Por Jorge Amar

Todas las actividades humanas generan efectos negativos sobre el eco - sistemas. En el proceso de creación de sus condiciones materiales de vida el hombre explora, produce, almacena, distribuye, intercambia y consume bienes y servicios. En la edificación del "hábitat" o en la construcción de la infraestructura apta para la residencia de grupos humanos, se generan sustancias que son alojadas en el medio líquido, sólido o gaseoso, contaminándolo. "Contaminar" significa la deposición de sustancias que tornan deficiente o imposible el cumplimiento de las finalidades del depósito natural que afectan. Sus consecuencias se manifiestan en suelos estériles, aguas no aptas para el consumo, aire irrespirable, encendido o autoencendido de basurales que reduce la visibilidad en el tránsito carretero.
Proliferan vectores capaces de transmitir no menos de medio centenar de enfermedades, sus lixiviados provocan el envilecimiento de las napas subterráneas y superficiales. Por esta vía se produce el ingreso al ciclo alimentario con lo cual aumenta la ocurrencia de enfermedades cuyo tratamiento y medicación está a cargo de los centros de atención primaria que sostiene el erario público. Esa externalidad negativa se ha socializado. La deposición de los residuos en las inmediaciones de cuencas hídricas provocan una contaminación irremediable en la zona costera que es el área de mayor productividad neta de la diversidad marina.
El presente trabajo aborda parcialmente la problemática del aprovechamiento productivo de los RSU mediante diversas estrategias en curso en nuestro país orientando el énfasis en el impacto que posee en tanto generación de empleo directo o por medio de la creación y fomento de los MICRO EMPRENDIMIENTOS PRODUCTIVOS EN EL SEGMENTO INFORMAL URBANO.
Estas resultan confiables y eficientes porque explotan pequeñas unidades productivas, de baja composición orgánica de capital, escasa inversión inicial, evidencian el hecho cierto que, cuando las actividades informales incorporan o adquieren tecnologías en sus rutinas, decae su carácter marginal optimizando su rendimiento lo que se pone de manifiesto en los sucesivos procesos de reaprovechamiento, comercialización, transformación y empleo de los productos recuperados.
Asimismo se indicarán los procedimientos tendientes a establecer marcas y parámetros de calidad que hagan posible la determinación de los atributos intrínsecos de los subproductos mediante la intervención de organismos competentes que la verifique, supervise, certifique y acredite dado que una oferta en calidad y cantidad continua y previsible, forman precios justos.
Nos proponemos la revisión metodológica que permita abordar el tratamiento y revisar los resultados de las políticas aplicadas y las soluciones que las contingencias ambientales van proponiendo. Son desafíos a la acción del gobierno en la órbita municipal y que colocan en acento en el principio precautorio que constituye el núcleo de los mandatos de las autoridades.
Lo haremos en el rico marco conceptual de la GESTION MUNICIPAL SUSTENTABLE orientada hacia la observancia de las finalidades del Desarrollo Duradero, signo dominante de los próximos años. Esto equivale a orientar los esfuerzos en la conquista de las metas de Solidaridad intergeneracional, ésta generación deberá resolver sus necesidades sin hipotecar análoga posibilidad a las futuras generaciones; y de Solidaridad Intra generacional: que permita la resolución de las aspiraciones y necesidades de manera equitativa dentro de todos los grupos sociales evitando los alarmantes niveles de desempleo, pobreza y marginalidad.
El enfoque propuesto establece como obligatoria la creación de un área municipal específica de fuerte perfil interdisciplinario capaz de llevar adelante las estrategias que apunten a la Protección de los Recursos Naturales dentro de lo cual se ha de priorizar la Gestión y Disposición de los Residuos precalificados en fuente.
Se hará notorio mediante el auxilio de mediciones concretas, el fuerte potencial dilapidado que poseen los segmentos orgánicos e inorgánicos y su condición de ser empleados como valiosos insumos en procesos industriales o agrícolas ulteriores. La experiencia indica que en nuestro país 94 municipios, reinstalan en el ciclo productivo 28.998 toneladas mensuales de RSU.
Si los municipios abandonan esta reprochable conducta, elevarán la calidad de vida de los habitantes gracias a la supresión de esa externalidad con un consecuente ahorro en sus alicaídos presupuestos generando además una variedad de subproductos.