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Argentina: La lucha continúa

22 de noviembre del 2002

Camillas con sangre, pantalones con excrementos que habrían sido sacados de una morgue, cacerolas con hongos, comida vencida
Escándalo en Argentina por donación estadounidense

Ramiro González / La Nación / Rebelión

Washington "se molestó" por las críticas del jefe de la Aduana Argentina a Estados Unidos por el envio de ropa con sangre, medicamentos vencidos, utensillos usados y sucios para que sean "destinados a personas con hambre". Se sabe no solamente por datos dados a conocer por parte de la Aduana Argentina, sino por parte de diversas fuentes periodísticas que desde USA se envia a la Argentina basura en calidad de "donaciones".

La polémica sobre el contenedor con ayuda solidaria enviado desde Estados Unidos para la población de Santa Ana, Tucumán, ha desencadenado un incidente internacional. Fuentes del gobierno argentino y la embajada norteamericana confirmaron que ayer el embajador de los Estados Unidos, James Walsh, le advirtió al jefe de Gabinete Alfredo Atanasof, que el tratamiento que recibieron los donantes por parte del titular de la Aduana argentina, Mario Das Neves había causado un profundo malestar en Washington, a pesar de que los propios funcionarios de Presidencia han podido comprobar la veracidad de las denuncias.
"Esta clase de incidentes dificulta mi tarea de ayudar a la Argentina a conseguir otro tipo de ayuda", le dijo el embajador norteamericano al funcionario argentino, según dos fuentes cercanas a cada una de las partes. El mensaje de Walsh fue una clara referencia al esperado acuerdo de ayuda financiera con el Fondo Monetario Internacional, donde el gobierno de los Estados Unidos ejerce una influencia decisiva.
La embajada intenta responsabilizar a la Aduana
Ayer, tras conversar por teleconferencia con los donantes, el embajador mandó al puerto porteño un equipo de funcionarios con el inventario de las donaciones para apurar su traslado a Tucumán. Los funcionarios norteamericanos sacaron fotos de esas cosas en mal estado y se las enviaron a los donantes. Si son los mismos elementos enviados desde Estados Unidos que se deterioraron por las demoras en la Aduana, entonces el incidente se dará por superado. "Pero si en esas fotos los donantes no reconocen como propios los elementos en mal estado, entonces habrá que seguir investigando", dijo una fuente de la embajada.
En el Gobierno dejaron trascender ayer que la permanencia de Mario Das Neves al frente de la Aduana pende de un hilo. El funcionario, que llegó a su cargo durante el breve gobierno de Adolfo Rodríguez Saá, había sido acusado de demorar el envío del contenedor a Tucumán mientras continuaban las muertes de niños desnutridos.
El motivo real de las amenzas es otro: Das Neves defendió la denuncia de sus subordinados y dijo que lo enviado era "basura". Los empleados aduaneros mostraron a quien quisiera verlo camillas con sangre, pantalones con excrementos que habrían sido sacados de una morgue, cacerolas con hongos, comida vencida.
Pero lo que desató el huracán fue una acusación que crispó los cabellos de funcionarios argentinos y norteamericanos por igual: dijo que los Estados Unidos eran los responsables del hambre en Tucumán.
El asunto estalló cuando el Gobierno norteamericano hizo sonar el teléfono de su embajador en Buenos Aires con instrucciones precisas de que aclarara el escándalo, según relataron calificadas fuentes del Gobierno. El embajador Walsh no perdió el tiempo. Ayer, por la mañana, se comunicó por teléfono con el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, y le informó, sin medias tintas, del "malestar" de los Estados Unidos.
"El norteamericano es uno de los gobiernos que más nos ha ayudado en la negociación con el Fondo. Das Neves no puede meternos justo ahora en un escándalo por un pantalón sucio", dijo ayer a LA NACION un hombre que tiene su despacho a metros del de Eduardo Duhalde.
Presidencia constata la veracidad de las denuncias
Después, el jefe de Gabinete acordó con Walsh que la embajada norteamericana enviaría una inspección a la Aduana. Al mismo tiempo, Atanasof envió sus propios hombres, que constataron que en el container había productos deteriorados. "Pero no merecían este lío", comentó el ministro a sus colaboradores.
Justo a esa hora, Das Neves insistía en sus acusaciones por una radio. Atanasof lo escuchó, le contó todo al Presidente y se retiró de su despacho con una instrucción precisa: "Decile que se calle la boca". Atanasof transmitió ese mensaje a Das Neves, pero le ocultó un dato que ayer fue confiado a LA NACION por una alta fuente del Gobierno: Das Neves tendría sus días contados al frente de la Aduana. "Lo vamos a cepillar", fue la frase utilizada por la fuente.