A cien años de la sanción de la Ley de Residencia
Otro capítulo de la represión a los trabajadores
Inmigrantes, ideas, política.
Europa y la Argentina se encontraban, hacia 1880, en una situación inversa: nuestro país necesitaba mano de obra, como consecuencia del proyecto de expansión del sector agropecuario, mientras que Europa liberaba mano de obra, que se volvía innecesaria tras la tecnificación del agro, la segunda revolución industrial y la crisis capitalista que se vivía por aquellos años..
Argentina buscaba una mayor integración al mercado europeo, y además contaba con zonas muy aptas para la explotación agropecuaria, como La Pampa Húmeda.
En el período 1871-1890 llegaron al país casi tres millones de inmigrantes, que provenían principalmente de España e Italia. Buenos Aires fue la principal beneficiaria del nuevo desarrollo económico que adquirió el país: la población de algún modo se europeizó en sus gustos y sus modas, y la clase dirigente rápidamente intentó diferenciarse de esa nueva clase de "inmigrantes", humildes y pobres. .
Con los inmigrantes, aumentó la cantidad de habitantes de raza blanca, creció considerablemente el número de habitantes, se aceleró el proceso de urbanización y, sobre todo, ganaron en circulación las ideas socialistas y anarquistas que ellos traían de sus países de origen. Sucede que muchos de los inmigrantes habían llegado no por motivos económicos sino políticos, por su amplia actividad en Federaciones Obreras..
En Italia, por caso, las autoridades "invitaban" a los anarquistas a realizar un "retiro voluntario" a la Argentina o Estados Unidos, caso contrario serían encarcelados..
Organización y lucha.
¿Cuáles eran estas ideas tan "castigadas" por las autoridades? Ser anarquista era, y es, negar al Estado como forma de administración de la sociedad, es rechazar toda autoridad que no emane de la idoneidad, el consenso y la funcionalidad, es bregar porque la sociedad se construya sobre el respeto por la vida y el hombre..
Desde un principio, la militancia anarquista en el país ancló en la participación en la lucha sindical, y logró una importante hegemonía hasta aproximadamente 1915, y con mucha fuerza hasta entrados los años treinta. La Argentina fue, por lejos, el país de Sudamérica donde más se desarrolló el movimiento anarquista..
En 1877 se constituyó la primera estructura sindical moderna: La Unión Tipográfica Bonaerense, que realizó una huelga al año siguiente, que desembocó en el primer convenio colectivo que se conoce en el país. A la Unión Tipográfica le siguieron otras nóveles agrupaciones de trabajadores, como el Sindicato de Comercio y La Fraternidad..
El país se estaba desarrollando en función del puerto, mirando hacia el exterior, lo que generaba un notorio desequilibrio entre el litoral y las regiones del interior y un dominante control de la tierra de una elite, una oligarquía, que al mismo tiempo ocupaba puestos clave en el Estado..
En este contexto, los inmigrantes, que habían llegado para colonizar la tierra, debieron dirigirse hacia los centros urbanos, y realizar sus actividades en el comercio y la industria..
El anarquismo se organizó en la Argentina gracias al pensamiento y la acción de, entre otros, un hombre, Enrique Malatesta, quien llegó al país en 1885 y propuso la creación de sociedades internacionales de carpinteros, ebanistas y anexos. En 1887 se constituyó la Sociedad Cosmopolita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos, que fue la primera Sociedad de Resistencia del país en la que se manifestó con claridad la posición anarquista respecto al método de "acción directa" contra el "Régimen". .
En efecto, la principal arma de combate del anarquismo fue la "huelga revolucionaria", dirigida tanto contra el capital como contra el poder político, cuya destrucción propugnaban. No percibían otra forma de hacer valer sus demandas que accediendo al poder por la fuerza; su irrupción les permitiría, después, destruir la maquinaria del Estado, la fuente de opresión de los hombres..
Al pregonar la huelga como el medio más eficaz en la lucha obrera, la prensa anarquista se plegaba también a la corriente mundial de los diarios del anarquismo. Las noticias sobre huelgas generales en Europa llegaron a la Argentina e influyeron sin duda sobre el ánimo de los trabajadores. Hubo noticias sobre la huelga general en Barcelona, que estalló en febrero de 1902 y tuvo mucha publicidad en la prensa de nuestro país..
Dentro del campo de lucha obrera, el anarquismo confrontó siempre con los socialistas que, a partir de su creencia en una larga supervivencia del capitalismo, consideraban primordial la conquista del Parlamento desde donde se pudieran mejorar paulatinamente las condiciones de vida de la clase trabajadora..
La oligarquía argentina pronto mostró su preocupación por el crecimiento de la organización del movimiento obrero, temor que se tradujo en un proyecto que presentó al parlamento el senador Miguel Cané en 1899. Sin embargo, la ley no fue discutida en ese año..
Siglo veinte, la lucha crece.
La ley Cané no fue discutida porque las instituciones gubernamentales y la oligarquía no creían que pudieran desarrollarse conflictos sociales agudos en el país, similares a los que sucedían en Europa. .
Sin embargo, el nuevo siglo llegó con un agravamiento de los conflictos laborales y una creciente tensión entre la oligarquía y el proletariado urbano, que se estaba organizando bajo la influencia de la inmigración italiana y española. En 1901, nació la Federación Obrera Argentina (FOA), en un intento de confluencia de anarquistas y socialistas, que duraría muy poco tiempo, y terminaría con la retirada socialista de la Federación..
Desde los primeros años del nuevo siglo, los anarquistas se dedicaron a exhortar intensivamente a la huelga general. Y la constitución de la Federación potenció notablemente la capacidad y el espíritu de lucha de los distintos sindicatos existentes, y apenas tres meses después de nacida la Central, en agosto de 1901, se declaró el primer boicot contra una empresa; y en 1902 se convocó a la primera huelga general organizada, que tendrá epicentro en el puerto de Buenos Aires..
La huelga del puerto puede ser considerada como el detonante de la sanción de la Ley de Residencia. Fue iniciada por los obreros del Mercado Central de frutos, quienes pedían la abolición del trabajo a destajo, jornadas de nueve horas y cuatro pesos de jornal mínimo.
La acción se extendió, gracias a la acción de los anarquistas, a la mayoría de los gremios de todo el país. .
Los más importantes talleres y fábricas dejaron de trabajar, se detuvo el tráfico (por decisión de la poderosa Federación de Rodados) y se paralizaron los trabajos portuarios, lo que significó un duro golpe para los intereses agrarios y exportadores..
La policía y el ejército fueron lanzados a las calles para perseguir y arrestar a los huelguistas y terminar con el movimiento, pero no se logró el resultado esperado, y el gobierno decidió aplicar el estado de sitio. Se puso al país en pie de guerra: se allanaron locales anarquistas y socialistas, se encarceló a muchos trabajadores y se silenció a numerosos periódicos obreros..
Sin embargo, la intensidad del movimiento no disminuía, y
el gobierno del general Roca decidió recuperar aquel proyecto presentado por Miguel Cané en 1899, al que le realizó algunas modificaciones, para finalmente el 23 de noviembre de 1902 dictar la Ley de Residencia..
SE APLICA LA LEY.
La ley número 4144 o de Residencia fue sancionada por ambas Cámaras, con pocas opiniones en contra. Estaba compuesta de 5 artículos, y su núcleo central autorizaba al gobierno a expulsar a cualquier extranjero cuya conducta comprometiera la seguridad nacional o perturbara el orden público. .
La ley fue aplicada rápidamente, de manera intensa y brutal. De inmediato se iniciaron las deportaciones y, hasta diciembre de 1902, 60 expulsados habían sido embarcados hacía Génova y Barcelona. El diario La Prensa publicó una lista completa de todos los deportados, entre los que se encontraban anarquistas famosos por su actividad: Santiago Locascio, Adrián Troitiño, Ramón Palau, Juan Calvo, Julio Comba, Arturo Montesano, José Reguera, Dante Garfagnini y José Mella..
Los atropellos cometidos por la policía fueron múltiples. Extranjeros y argentinos fueron golpeados, arrancados de sus hogares, maltratados y maniatados. Se estima que durante la primera semana se arrestó a unas 500 personas. Algunos extranjeros con carta de ciudadanía fueron igualmente expulsados. .
A pesar de que los sufrimientos de los deportados eran grandes, muy pocos optaron por defenderse, claro que en vano, por vía judicial. La crueldad era tan terrible que hasta el diario La Prensa emprendió una acción pública de censura..
Los arrestos y expulsiones llevados a cabo influyeron a corto plazo sobre la actividad del anarquismo, logrando paralizarlo parcialmente. Sin embargo, una parte de los anarquistas activos lograron eludir la ley, se ocultaron en el Uruguay, se hicieron de lado temporariamente y en algunos casos acabaron por distanciarse definitivamente de la actividad. .
A comienzos de 1903 prosiguió una campaña de persecuciones. La finalidad de esa campaña seguía siendo la misma: la deportación de todos los anarquistas activos que no tenían la ciudadanía argentina. Aunque ya comenzaba a avizorarse un cambio en la orientación de los gobernantes..
LOS AÑOS POSTERIORES.
Las consecuencias a largo plazo no fueron las mismas que a corto plazo, ya que con el correr de los años la Ley y su rígida aplicación no fueron efectivas. La existencia del anarquismo en Argentina no se vio socavada, sino que adquirió un aditamento de fuerza tras la incorporación de elementos locales, que pasaron a reemplazar al grupo de deportados..
Poco tiempo después se comprobó que la aplicación de la Ley tuvo un efecto negativo en el mundo y perjudico las posibilidades de inmigración. Esto se vio reflejado en la disminución del número de inmigrantes en los primeros meses de 1903. Puesto que la inmigración era una necesidad vital durante esos años, el gobierno resolvió suspender las deportaciones y posibilitar la renovación de la actividad gremial..
Cuando se renovó la actividad anarquista se comprobó que la deportación de militantes no había agotado al anarquismo, pero sí había causado cambios notables en la composición de los principales activistas. Uno de los mayores cambios se produjo en "La Protesta Humana", medio de expresión anarquista, de donde se alejó el redactor Inglán Lafarga. Otro cambio fue el ascenso de anarquistas activos de las filas de los sindicatos obreros y de la FOA..
En los años 1904 y 1905 se produjo un viraje significativo en las actividades del anarquismo. El comienzo del viraje tiene lugar como consecuencia de la lucha contra la Ley de Residencia, la adhesión de elementos locales y la incorporación de los adeptos al anarco-comunismo..
En este mismo periodo, sin la posibilidad de aplicar la Ley de Residencia, aunque no derogada todavía, el gobierno encontró otros métodos de opresión contra los obreros, como la supresión de huelgas y la disolución de manifestaciones. La policía empleó armas de fuego y se produjeron muchas víctimas. Esto suscitó el enojo y los llamados a la venganza. Un claro ejemplo de esta situación lo encontramos en la historia de Simón Radowitzky (ver recuadro: "Un héroe del...).
Durante los años posteriores se libraron grandes y masivas luchas. El reclamo por las 8 horas de trabajo, la huelga de los inquilinos (1907), las jornadas durante los 1 de mayo. Luego se sucedieron las luchas durante el Centenario de 1910 y contra la represiva Ley de Defensa Social, la semana trágica de 1919, las campañas por la libertad de los cientos de deportados, las luchas por el descanso dominical y por mejores condiciones de salario..
Hacía fines de la década del 20 el anarquismo fue perdiendo poder, no como consecuencia de la Ley de Residencia sino gracias a los efectos producidos por la Primera Guerra Mundial, que aceleró el proceso de industrialización y amplió el mercado de trabajo. Esta situación derivó en una mayor preponderancia de los sindicalistas, que llevó al anarquismo a perder la base de sustentación en que se había afirmado..
Finalmente, la Ley de Residencia se derogó tardíamente, cuando la normativa ya estaba fuera de uso, en el año 1958..
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UN HEROE DEL ANARQUISMO: SIMON RADOWITZKY.
La represión y la censura continua del gobierno sobre las actividades de los obreros, que tuvo lugar especialmente entre fines del siglo XIX y comienzos del XX, tuvo un punto de inflexión con la sanción de la Ley de Residencia. Pero las políticas represivas de los sectores dominantes no agotaron las luchas y las ideas revolucionarias. .
Para confirmar esta hipótesis, nos centraremos específicamente en 1909, año que empieza con huelgas generales, mítines y concentraciones obreras. El Primero de mayo, como ya era costumbre, se realizaron dos manifestaciones: la de los socialistas (que se desarrolló en la Plaza Constitución) y la de los anarquistas, que optaron por concentrarse en la Plaza Lorea (hoy Congreso), a la que acudieron alrededor de 30 mil personas. .
Pero la alegría por el aniversario duró poco. A poco de iniciarse la celebración anarquista, repentinamente el escuadrón de seguridad comenzó a cargar a tiro limpio sobre los trabajadores, que estaban participando pacíficamente de la marcha. El Gobierno del entonces presidente Figueroa Alcorta pretendía demostrar su autoridad: como consecuencia de la represión hubo ocho muertos y ciento cinco heridos. Entre los obreros, en medio de la manifestación, había un joven ruso, llamado Simón Radowitzky, quien sería luego el encargado de vengar la muerte de sus compañeros..
En respuesta a la masacre, los socialistas de la UGT y los anarquistas de la FORA declararon la huelga general por tiempo indeterminado. La medida de fuerza se prolongó, imponente y unánime, una semana, a pesar de la represión que se vivió durante aquellos siete días, la cual agregó nuevas víctimas a la ya extensa lista. Ante la envergadura de los acontecimientos, el Gobierno tuvo que ceder, poniendo en libertad 800 presos políticos, derogando el código municipal de penalidades y permitiendo la reapertura de los locales sindicales. Pero no era suficiente. El instigador y jefe de la represión en la Plaza Lorea, el coronel Ramón Falcón, seguía al frente de la policía, lo que significaba una burla y una provocación para la clase obrera..
Y en este momento de la historia volvemos a aquél muchacho ruso, Radowitzky, de apenas dieciocho años, recién llegado al país, y hondamente herido en su idealismo y su sensibilidad. Guiado por su propio impulso y asumiendo el destino de liberar a los trabajadores y oprimidos de aquel represor, Radowitzky decidió eliminar a tan siniestro personaje. Estudió detenidamente la oportunidad, y el 14 de noviembre de 1909, mediante una bomba y actuando completamente solo, puso fin a la vida del coronel Falcón. .
Como era de suponer, al atentado siguió una oleada de represión enorme. Radowitzky fue condenado a prisión perpetua y enviado a Tierra del Fuego, la "Siberia argentina", donde los presos iban a morir y a sufrir los trabajos forzados a los que eran sometidos. Radowitzky estuvo 21 años preso, hasta que, finalmente, en 1929 los anarquistas llegaron a un arreglo con Yrigoyen: levantan una huelga de los molineros a cambio de la libertad de Radowitzky, quien es subido a un buque de guerra que lo trae al Río de la Plata. Pero en ese momento, Yrigoyen traiciona su palabra y lo hace subir al buque de la Carrera que se dirigía a Montevideo, y lo expulsa al Uruguay. Es decir, sin nombrarlo, le aplica la 4144..
Martín Echenbaum
Mara Díaz.