ubicados",
obviamente que por los medios y por dineros misteriosamente obtenidos puestos
al servicio de su política; y los "dirigentes populares",
que no se animan a interpretar y ponerse al frente del sentir popular. A pesar
de que la unánime opinión popular pide "Que se vayan todos",
no piensan en dar un paso al costado sino que quieren dar un gran salto al frente.
¿Recorremos una veintena de nombres?
· Carlos Alberto Reutemann: Jamás tuvo la vocación de nada,
pero sí ahora es el denunciante de ver cosas que no le gustan y de posibles
represalias en su contra por no jugar a la presidencia.
· Adolfo Rodríguez Saá: Pretende hacernos creer que hay
una posibilidad de un magnicidio en su contra y la de otros muy parecidos a
él, nada menos que de parte de quién otrora fuera su socio político
–Menem-.
· Néstor Carlos Kirchner: Disfrazado de progresista, luchador
por la justicia y transparente gobernador, pone cifras millonarias en juego
para ocupar espacios mediáticos y políticos que lo conduzcan a
su precandidatura a presidente, por dentro o por fuera del justicialismo lo
mismo da para tener más poder.
· Juan Carlos Romero: Con sus únicos méritos de cobijar
y permitir la persecución, represión y la muerte en una provincia
como Salta cada día más empobrecida, pasea por el mundo su candidatura
a presidente pero no puede caminar las calles de provinciales.
· Carlos Saúl Menem: Prófugo de la justicia, gracias a
la injusticia que supo conseguir, solamente puede moverse en aviones, helicópteros
y autos blindados. Su fortuna personal es el enigma de estos tiempos menos para
sus amigos del imperio que ahí no demuestran preocupación por
la corrupción y las mafias enquistadas en el poder. Privatizaciones,
venta de armas, deuda externa, mafias, oro, entrega de medios y demás
ilícitos son su carta de representación.
· Mauricio Macri: Únicamente conoce las posibilidades que los
medios conducen a permitirle ocupar un espacio, se subirá o bajará
según las encuestas. Los comunicadores dejan de lado cualquier tema que
nos haga recordar las maniobras realizadas con autos, cartas y autopistas, como
también la época de la patria contratista.
· Eduardo Alberto Duhalde: Busca cualquier candidato para molestar a
su hoy enemigo de Anillaco, mientras que desde el desgobierno que encabeza no
hace nada para detener el hambre, la desesperación y postración
de millones de habitantes.
· Juan Manuel De la Sota: Mientras sigue fracasando en Córdoba
mira de reojo la posibilidad que le abran una puerta para jugar a la candidatura
a presidente, mientras confía en que otros se sigan cayendo.
· Luís Patti, Aldo Rico y Mohamed Alí Seineldín:
Antidemocráticos, represores y torturadores que ahora con la Constitución
en la mano consideran que ayudar a los pobres es crear una generación
de vagos, que se deben destruir los códigos penales y bajar los presupuestos
universitarios. Ellos que seguramente sonríen cuando ven a sus amigos
reprimir y matar en la calle.
· Patricia Bullrich y Ricardo López Murphy: Encerrados en fastuosos
hoteles y misteriosas fundaciones no recuerdan ya su paso en el gobierno de
De la Rúa, sino que hoy quieren representar a la derecha, dentro
de las derechas que no es poco decir.
· Elisa Carrió: No puede pasar más allá de la necesaria
denuncia, pero muy poco se sabe de sus ideas concretas para cambiar las reglas
de juego, de distribución del ingreso, del desempleo, la pobreza, la
indigencia y la marginalidad, del trato que dará a la malsana deuda externa
entre otros temas que deben ser definidos antes de las elecciones.
· Raúl Ricardo Alfonsín: Deberíamos estar muy preocupados
y alertas porque hace semanas que no sabemos nada de sus andanzas. Nuevos pactos
pueden venir y eso no sería una novedad o noticia nueva.
· Ángel Rosas, Rodolfo Terragno y Leopoldo Moreau: No saben todavía
si se deben ir o se deben quedar, simplemente porque aún no le han avisado
si hay o no un buen acuerdo político para no abandonar posiciones tácticas.
· Carlos Álvarez: Después de casi dos años de silencio,
pretende ahora con un libro conmovernos con su reflexión autocrítica
sobre su decisión de pasar a la clandestinidad política y la traición
que realizó a la militancia del Frepaso.
· Aníbal Ibarra: Muy preocupado por quedarse nuevamente con la
ciudad de Buenos Aires no duda en reeditar una nueva alianza, obviamente que
solo electoralista.
· Luís Zamora: Está realizando todos los esfuerzos necesarios
para conservar solamente su espacio, bien logrado por cierto, pero de construir
un frente de izquierdas no quiere ni sentir hablar.
¿Entonces, qué hacemos?
No debemos pensar que es difícil encontrar la salida, la debemos buscar
dentro de nosotros mismos, dándoles la espalda en forma terminante a
éstos que ya fueron y que demasiado daño han realizado a lo largo
y ancho de la patria en todos estos años de vida democrática.
Busquemos en la movilización popular, asambleas barriales, lugares de
trabajo, colegios y universidades, piquetes, caceroladas, barrios en pie de
lucha, gremialismo progresista y combativo, movimientos de desocupados y jubilados,
fábricas tomadas y bajo control obrero, etc. la forma de no abandonar
las calles y la resistencia.
O sea, busquemos unirnos, debatir ideas y propuestas, enfrentar cualquier tipo
de imposición del poder nacional y extranjero, resistamos y desobedezcamos
pacíficamente, encontremos nuevos representantes de éste lado
y no del que nos quieren ofrecer el stablishment mediático, empresario
y financiero. No descansemos hasta lograr una Constituyente que ponga patas
arriba al sistema y modelo que nos condena a la desaparición como Nación,
diseñemos un proyecto de país para las próximas generaciones.
¿Será posible?
No nos permitamos tener ni la más ínfima de las dudas. Hagámoslo.
14 de julio del 2002
Hugo Alberto de Pedro
Argentina