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Percepción de Dornsbuch, economista estadunidense
Ayuda externa a Argentina,
hasta que llegue otro dictador militar
STELLA CALLONI CORRESPONSAL /LA JORNADA
Buenos Aires, 7 de julio. Es difícil pensar que la misión
de extranjeros notables "sugerida" por el Fondo Monetario Internacional
(FMI) para "observar y aconsejar" sobre la situación de Argentina, no
haya evaluado que su presencia en el país un día antes de recordarse
la independencia nacional (9 de julio de 1816) sería considerada casi
como "una provocación" en mayoritarios sectores políticos.
Y más aún si un día después de esta fecha -cuando
está prevista una enorme marcha que movilizará a miles de argentinos
en demanda de una "segunda independencia"- llegue al país el subsecretario
para Asuntos Hemisféricos de Estados Unidos, Otto Reich, quien acaba
de ser involucrado en el golpe efímero de abril pasado contra el presidente
de Venezuela, Hugo Chávez.
Si algo faltaba en este esquema, Rudiger Dornsbuch, economista estadunidense,
con fuerte poder en los lobbys, y quien recientemente sugirió
que un grupo de extranjeros se hiciera cargo del manejo de las finanzas argentinas,
acaba de ser citado en otro documento reservado donde sostiene que "las instituciones
argentinas seguirán cayendo, sin que pueda hablarse de ayuda externa
hasta el retorno de algún dictador militar".
En el Informe económico mundial: riesgos para la recuperación
de Estados Unidos, problemas en la periferia, que cita hoy Página
12, Dornsbuch dice que en "Argentina los excluidos están desplegando
una lucha de clases y las instituciones han colapsado completamente". Mirado
desde su ángulo, esto es señalar a los halcones de George
W. Bush que Argentina está en peligro de una revolución y sólo
le basta colocar el término "marxista", que usó el ex presidente
Carlos Menem en Washington para definir a las manifestaciones vecinales que
lo denuncian públicamente en los llamados escraches.
Analizando las palabras de Dornsbuch, el periodista Martín Granovsky
advierte que "tres cosas están claras. Una que su pronóstico apunta
a una decadencia mayor de las instituciones. La segunda, que la decadencia terminará
con una dictadura militar y, la tercera, que no habrá ayuda económica
del exterior para Argentina. La complejidad reside en descubrir si Dornsbuch
simplemente realiza tres pronósticos independientes o relaciona uno con
otro como si fueran causas y efectos. Lo peor es que augura un régimen
militar. Pero, ¿también sugiere que sólo con un régimen
militar vendrá la ayuda externa?"
Se conoce -por fuentes que piden mantener el anonimato- que el paso de Reich
tiene que ver con todo esto y con la dinámica de una serie de operaciones
que hace tiempo prosperan, en lo que los analistas llaman "el país mafioso",
para regresar al poder a los "leales absolutos a Washington" y para justificar
un manu militari. Al hablar de descontrol, el FMI está advirtiendo
sobre la necesidad de "poner la casa en orden", a su manera claro, que en estos
tiempos es la "manera de Reich".
También la ofensiva trata de cerrar el paso a cuanto candidato electoral
"no controlable" aparezca en la región. Y para esto preparan un entramado
periodístico mediante la "compra-venta" de medios. Al referirse al caso
más emblemático, como el ahora opulento Daniel Hadad y su equipo,
expertos en propaganda sucia, el periodista Miguel Bonasso recuerda la amistad
de éste con el canciller Carlos Ruckauf, quien afirmó recientemente
que no dudaría en firmar un decreto como lo hizo en 1975 para aniquilar
a "la subversión", que interpretada en términos militares significó
eliminar toda oposición".
El Canal Azul, bajo control de Telefónica de España (que se queda
con Telefe, y en la cual hay sociedad con la anticatristas Fundación
Cubano-Nacional Americana) fue vendido a una extraña sociedad que ha
desatado un escándalo: Daniel Hadad, con Benjamín Vijnovsky y
Fernando Sokolowicz, accionista mayoritario de Página 12.
La noticia de esta asociación golpeó duro en Página
12, donde los trabajadores expusieron en asamblea su rechazo. "Huelga decir
qué opinión nos merecen el señor Hadad y la beligerante
y antipopular expresión periodística que representa, desde siempre
en las antípodas de las palabras y las imágenes con que hemos
tratado de defender los derechos humanos, la lucha de los trabajadores y la
ética en el ejercicio cotidiano de esta profesión. El listado
de las diferencias sería interminable", señalan al mencionar los
"alardes de racismo, homofobia o la defensa permanente de Carlos Menem" que
realiza Hadad.
"Queremos ratificar el contrato suscripto con nuestros lectores de reflejar
con fidelidad las alternativas de esta dura y difícil etapa. Nuestra
decisión es impedir cualquier intento de que las ideas que profesan Hadad
o sus mandantes hagan pie en este espacio y para ello pedimos también
el apoyo de nuestros lectores".
En la asamblea se decidió que, como protesta, el próximo martes
9 de julio se suprimirán las firmas que caracterizan sus artículos.
"Con ese gesto queremos demostrar que si pretenden destruir lo que apareció
hace 15 años no sólo como nuestra fuente de trabajo, sino como
una manifestación de libertad de pensamiento, no contarán con
nosotros".